OVNIS en Argentina

OVNIS en Argentina Un viaje a las fronteras entre lo simbólico, lo imaginario y lo real

Los OVNIs, como mitología adaptativa, reflejan la evolución de los paradigmas culturales y tecnológicos, desde el mecani...
13/06/2025

Los OVNIs, como mitología adaptativa, reflejan la evolución de los paradigmas culturales y tecnológicos, desde el mecanicismo newtoniano hasta la fluidez digital y cuántica. Lejos de ser un fenómeno marginal, encarnan los dilemas existenciales y epistemológicos de la modernidad tardía: la incertidumbre, la descentralización de la experiencia humana y la multiplicidad de verdades posibles. La ciencia ficción, las tecnologías de percepción y la apropiación cultural de lo cuántico co-construyen esta narrativa, que actúa como un puente entre lo conocido y lo desconocido. En última instancia, los UAPs nos invitan a reflexionar sobre cómo imaginamos los límites de lo real en un mundo en constante transformación

APOCALIPSIS NOW Ovnis y Revolución En el vasto y a menudo desconcertante universo del trotskismo, pocas figuras han capt...
13/06/2025

APOCALIPSIS NOW
Ovnis y Revolución

En el vasto y a menudo desconcertante universo del trotskismo, pocas figuras han capturado la imaginación colectiva como J. Posadas, el seudónimo de Homero Rómulo Cristalli Frasnelli.
Nacido en 1912 en Buenos Aires, en el seno de una familia de zapateros italianos, Posadas se destacó como un líder revolucionario cuya vida estuvo marcada por la lucha obrera, el trotskismo y, de manera más sorprendente, una fascinación por los OVNIs que lo convirtió en una referencia de la marginalia política.
Su corriente, el posadismo, no solo abrazó el fervor revolucionario del socialismo, sino que lo proyectó hacia las estrellas, integrando ideas sobre civilizaciones extraterrestres y un apocalipsis nuclear en una visión utópica que desafía la lógica convencional.
En la era digital, el posadismo ha resurgido como un meme, atrayendo a una nueva generación desencantada con el "realismo capitalista".
Pero, más allá de la sátira, ¿qué hay detrás de la obsesión de Posadas con los OVNIs, y cómo estas ideas reflejan tanto su contexto histórico como las aspiraciones de la izquierda radical?

Confieso que la primera vez que oí hablar de tomé contacto con el universo posadiano fue gracias a un meme. Un delfín con una boina del Che Guevara, flotando en el espacio junto a un platillo volador, con la leyenda: “¡El socialismo intergaláctico está cerca, camaradas!”.
Me reí, claro, pero algo en esa imagen absurda se me quedó grabado.
Tiempo después, descubrí a la persona (personaje) detrás de la humorada delfinesca.
¿Quién era este tipo que mezclaba trotskismo con extraterrestres y apocalipsis nuclear?
Decidí sumergirme en el universo de J. Posadas, y lo que encontré fue una mezcla de delirio y esperanza desbocada que casi resulta inspiradora. Este es el relato de un viaje al corazón del comunismo apocalíptico intergaláctico, guiado por el libro de A. M. Gittlitz I Want to Believe: Posadism, UFOs and Apocalypse Communism y mi propia fascinación por lo que sucede cuando la revolución se extiendo hacía el infinito y más allá.

