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La cultura empresarial del norte mexicano ha construido una narrativa donde el trabajo duro, la industria y el "progreso...
07/07/2025

La cultura empresarial del norte mexicano ha construido una narrativa donde el trabajo duro, la industria y el "progreso" son el modelo a seguir.

Mientras se presume crecimiento y modernidad, se invisibilizan desigualdades históricas, precariedad laboral, despojo territorial y violencias cotidianas que acompañan a ese "desarrollo".

Y cuando se habla del sur, se hace desde la falta: que ahí falta inversión, falta cultura del trabajo, falta visión empresarial...

💥 Pero, ¿y si el problema no es que el sur no se ha desarrollado, sino que el norte lo ha hecho mal?

Nos vemos mañana a la 1 pm en zoom para dialogar:

https://ciesas.edu.mx/event/shes-2025-07-08/

Link de la llamada: https://zoom.us/j/92225880636?pwd=BYzaKGiU4hr23VctUuzwnDZeBT34vl.1

06/07/2025

5 cosas que nos dejó el círculo de diálogo: "Identidad. machismo y formas de ser en Monterrey"

1- Ser regio no siempre es un orgullo, a veces es un personaje.
Nos dimos cuenta de que hay una diferencia entre nacer en Monterrey y representar al "regio chingón" que se vende como ejemplo. Cargar con ese personaje cansa… y excluye.

2- El machismo no llegó tarde: siempre estuvo ahí.
No apareció como tema extra, sino como parte central del “ser regio”: autosuficiencia, aguante, superioridad. Nadie lo cuestionó, porque está normalizado.

3- El sueño regio es también una pesadilla para muchxs.
La narrativa de progreso y modernidad oculta una cultura de explotación laboral, racismo y desprecio por lo rural. ¿A quién sí le sirve ese modelo?

4- Hablar de Monterrey es hablar de migración, aspiraciones y máscaras.
Monterrey no siempre es un destino deseado, a veces es lo que hay. Y el "regio exitoso" es más una máscara que una realidad.

5- ¿Por qué no hablamos más de género?
Tal vez porque el machismo no es un tema aparte, sino un cimiento del personaje regiomontano. Y desmontarlo incomoda. Requiere más de una charla… y más valor.

06/07/2025

5 cosas que nos dejó el círculo de diálogo: "Identidad. machismo y formas de ser en Monterrey"

4-Hablar de Monterrey es hablar de migración, aspiraciones y máscaras.
Monterrey no siempre es un destino deseado, a veces es lo que hay. Y el "regio exitoso" es más una máscara que una realidad.

Agradecemos a todas las personas que nos acompañaron y nos brindaron su confianza para compartir y dialogar sobre estos ...
06/07/2025

Agradecemos a todas las personas que nos acompañaron y nos brindaron su confianza para compartir y dialogar sobre estos temas, que de entrada no cualquiera quiere hablar.

No es fácil sentarse a cuestionar lo que hicimos, lo que permitimos, o lo que callamos. Porque es más fácil señalar que mirarse al espejo. Y muchas veces, señalamos no porque hayamos cambiado, sino por miedo a que nos señalen a nosotros.

Pero en este espacio buscamos otra cosa, incomodarnos sin destruirnos, hablar sin escudos, y aprender a reparar lo que el silencio y el aislamiento no pueden.

Reinserción social le llaman algunos...

06/07/2025

5 cosas que nos dejó el círculo de diálogo "Identidad, machismo y formas de ser en Monterrey"

3-El sueño regio es también una pesadilla para muchxs.
La narrativa de progreso y modernidad oculta una cultura de explotación laboral, racismo y desprecio por lo rural. ¿A quién sí le sirve ese modelo?

05/07/2025

5 cosas que nos dejó el círculo de diálogo: "Identidad, machismo y formas de ser en Monterrey"

2-El machismo no llegó tarde: siempre estuvo ahí.
No apareció como tema extra, sino como parte central del “ser regio”: autosuficiencia, aguante, superioridad. Nadie lo cuestionó, porque está normalizado.

05/07/2025

5 cosas que nos dejó el círculo de diálogo: "Identidad, machismo y formas de ser en Monterrey"

1- Ser regio no siempre es un orgullo, a veces es un personaje.
Nos dimos cuenta de que hay una diferencia entre nacer en Monterrey y representar al "regio chingón" que se vende como ejemplo. Cargar con ese personaje cansa… y excluye.

Crónica del segundo círculo de diálogo:Sociología de la funa: ¿cómo aprendimos a acosar?Hablar de acoso no es fácil.Y me...
05/07/2025

Crónica del segundo círculo de diálogo:
Sociología de la funa: ¿cómo aprendimos a acosar?

