26/07/2025
🎱 "El juego nunca te abandona. Simplemente te enseña a quedarte quieto más tiempo. "
No soy una celebridad. Ningún apodo tallado en trofeos.
Pero si has estado por aquí el tiempo suficiente, la gente empieza a llamarte "th ầy". No porque les enseñaste, sino porque seguiste apareciendo.
Crecí cuando los salones de billar eran tenue, polvorientos y sagrados.
En aquel entonces, no teníamos señales de tiza para Instagram.
Los tizamos para sobrevivir.
No fui el más inteligente.
Pero me quedé al último.
No siempre gané.
Pero nunca dejé de mirar, aprender, adaptarme.
A los 25, hice mi primer descanso que importó.
No en un torneo—
En la vida.
Me alejé de un "trabajo real" para perseguir un juego que nadie respetaba... todavía.
A los 35, vi manos más jóvenes y rápidas tomar el centro de atención.
Pero me incliné en las sombras.
Ahí es donde ves la verdad de un jugador, cuando no hay multitud, solo el eco de las pelotas y el silencio entre disparos.
Ahora en mis 60, todavía me apoyo en esta mesa.
No dominar.
Pero para recordar.
Para recordar.
Para enseñarle al niño que acaba de perder tres estantes seguidos que perder no es el final.
Es el comienzo... si te quedas.
Yo les digo:
"No necesitas un tiro perfecto.
Necesitas el coraje para tomar el próximo. ”
💬 Porque la grandeza no siempre es ruidosa.
A veces lleva un polo rojo, bizca a través de poca luz, y sonríe con silencio orgullo después de un descanso limpio.
Entonces, si me preguntas, ¿qué se necesita?
🧠 No estilo.
No suerte.
Solo años escuchando—
a la mesa,
a ti mismo,
al juego que nunca miente.
— Un anciano con tiza en las manos e historias en el corazón