ORIGENES DE UN ANIMAL DE GALAXIAS

Homero Cristalli creció en los barrios obreros de Buenos Aires, un entorno impregnado de anarquismo y lucha social.
Antes de convertirse en J. Posadas, fue futbolista, obrero y militante de la Juventud Socialista, hasta que en la década de 1930, expulsado de allí se unió al trotskismo.
En 1947, fundó el Grupo Cuarta Internacional (GCI), que rápidamente se convirtió en una fuerza significativa dentro del trotskismo latinoamericano. Reconocido por Michel Pablo en 1952 como la delegación oficial de la Cuarta Internacional en Argentina, Posadas lideró un movimiento que se extendió por Brasil, Cuba, Bolivia y Guatemala, combinando la militancia obrera con un optimismo revolucionario extremo.Sin embargo, lo que distingue al posadismo no es solo su compromiso con la revolución socialista, sino su integración de elementos especulativos que parecen sacados de la ciencia ficción.
Posadas creía que el colapso del capitalismo era inminente y que una tercera guerra mundial nuclear sería el catalizador para el triunfo del socialismo.Pero fue su interés por los OVNIs lo que lo convirtió en una figura singular, incluso dentro del ya fragmentado mundo del trotskismo.
Estas ideas, que podrían parecer delirantes, no surgieron de la nada: reflejan el contexto cultural y político de la Guerra Fría, la carrera espacial y la fascinación global por los fenómenos extraterrestres.

LOS OVNIS Y LA REVOLUCIÓN: UNA UTOPÍA INTERGALÁCTICA

El interés de Posadas por los OVNIs alcanzó su punto culminante en su ensayo de 1968, "Los platillos volantes, el proceso de la materia y la energía, la ciencia, la lucha de clases y revolucionaria y el futuro socialista de la humanidad".
Este texto, que se ha convertido en el más célebre y citado de su obra, plantea una tesis audaz: los OVNIs son evidencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas que, por su nivel tecnológico y organizativo, deben ser necesariamente socialistas.
Según Posadas, solo un sistema poscapitalista, libre de las contradicciones del capitalismo, podría desarrollar la tecnología necesaria para los viajes intergalácticos. En sus palabras: "La existencia de los platillos volantes demuestra que hay civilizaciones más avanzadas que han superado las etapas del capitalismo y han alcanzado el socialismo".
Posadas argumentaba que los extraterrestres, al observar la Tierra, estaban esperando que la humanidad alcanzara un nivel de desarrollo suficiente para integrarse en una "comunidad galáctica".
Propuso que los revolucionarios debían esforzarse por contactarlos, ya que estos seres podrían acelerar la construcción del socialismo al compartir su tecnología y conocimiento.
Sin embargo, Posadas también advertía que no era necesario obsesionarse con los detalles de estas civilizaciones, ya que la humanidad tenía en sus manos las herramientas para construir el socialismo en la Tierra.
El origen de estas ideas no puede entenderse sin el contexto de la época.
La Guerra Fría fue el marco de la fiebre por los OVNIs, desatada tras el avistamiento de Kenneth Arnold en 1947.
En el movimiento posadista, estas ideas fueron impulsadas inicialmente por Dante Minazzoli, un militante y ufólogo que, desde finales de los años 40, veía en los OVNIs un signo de la inminencia de la revolución socialista.
Minazzoli sostenía que los extraterrestres evitaban el contacto directo porque consideraban a la humanidad inmadura, en una especie de "cuarentena cósmica" hasta que superara las divisiones del capitalismo. Aunque Posadas inicialmente relegó estas discusiones a un segundo plano, el ensayo de 1968 fue una respuesta a las tensiones internas entre Minazzoli y otros intelectuales, como Guillermo Almeyra, quien consideraba estas especulaciones una distracción del trabajo revolucionario.
La visión de Posadas también resonaba con corrientes científicas y filosóficas de la época.
Aunque no hay evidencia de que conociera directamente el trabajo de Carl Sagan o Iosif Shklovsky, quienes en 1966 publicaron Vida inteligente en el universo y promovieron la búsqueda de inteligencias extraterrestres, las ideas de Posadas compartían un espíritu similar.
Además, el "cosmismo" soviético, una corriente que combinaba el marxismo con la exploración espacial y la creencia en relaciones con civilizaciones extraterrestres, pudo haber influido indirectamente en Posadas, posiblemente a través de las críticas de Lenin a Alexander Bogdanov en Materialismo y empiriocriticismo.
Estas conexiones, aunque especulativas, sitúan al posadismo en un contexto más amplio de utopismo científico y revolucionario.

