07/11/2025
El escándalo que sacudió Miss Universe: cuando una reina mexicana se negó a callar.
Lo que empezó como una simple dinámica terminó convirtiéndose en una lección mundial sobre dignidad y respeto. Resulta que Nawat Itsaragrisil, entonces director regional de Miss Universe, lanzó por su cuenta un “concurso especial”: diez reinas serían elegidas para cenar con él. Sí, una cena “exclusiva” que —para sorpresa de nadie— no estaba autorizada por la organización oficial de Miss Universe.
La organización se deslindó públicamente, pero a Nawat eso le importó poco. Siguió adelante, grabando videos con varias concursantes para promocionar su evento. Sin embargo, la mexicana Fátima Bosch, representante de nuestro país, se negó a participar. Ella no quiso prestarse a algo que no le parecía correcto, y fue ahí donde el ego del señor explotó.
Frente a todas, Nawat la confrontó y, sin ningún pudor, la llamó “tonta” por no seguirle el juego. Pero Fátima, con la frente en alto, le respondió con firmeza: si había algo que discutir, sería en privado y con respeto, porque ella no estaba ahí para dar show.
Entonces vino lo peor: Nawat le ordenó que se sentara y se callara. Le dijo que si quería seguir en la competencia, debía obedecer. Fátima, valiente, se levantó y dijo con voz firme:
“Como mujeres merecemos respeto. Tenemos voz, y esto no está bien.”
Y se fue. Solita. Con la dignidad intacta. Aunque no tan sola: la representante de Irak la tomó de la mano y salieron juntas del lugar, mientras otras concursantes dudaban entre seguir o sumarse. Nawat, desafiante, amenazó con expulsar a quienes se atrevieran a apoyarlas: “Las que se vayan, quedan fuera”.
Aun así, varias reinas decidieron abandonar la competencia. Entre ellas, nada menos que la actual Miss Universe. Las que se quedaron, lo hicieron entre lágrimas y miedo, pero las que se fueron dejaron claro algo que va más allá de una corona: el valor de no agachar la cabeza ante la humillación.
Hoy, el mundo entero habla de Fátima Bosch. No por un vestido, no por una banda, sino por su valentía. Porque cuando un hombre quiso imponer silencio, ella eligió alzarse con la voz de todas.
Y aunque el título de Miss Universe cambie cada año, la dignidad de una mujer no se negocia ni se calla.
Fátima, México está contigo. Ganes o no, ya eres una reina.