Hablar de acoso no es fácil.
Y menos cuando lo que intentamos no es señalar, sino entender.

Nos juntamos para preguntarnos algo incómodo:
¿cómo fue que aprendimos a acosar?

Y la respuesta, como era de esperarse, fue compleja de entender. Desde las películas que vimos de adolescentes hasta los grupos de Telegram donde se comparten fotos sin consentimiento. Los chiflidos que gritamos para pertenecer al grupo, hasta la forma en que normalizamos el acoso laboral como si fuera “parte del ambiente”.

Lo primero que surgió fue que el consentimiento sigue siendo una zona gris para muchos. No es una lista de reglas, es una experiencia subjetiva, cambiante, y profundamente emocional. Por eso tantos hombres se escudan en frases como “pero ella nunca dijo que no”, sin detenerse a pensar en el contexto, la presión o el miedo.

Hablamos también del pacto patriarcal. De cómo los hombres solemos encubrirnos entre nosotros, protegernos con silencios, y presionarnos unos a otros a “ser hombres de verdad”, coger, demostrar fuerza, señalar a las mujeres, encubrir a tus amigos. Esa necesidad de mostrarnos fuertes en grupo, de reafirmar nuestra masculinidad con morbo, con chistes, con violencia. Eso también es parte del aprendizaje.

Nos dimos cuenta de que muchas de estas dinámicas vienen desde casa. Se heredan. Se normalizan. Se repiten sin cuestionarse. Y que cuando por fin se nombran, a veces ya es tarde, ya alguien fue herido, ya alguien se fue, ya alguien cargó con algo que no debía.

También hablamos del miedo.
El miedo a hablar. El miedo a que no te crean. El miedo a salir de esa fachada masculina que nos protege, pero también nos encierra. El miedo a enfrentarte a un proceso burocrático que muchas veces te revictimiza.

Y entonces apareció la funa.

Como forma de denuncia, pero también como forma de exclusión.
Como un grito necesario en contextos donde no hay justicia, pero también como un mecanismo que, si no se piensa críticamente, puede empujar a las personas a lugares más oscuros. Se mencionó cómo muchos hombres terminan señalando a otros no porque hayan reflexionado, sino por miedo a ser funados ellos también. Se dijo, y con razón, que la funa no transforma las estructuras de fondo. No cuestiona el sistema que forma acosadores, sólo castiga el síntoma, encubre a otros, estigmatiza a unos y sigue sin reparar el daño a la víctima.

Se habló de culpa.
De asumir la responsabilidad como hombres.
Y de lo difícil que es hablar de esto sin que todo se vuelva blanco o negro. Porque en estos temas, todo son grises.

Hacia el cierre se planteó la necesidad de pensar en alternativas:
Justicia restaurativa. Procesos de reflexión real. Herramientas colectivas.
Y sobre todo, espacios como este, donde podamos hablar sin máscaras, sin miedo, y sin dejar de cuestionarnos.

Fue el segundo círculo.

Un ejercicio muy bonito, donde agradezco a todas las personas que fueron y nos brindaron su confianza para compartir y dialogar sobre estos temas, que de entrada no cualquiera quiere hablar. Porque no es fácil sentarse a cuestionar lo que hicimos, lo que permitimos, o lo que callamos. Porque es más fácil señalar que mirarse al espejo. Y muchas veces, señalamos no porque hayamos cambiado, sino por miedo a que nos señalen a nosotros. Pero en este espacio buscamos otra cosa, incomodarnos sin destruirnos, hablar sin escudos, y aprender a reparar lo que el silencio y el aislamiento no pueden. Reinserción social le llaman algunos...

Salvo los pequeños detalles que se irán puliendo con el tiempo, creo que este espacio fue honesto, porque no buscamos tener la razón, sino abrir el camino.

⚠️ Para el próximo encuentro queremos cambiar el formato.

Hacer algo distinto, más vivencial, más abierto.
¿Tú qué propones? ¿Qué temas te gustaría explorar? ¿Cómo te gustaría que fuera el siguiente espacio?

La puerta está abierta.
Seguimos observando la sociedad...

05/07/2025
¡Es hoy! Monterrey es una ciudad donde el acoso y la violencia sexual se normaliza, se esconde en bromas, se celebra ent...
04/07/2025

¡Es hoy! Monterrey es una ciudad donde el acoso y la violencia sexual se normaliza, se esconde en bromas, se celebra entre compas o simplemente se calla.

Pero ¿cuándo fue que acosar se volvió “normal”?
¿Quién nos enseñó que insistir era romántico, que tocar sin permiso era un halago, o que quedarse callado era lo mejor?