UNA NUEVA ESPERANZA

La fascinación de Posadas por los OVNIs no era solo una excentricidad; era una extensión de su optimismo revolucionario.
En un mundo al borde de la aniquilación nuclear, los extraterrestres representaban una garantía de salvación, una especie de "deus ex machina" que aseguraba que el socialismo prevalecería, incluso tras el caos.Esta creencia en una intervención externa refleja una paradoja central del posadismo: la fe absoluta en la revolución se combinaba con una sensación de impotencia ante las fuerzas del imperialismo y la represión.
El ensayo sobre los OVNIs también abordaba cuestiones filosóficas más profundas. Posadas veía en los platillos volantes una prueba de que el universo estaba gobernado por leyes dialécticas, donde la materia y la energía evolucionaban hacia formas de organización superiores.
Los extraterrestres, en su visión, eran la culminación de este proceso, un modelo de lo que la humanidad podría alcanzar si superaba las cadenas del capitalismo. En este sentido, los OVNIs no eran solo objetos físicos, sino símbolos de un futuro utópico donde la ciencia, la tecnología y la solidaridad interspecies reemplazarían la explotación y la guerra.
Curiosamente, Posadas también extendió esta lógica a los delfines, a los que consideraba seres de inteligencia avanzada que, al igual que los extraterrestres, podrían contribuir a la revolución. En su visión, los delfines simbolizaban una "unidad cósmica" entre la humanidad y la naturaleza, un estado de armonía que solo sería posible bajo el socialismo.
Estas ideas, aunque marginales dentro del propio posadismo, se convirtieron en un elemento distintivo que alimentó su aura de extravagancia.

DE REVOLUCIONARIO A GURÚ CASTRENSE DE LA NEW AGE

A pesar de su reputación como un pensador excéntrico, Posadas fue un líder político con un impacto real en América Latina.
Los posadistas desempeñaron un papel activo en la Revolución Cubana, apoyando al Che Guevara y criticando la distensión de Fidel Castro con la Unión Soviética.En Guatemala, lideraron la guerrilla del MR-13, promoviendo consejos campesinos armados.En Bolivia, influyeron en el movimiento obrero durante la Revolución Nacionalista de 1952.
Sin embargo, su radicalismo los llevó a enfrentamientos con otros sectores de la izquierda, incluida la denuncia de Castro en 1966, que marcó el inicio de una represión que obligó a Posadas a exiliarse en Roma en 1968.
En Europa, el posadismo se transformó en una secta centrada en la figura de Posadas, con normas estrictas de "moral revolucionaria" que incluían prohibiciones sobre el alcohol, el ab**to y la homosexualidad.
La obsesión por los OVNIs y los delfines se intensificó en este período, reflejando la desconexión del movimiento con sus bases obreras y su deriva hacia un culto a la personalidad.
Tras la muerte de Posadas en 1981, el movimiento se fragmentó, pero sus ideas encontraron una nueva vida en la era digital.

EL DESPERTAR DE LA FUERZA

En la década de 2010, el posadismo experimentó un renacimiento inesperado gracias a la cultura de los memes.
Páginas como la Liga de Trabajadores Intergalácticos Posadista popularizaron imágenes de OVNIs trotskistas, delfines revolucionarios y apocalipsis nucleares, convirtiendo a Posadas en un ícono de izquierda pop y kisht.
Como señala A.M. Gittlitz en I Want to Believe: Posadism, UFOs and Apocalypse Communism (Pluto Press, 2020), este resurgimiento no es solo una burla. Los memes posadistas reflejan una nostalgia por el optimismo revolucionario en un mundo donde el futuro parece cancelado por el "realismo capitalista".La fascinación por los OVNIs en el posadismo contemporáneo actúa como una crítica satírica a la parálisis de la izquierda moderna.
En un contexto de crisis climática, desigualdad y polarización política, las ideas de Posadas, aunque absurdas, y a pesar de su entusiasmo atómico, ofrecen una visión de redención cósmica.
Los extraterrestres, en este imaginario, son una metáfora de la posibilidad de un cambio radical, un recordatorio de que la imaginación utópica puede desafiar las limitaciones del presente.

