12/05/2024
CARTA A MI MADRE
Querida mamá:
Han pasado seis meses desde que partiste, y cada día siento tanto la bendición de haberte tenido como mi madre, como el vacío de tu ausencia. Si me dieran la oportunidad de escoger de nuevo, sin duda alguna, te escogería a ti.
Toda mi vida has estado allí, cuidándome con un amor incondicional. Extraño esas llamadas tempranas, preguntando cómo estoy, si ya comí o si me abrigué lo suficiente. Siempre estabas ahí, preocupándote por mí en cada detalle.
Recuerdo cómo defendías mi honor con tal certeza, siempre diciendo "Yo sé el hijo que he parido". Me criaste con tu coraje, con tu fuerza y tus inquebrantables luchas, enseñándome mucho más allá de lo que palabras pueden explicar. No crecimos en medio de la riqueza material, pero me diste algo mucho más valioso: valores y la guía en el camino de Dios.
Son esas pequeñas cosas las que más extraño, como el café caliente que preparabas para recibirme al llegar a casa, o cómo las veces decías que no tenías hambre, solo para darnos un poco más a nosotros, extraño muchos detalles tuyos, como el chocolate que siempre esperaba al llegar a casa, símbolo de tu cálido amor.
Los domingos se sienten vacíos sin ti, sin nuestros desayunos y almuerzos juntos, compartiendo no solo alimento, sino tus anécdotas con tus alumnos, tus historias de tus luchas, tus risas y sueños. Me siento inmensamente orgulloso de ser tu hijo. Te extraño cada día y te prometo que no te defraudaré.
Mamá, me siento tan orgulloso de ti y te extraño profundamente. Prometo que no te defraudaré; seguiré avanzando, esforzándome por mantenernos firmes y unidos como la roca fuerte que formaste con tanto esfuerzo y amor.
Desde casa, deseo estés pasando un feliz día de la madre, junto a mi padre y estoy seguro celebrando con el canto de Cesar.
Con todo mi amor y gratitud,
Te extraña, tu hijo Martin Pumar Vílchez.