En el año 1962, 15 jóvenes apasionados a la radioafición, lograron obtener un pequeño lugar en el mismo local donde funcionaba la Unión de Comerciantes “Parque Chacabuco” en la calle Avelino Díaz 1500, de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Luego, y a raíz de un pedido realizado a las autoridades municipales se les otorgó un lugar en el predio del natatorio municipal del Parque Chacabuco. Lo im
portante para ese grupo de jóvenes, que ya había crecido a aproximadamente a 50, era su deseo de una institución distinta, con una actividad acorde a las necesidades de la época. La fervorosa meta que los impulsaba hizo que en esa etapa de desarrollo las instalaciones cedidas se tornaran insuficientes y por tal motivo en Agosto de 1966 el municipio le cede unas dependencias en el Centro de Educación Física y Deportes “Chacabuco“. También La Aeronáutica Argentina por su parte le cedió equipos radioeléctricos para el desarrollo de las actividades radiales del centro y la Secretaría de Comunicaciones otorgo las licencias LU5CBA y la LU1CCC. Las actividades crecieron sustancialmente con la participación en eventos y también en varios y conocidos hechos donde los radioaficionados estuvieron a la altura de las circunstancias para cumplir su misión. La frondosa tarea desarrollada en el ámbito de formación y perfeccionamiento, volvieron a hacer insuficiente las instalaciones y nuevamente la municipalidad cede un nuevo lugar que es el terreno del predio que ocupa hoy en la calle Achával 951, pero con una infraestructura muy modesta por no decir nula. Y durante los años que siguieron las intensas relaciones y la sinergia lograda entre las centenas y luego miles de socios dieron lugar a esta obra edilicia, y simultáneamente cultural que hoy nos alberga y nos contiene. Llegar a ser un centro de radioaficionados de la envergadura del CBA y líder en Sudamérica había sido posible.
………………….. Pero también vinieron años no tan buenos, y a pesar de los intentos de quienes se esforzaron para mantenerlo unido y activo no lograron afrontar la crisis y así muchos radioaficionados y grupos se alejaron. Las radios y las actividades ya no se escuchaban como antes y la repetidora ya no respondía. Los poquitos que quedaron debieron afrontar la soledad y el cuasi silencio de sus radios hasta que cuando este parecía que se hacía mortal el CBA resurgió y nuevamente se encamino con firmeza hacia el destino comprometido. Aquel sueño que tenían aquellos jóvenes permanecía vivo y se transformo nuevamente en acción. Hoy el Centro de radioaficionados es activo, pujante, y pleno de ideales jóvenes como el de aquellos 15 que lo crearon. Aquellos jóvenes y los que estuvieron después, los que están y los que vendrán, fueron, son y serán parte de esa obra hecha por radioaficionados con vocación de servicio y que llamamos LU5CBA. Muchas gracias a todos ustedes que lo están acompañando y que son parte de esta etapa de su historia.