El surgimiento del posadismo en Argentina no es casual.
El país, a principios del siglo XX, era un crisol de radicalismo político, alimentado por la inmigración masiva y la lucha obrera.
Los padres de Posadas, anarquistas italianos, formaban parte de esta ola de activismo. El trotskismo argentino, liderado por figuras como Posadas y Nahuel Moreno, se benefició de la debilidad de los partidos Comunista y Socialista frente al peronismo, que capturó el apoyo obrero.Los posadistas intentaron infiltrarse en los sindicatos peronistas, combinando el trotskismo con un nacionalismo revolucionario que los distinguía de otras corrientes.El término "trotskismo bárbaro", acuñado por Moreno, refleja esta adaptación al contexto latinoamericano, alejándose del eurocentrismo de la Cuarta Internacional.
Posadas, con su carisma y su origen proletario, encarnó esta sensibilidad, proyectando la lucha obrera hacia una dimensión cósmica que resonó con militantes que veían en él una figura mítica.

LA NEUTRÓNICA YA EXPLOTÓ

El posadismo, y especialmente su obsesión por los OVNIs, plantea preguntas profundas para la izquierda contemporánea. ¿Es posible mirar hacia el futuro no ya con esperanza, sino con desesperación? ¿Cómo reconciliar el optimismo revolucionario con las realidades de un mundo en crisis y un sector dominante de la izquierda siendo funcional al statu quo?
Como señala Gittlitz, el posadismo no ofrece soluciones prácticas, pero su "optimismo salvaje" desafía la idea de que no hay alternativa al capitalismo.
Los OVNIs de Posadas, más que una excentricidad, son un símbolo de la fe en un futuro mejor, incluso frente al apocalipsis.En un mundo polarizado e hiperconectado el posadismo nos recuerda que la imaginación radical puede ser un antídoto contra la desesperanza. Como decía Posadas: "Hay que convocar a las masas, crear las condiciones para derrumbar el capitalismo y la burocracia de los estados obreros e instaurar el socialismo". Y, quién sabe, quizás los extraterrestres estén observando, esperando que la humanidad esté lista para unirse a la revolución

Me quedo pensando en Posadas mientras miro el cielo nocturno.
Era un hombre de contradicciones: un obrero que soñaba con galaxias, un revolucionario que abrazó el absurdo, un líder que alienó a sus seguidores. Su movimiento fue un fracaso, pero su espíritu —esa mezcla de esperanza maníaca y desafío al sentido común— aunque naif ( o quizás por eso mismo ) es seductora

Decía una famosa publicidad (sospecho que, tal vez, hubiese disfrutado la ironía) que aquellos que están tan locos como para creer que pueden cambiar el mundo son los que, al final, lo cambian

Posadas no lo logró...

¿Todavía?

https://www.comunistascuba.org/2023/11/los-platillos-volantes-el-proceso-de-la.html

¡PLATOS VOLADORES AL ATAQUE!En 1971, mientras los chicos argentinos intercambiaban figuritas de Súper Fútbol con las car...
13/06/2025

¡PLATOS VOLADORES AL ATAQUE!

En 1971, mientras los chicos argentinos intercambiaban figuritas de Súper Fútbol con las caras de los ídolos del campeonato local, un tesoro inesperado se colaba en los sobres: ¡Platos Voladores al Ataque!, una colección de 100 cartones ilustrados que narraban, en el reverso, una épica invasión extraterrestre.
Escrita por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por el maestro Alberto Breccia (con la colaboración de su hijo Enrique), esta serie es una rareza absoluta, un trabajo por encargo que, sin acreditar a sus autores, se convirtió en un hito de la cultura popular argentina.
No era solo un relato de ciencia ficción; era una aventura desbocada, una mezcla de pulp, audacia narrativa y arte vibrante que se desplegaba en pequeños rectángulos de cartón.
Y, como en la icónica El Eternauta, la historia ponía a Buenos Aires en el centro de una invasión extraterrestre, un escenario que conecta ambas obras como reflejos de los miedos y esperanzas de una Argentina bajo amenaza.