Hoy vamos a hablarlo sin rodeos:
Cómo aprendimos a acosar, qué tanto lo seguimos permitiendo y por qué la funa se ha convertido en una forma de defensa colectiva.
Este problema no es solo de hombres, ni solo de mujeres.
Es de todxs.

⚠️ NO es una clase, ni una conferencia.

Es un espacio horizontal para conversar, cuestionarnos y compartir vivencias, dirigido a todo público.

Fecha: Hoy viernes 4 de julio
🕠 6:30 p.m.
📍Escuela Adolfo Prieto, Parque Fundidora
Ubicación: https://maps.app.goo.gl/VAqPBSkYxJTA1ELZ7

Entrada libre.
Temas que urge hablar y sobre todo, escuchar. Nos vemos más tarde.

Crónica de nuestro primer círculo de dialogo: Identidad, machismo y formas de ser en MonterreyAyer nos juntamos a hablar...
03/07/2025

Crónica de nuestro primer círculo de dialogo: Identidad, machismo y formas de ser en Monterrey

Ayer nos juntamos a hablar de la identidad regia y el machismo o al menos eso intentamos. Porque lo que pasó en realidad fue que abrimos una caja de Pandora sobre nuestra ciudad.

La conversación arrancó con una provocación: ¿qué es ser regio? Y la respuesta no tardó en salir, en forma de anécdotas personales y reflexiones incómodas. No tardamos en darnos cuenta de que ser regio y ser regiomontano no son lo mismo, una cosa es nacer aquí y otra muy distinta es cargar con el personaje.

Hablamos del “sueño regio” y de esa obsesión mediática y política por hacer de Monterrey un sinónimo de modernidad, aunque ese reflejo muchas veces distorsione y excluya. El personaje regio se pintó solo: “soy chingón y nadie se compara conmigo”. Pero detrás de ese orgullo hay una cultura de trabajo explotadora, una masculinidad que se define por la autosuficiencia, por el aguante y por no pedir ayuda.

Surgieron los pilares de la narrativa industrial: la cultura empresarial, la historia del desierto, el mito del esfuerzo que lo conquista todo, y hasta la idea de que esta era una tierra árida, un castigo que el trabajo convirtió en paraíso. Se mencionaron las narrativas del agua, del acero y de esta cultura empresarial.

También se habló del choque entre esta visión metropolitana y los pueblos del mismo estado, a los que muchas veces se mira con desprecio. El tema del aspiracionismo no tardó en salir. Ser regio no es solo nacer en Monterrey, sino parecerse a cierta idea blanca, exitosa y masculina de lo que eso significa. Ser regio es una lógica de control y represión.

Y fue ahí donde el machismo hizo su aparición, no como un tema aislado, sino como columna vertebral del personaje regio. Ser regio es ser machista, dijo alguien, y nadie lo refutó. Pero justo cuando parecía que íbamos a meternos de lleno en el tema de género, la conversación se nos desvió, o más bien, se ramificó. Y lejos de ser un problema, eso hizo del diálogo algo todavía más interesante.

Hablamos de Monterrey como un premio de consolación, en la historia migratoria del país, donde mucha gente que no pudo llegar a los EUA viene a esta ciudad y hacen su vida aquí. También hablamos del regio como una máscara que esconde otras identidades, del supremacismo escondido en frases cotidianas. También surgió un desencanto, una sensación general de que el cambio parece imposible, viendo a Monterrey como la "cumbre del capitalismo mexicano".

Y sí, hubo momentos donde el hilo parecía perderse. Pero entre ida y vuelta, surgieron comentarios valiosos, testimonios que vale la pena retomar y puntos de vista que no siempre se escuchan. Al final, más que respuestas, nos llevamos buenas preguntas.

Una de ellas, quizás la más importante, creo que es ¿por qué no pudimos hablar tanto de género como queríamos? La respuesta, creo, es que la identidad regiomontana es tan espesa, tan construida, que desmenuzarla requiere más de una sesión. Pero también quedó claro que el machismo está ahí, incrustado en los cimientos de esa identidad, y que hablar de él incomoda porque nos obliga a reconocer nuestras propias máscaras.

Por eso, el siguiente círculo promete ser igual o más intenso:
“Sociología de la funa: ¿cómo aprendimos a acosar?”
Un tema fuerte, complejo, pero urgente. Sabemos que muchos se quedaron picados, con cosas por decir y otras tantas por digerir.

Nos vemos mañana viernes a las 6:30 pm, para seguir observando la sociedad.

Apunte del sociólogo gradista...

03/07/2025

No me pregunten ni me hablen de noticias. Jacobo Wong sigue de vacaciones.

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