24/08/2025
Hace un par de años estaba en la universidad, creía que el único camino que tenía para salir adelante era terminar una carrera profesional, ejercerla y ahorrar para emprender un negocio, o, porque no, crear una empresa.
Muchas veces encontré obstáculos y limitaciones. Se me hacía muy difícil reunir el dinero para pagar la matrícula de la universidad, el transporte era difícil, ya que me tocó estudiar en la noche para poder trabajar en el día y, por si fuera poco, estaba estudiando algo que no me llenaba del todo.
Contra viento y marea logré culminar mis estudios, iba a graduarme e iba a hacer un profesional, lo que yo veía como un premio y un logro a mi esfuerzo para mis padres era un sueño, me sentía feliz, después de pasar por tantas noches de incertidumbre, leyendo, preparando exposiciones y pensando cómo sería el día de mañana, al fin veía la luz al final del túnel en mis estudios, pero lastimosamente mi padre no pudo ver esa luz en su vida, unos dos días antes de graduarme falleció, fue un golpe muy duro para mí y para mi madre.
Pensar que estaba por cumplir uno de sus sueños y no verlo realizado fue un golpe que me rompió el alma, me cuestionaba porque la vida era tan injusta, porque las personas buenas se tenían que ir habiendo tantas personas que hacen el mal, pero bueno como dicen por ahí, la vida es un ratico y en ella estamos de paso.
En las fotos de mi graduación traté de poner buena cara, me tocó hacer como muchas veces hacen los payasos, reír aunque me estuviera quebrando por dentro, pero mi madre no lo pudo hacer, se veía triste, sin aliento y sus ojos estaban perdidos, era más que entendible, se fue la persona con la que convivió un poco más de dos décadas y nunca más la volvería a ver.
El dolor fue pasando, no lo superaba y al día de hoy aún no lo hago, pero lo cierto es que de poco se va asimilando ese tipo de situaciones. Con una carrera profesional culminada, pensaba que mi vida cambiaría, creía que mi estilo de vida iba a mejorar, iba a conseguir ese trabajo que me permitiría tener una vida económica estable y, además de eso, poder regalarle la casa a mi madre, otro sueño de mis padres por cumplir.
Lo cierto es que todo estaba alejado de la realidad, los trabajos algo escasos y los que había el pago no eran el mejor, algunos de ellos, si al caso alcanzaba para el arriendo. Tuve varios trabajos independientes en los cuales me desenvolví, pero lo que ganaba no era suficiente para solventar los gatos de mi casa.
Aunque mi trabajo no me generaba mucho dinero, si me daba la posibilidad de hacer otras cosas, entre ellas crear contenido en redes sociales, al principio lo vi lejano, mi computador no contaba con los requisitos para correr un editor de video, no tenía micrófono y nada de conocimiento con respecto al tema.
Sin pensarlo 2 veces, tomé la decisión de hacerlo. Como el trabajo del cual generaba ingresos era con el computador, de cierta manera me quedaba un poco más flexible intentarlo, pero con el computador no pude, me tocó usar el celular, descargar un editor de internet que pudiera usar gratis, y como micrófono empecé a usar unos audífonos, recuerdo que esos audífonos costaron unos 12 mil pesos colombianos, unos 3 dólares, y con eso empecé.
Escribía los guiones en una libreta, luego los narraba y al final editaba con el celular. Al principio era ensayo y error hasta que fui aprendiendo. Al poco tiempo empecé a entender el funcionamiento de las redes, pude monetizarlas y ganar dinero.
Gracias a Dios, me fue bien desde el inicio. Desde el primer mes, empecé a ganar lo que generaría con mi profesión, y lo mejor de todo en mi casa y trabajando a mi gusto.
Pude darme algunos gustos, creía que después de tanto esfuerzo valía la pena de invertir en mí, viajé un poco, le compraba lo que mi madre quisiera, salía a compartir con mis amigos, e incluso en una que otra ocasión hice donaciones a algunas personas, no era mucho, pero para algo ayudaba, considero que cuando me va bien es una bendición de Dios, y hay que compartirla con los que más necesitan.
Fruto de este trabajo también le regalé la casa a mi madre, es un apartamento pequeño, sin lujos, y aun con algunos detalles por finalizar, pero si a gusto para estar cómodos y sobre todo no pagar arriendo, algo en lo que pensaba cada mes.
Hoy no se está ganado muy bien, estoy generando para sobrevivir y pagar las deudas que me trajo la construcción del apartamento, pero aun así estoy agradecido por lo que Dios me ha dado durante este tiempo en las redes sociales.
Este escrito va más allá de ser una experiencia, es un recordatoria de que la vida no es fácil, todo tiene su precio y sacrificio, los sueños no se cumplen solos, y cada día es una nueva oportunidad que Dios nos regala para salir adelante.
Aunque no crean en ti, vuélvete tu proyecto más grande y sobre todo enfócate y ten mucha disciplina para lo que deseas. Solo me queda por decirte que si quieres algo lucha por ello, si te caes levántenle, porque si 7 veces caes, 8 Dios te levanta.