MOZO, HAY UN OVNI EN MI ÁLBUM DE FIGURITAS

La premisa de ¡Platos Voladores al Ataque! es tan delirante como irresistible. Los plutonianos, habitantes de Plutón, descubren que trasplantar corazones humanos en sus cuerpos les otorga una vida de diez mil años. Este macabro hallazgo desata una invasión a la Tierra, con ataques quirúrgicos a bases militares, ciudades arrasadas y un arsenal de armas alienígenas que incluye rayos mortíferos y tecnología para agrandar caracoles, escarabajos y hasta dinosaurios.
La humanidad parece condenada, pero la salvación llega desde el espacio: los saturninos, enemigos jurados de los plutonianos, se alían con los terrícolas para contraatacar. Sin embargo, la esperanza se quiebra cuando los saturninos, lejos de ser héroes, revelan sus propias intenciones de conquista, usando un anillo de Saturno como arma definitiva.
Es aquí donde la historia da un giro tan argentino como inesperado, con ecos de El Eternauta.
Desde el sur, específicamente desde Argentina, un niño llamado Bocha y un maestro de escuela, Mario Vélez, se cruzan con el profesor Lanús, un genio que ha construido una nave espacial llamada La Esperanza. Su plan: viajar a Saturno, instalar un dispositivo para desviar su órbita y hacer que colisione con Plutón, eliminando la amenaza.
En un giro aún más audaz, Bocha y cinco amigos asumen la misión, enfrentándose al emperador Uaur, el último habitante de Saturno, que controla un ejército de robots teledirigidos. Los chicos, con más coraje que experiencia, logran salvar la Tierra y regresan como héroes.

BUENOS AIRES BAJO FUEGO ALIENÍGENA

Si ¡Platos Voladores al Ataque! brilla por su audacia, su conexión con El Eternauta la eleva a un plano aún más profundo.
En El Eternauta, publicado en 1957, Oesterheld y Francisco Solano López narran una invasión alienígena que comienza con una nevada mortal en Buenos Aires, donde Juan Salvo, un hombre común, se convierte en líder de una resistencia desesperada contra los “Ellos”, una fuerza extraterrestre implacable.
En ambas obras, Buenos Aires no es solo un escenario, sino un personaje más: sus calles, sus barrios y su gente son el corazón de la lucha. Mientras El Eternauta muestra una ciudad asfixiada por la nieve y el terror, ¡Platos Voladores al Ataque! la convierte en el epicentro de una batalla cósmica, con ataques a gran escala y criaturas gigantes desatadas en sus calles.
El nexo entre ambas historias va más allá de la invasión extraterrestre. Oesterheld, en las dos, utiliza la ciencia ficción para explorar la resiliencia humana frente a lo desconocido.
En El Eternauta, la resistencia surge de la solidaridad de un grupo de vecinos; en ¡Platos Voladores al Ataque!, es un niño, Bocha, y un maestro, Mario Vélez, quienes encarnan la esperanza desde el sur argentino. Esta elección de protagonistas humildes, anclados en la realidad cotidiana de Argentina, refleja la visión de Oesterheld: la salvación no viene de héroes de capa, sino de la gente común, de los barrios porteños o del interior profundo, que enfrentan lo imposible con coraje y astucia.

