01/09/2025
🎬 Durante el rodaje de La vida es bella, Roberto Benigni hizo algo muy particular para cuidar a Giorgio Cantarini, el niño que interpretaba a su hijo en la película.
Resulta que, aunque la historia hablaba del Hol*c4ust0, él nunca dejó que el pequeño entendiera la dureza real de lo que estaban grabando. En el set todo se trataba como un juego. Cada escena en el campo de c0nc3ntr4ión, cada toma difícil, Benigni la transformaba en algo lúdico para que el pequeño no se sintiera mal.
Lo curioso es que esa forma de trabajar iba en línea con su personaje: un padre que convertía el horror en fantasía para proteger la inocencia de su hijo. Así que la inocencia del actor y del personaje se mantuvieron intactas.
Y hay otro detalle interesante: la actriz que hacía de la mamá, Nicoletta Braschi, no solo era su compañera en la ficción, también lo es en la vida real. Son pareja desde los años 80 y han trabajado juntos en varias películas.