29/08/2025
SANTA ROSA EN EL MAR
(…) Tomamos dos manos de rizos. Una ya era necesaria, la segunda fue preventiva. El descenso constante del barómetro, la humedad muy alta y saltos caprichosos del viento denotaban que la bonanza había llegado a su fin.
María Marta tomaba café con leche en el cockpit y yo mate, pegadito a ella. Leíamos una novela que sosteníamos entre los dos. Leer juntos un capítulo cada tarde, se había hecho nuestra costumbre desde que zarpamos de Florianópolis.
Estábamos en un punto más o menos equidistante entre La Paloma y Cabo Polonio, a 30 millas de la costa. La mañana del lunes 27 de agosto transcurrió sin novedad, salvo que al mediodía teníamos hambre, lo que no es una novedad, y María Marta cocinó unos ravioles de pollo al catupiry que prometían estar deliciosos.
Nos sentamos en la cabina, bien afirmados con el plato en la falda, dispuestos a almorzar como marqueses en medio de la abundancia. Pero… ¡Ay de mí, de mi hambre y de mis ravioles calentitos! Se largó la tormenta ¡Y cómo! Alcancé a morder el primer raviol y ya el barco se acostaba bajo la súbita presión del viento en las velas, se iba a la orza y metía el corredor en el mar.
–Largá el tenedor, andá a enrollar el foque, yo te cuido los ravioles y después te los caliento– me intimó mi esposa, retirándome el plato y calzándolo en lugar seguro.
La tormenta de Santa Rosa estaba allí, vestida de pampero. La superficie del mar se arrugó y se cubrió de rulos blancos.
El viento mantuvo su furia descomunal casi cuatro horas que parecieron tan eternas como aguantar cuatro rounds contra un boxeador de peso pesado. La madrugada del martes 28 de agosto nos encontró ciñendo al este de la Isla de Lobos. El sol salió a las 7 de la mañana y allí estábamos acechándolo para jugar a determinar la longitud, el horizonte estaba claro y el mar como para avisos de bronceador (…)
Avant première: Condensado del próximo libro de Hernán Luis Biasotti, ANDANZAS POR RIOS Y MARES que se editará en la primavera de 2025 ¿Ya leíste el anterior: AVENTURAS DEL IN****NO Y DEL PARAÍSO?