LA SOMBRA DE MARTE ATACA Y LA MANO DE LOS MAESTROS

Es imposible no trazar un paralelismo con Mars Attacks!, la serie de trading cards estadounidense de 1962 que inspiró la película homónima de Tim Burton en 1996. Ambas historias comparten un tono exagerado, casi caricaturesco, y un amor por la ciencia ficción más desvergonzada.
Sin embargo, ¡Platos Voladores al Ataque! tiene un sabor único, impregnado de la sensibilidad de Oesterheld, cuya pluma siempre encontraba humanidad en los relatos más fantásticos, y del trazo inconfundible de Breccia, capaz de dar vida a invasiones extraterrestres con una intensidad casi cinematográfica.
Si Mars Attacks! es puro espectáculo, la obra de Oesterheld y Breccia añade un anclaje local: Buenos Aires no es solo un telón de fondo, sino el campo de batalla donde se juega el destino de la humanidad, un eco directo de El Eternauta.

UN RELATO FRAGMENTADO, UNA EPICA COMPLETA

Lo fascinante de ¡Platos Voladores al Ataque! es su formato. Cada figurita rectangular era una pieza de un rompecabezas narrativo, con el arte en el frente y un fragmento de la historia en el dorso. Reunir las 100 estampas, ordenadas numéricamente, era como armar una novela gráfica en miniatura. Este enfoque, poco convencional para la época, obligaba al lector a involucrarse activamente, a cazar cada pieza para completar la saga. No era solo coleccionismo; era una experiencia inmersiva que mezclaba la emoción de la ciencia ficción con el ritual de abrir un sobre de figuritas..

HUELLAS DE UNA INVASIÓN

A pesar de su origen humilde, ¡Platos Voladores al Ataque! es un testimonio del genio de Oesterheld y Breccia, dos titanes del cómic argentino que, incluso en un encargo comercial, dejaron su marca. La historia, con su mezcla de terror, heroísmo y un toque de humor absurdo, captura el espíritu de una época en la que la ciencia ficción era un vehículo para soñar en grande. Su conexión con El Eternauta no es solo temática, sino filosófica: ambas obras transforman Buenos Aires en un escenario de resistencia, donde la humanidad enfrenta lo imposible con ingenio y corazón. Que esta obra haya surgido como un “extra” en una colección de fútbol solo añade a su encanto: es un recordatorio de que la creatividad no conoce límites, ni siquiera los de un sobre de figuritas.
Hoy, ¡Platos Voladores al Ataque! es un objeto de culto, una reliquia para coleccionistas y fans del cómic argentino. Si alguna vez encuentras una de esas figuritas en un mercado de pulgas o en el fondo de una caja olvidada, no la dejes pasar. Es más que un pedazo de cartón: es un portal a una invasión extraterrestre que, hace más de medio siglo, conquistó los corazones de quienes soñaban con salvar la Tierra —y Buenos Aires— mientras intercambiaban figuritas de fútbol.

Nueva investigación de la Fundación Argentina de Ovnilogia (FAO) en progreso.Escribe Astrid Britos, coordinadora de FAO ...
04/06/2025

Nueva investigación de la Fundación Argentina de Ovnilogia (FAO) en progreso.
Escribe Astrid Britos, coordinadora de FAO Buenos Aires

En noviembre de 1960, en un campo cercano a la localidad bonaerense de Rauch, se reportó la caída de un objeto luminoso acompañado de un fuerte estruendo, temblores en el suelo y luces inusuales en el cielo. El episodio no tardó en ser denunciado por Don Gilberto D’Cristófaro. Don Gilberto D....

De los platillos voladores a los hiperobjetos: el mito OVNI en la era digital.Los fenómenos aéreos no identificados (UAP...
31/05/2025

De los platillos voladores a los hiperobjetos: el mito OVNI en la era digital.
Los fenómenos aéreos no identificados (UAPs) han evolucionado al ritmo de los cambios tecnológicos, epistemológicos y culturales. Este artículo propone una lectura sociológica del fenómeno, entendiendo los UAPs como una mitología moderna en transformación constante: desde su configuración mecanicista en el siglo XX hasta su reformulación actual bajo el imaginario cuántico y digital. A través del cruce entre ciencia, tecnología y cultura, se explora cómo lo inexplicable se narra, se observa y se reinventa en función de los lenguajes dominantes de cada época.

Nueva entrada en mi columna ¿Hay Alien Ahí? para revista Pensar:

Los fenómenos aéreos no identificados (UAPs, anteriormente conocidos como OVNIs) han sido durante décadas un espejo del imaginario colectivo. Desde las icón ...

TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE:(La transformación de los avistamientos de UAPs: del mecanicismo al imaginario digital y cuá...
27/05/2025

TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE:

(La transformación de los avistamientos de UAPs: del mecanicismo al imaginario digital y cuántico en la evolución de un mito contemporáneo)

Introducción

Los fenómenos aéreos no identificados (UAPs, anteriormente conocidos como OVNIs) han sido durante décadas un espejo del imaginario colectivo. Desde las icónicas naves con forma de disco que surcaron la conciencia pública tras el incidente de Roswell en 1947 hasta las enigmáticas luces evanescentes y orbes sin morfología definida reportados en la actualidad, los UAPs han mutado en paralelo con los cambios en las estructuras culturales, tecnológicas y epistemológicas de la sociedad. Este artículo propone que la evolución en las descripciones de los UAPs refleja un desplazamiento desde un paradigma mecanicista hacia uno digital y cuántico, influido por la revolución tecnológica y la popularización de conceptos científicos complejos en el discurso cultural. Desde una mirada sociológica, se analiza cómo esta transformación configura una nueva mitología contemporánea, profundamente entrelazada con la narrativa de la ciencia ficción, la cual no sólo refleja, sino que también alimenta el modo en que concebimos lo inexplicable.

De los discos voladores al imaginario cuántico: una transformación cultural

Los primeros reportes de OVNIs en la segunda mitad del siglo XX estaban dominados por una lógica mecanicista: las naves eran concebidas como extensiones tecnológicas sofisticadas, análogas a los avances en aviación y cohetería que simbolizaban el progreso humano. Esta forma de entender lo extraterrestre era profundamente antropocéntrica: las entidades que pilotaban estas máquinas eran humanoides, a menudo con cabezas grandes, ojos almendrados y una complexión estilizada, reflejando tanto nuestras proyecciones como nuestros miedos.

Estos relatos estaban en consonancia con una visión del universo regida por leyes mecánicas claras, propias del paradigma newtoniano. En este contexto, el fenómeno OVNI se enmarcaba como una anomalía tecnológica —una tecnología avanzada de otro mundo que, aunque desconocida, era inteligible en términos humanos. Este arquetipo se consolidó gracias a la explosión mediática y cultural de la ciencia ficción de la época, en particular a través de películas como The Day the Earth Stood Still (1951) o Close Encounters of the Third Kind (1977), que establecieron una estética clara del “otro” como tecnológicamente avanzado pero morfológicamente comprensible.

Ciencia ficción y retroalimentación simbólica

La ciencia ficción no solo sirvió como vehículo para popularizar la noción del visitante alienígena, sino que también ofreció un marco narrativo para comprender y asimilar los avistamientos. En palabras de Fredric Jameson, la ciencia ficción funciona como una “conciencia anticipatoria” que permite a las sociedades proyectar sus deseos y temores tecnológicos en escenarios hipotéticos. En este sentido, la ciencia ficción y los avistamientos de UAPs han estado en un proceso de retroalimentación constante: mientras los informes influenciaban la estética y la narrativa de la ciencia ficción, ésta devolvía una forma estructurada y visualmente codificada al fenómeno, alimentando la imaginación colectiva.

Esta relación simbiótica generó un lenguaje visual y narrativo que permitió dotar de sentido al fenómeno. Los encuentros cercanos, las abducciones, las sondas y las advertencias apocalípticas se convirtieron en motivos recurrentes que trasladaron el fenómeno UAP del campo de lo inexplicable al de lo narrativamente plausible, estableciendo una mitología moderna con sus propias reglas, arquetipos y símbolos.

Del paradigma mecanicista al imaginario digital y cuántico

Con el advenimiento de la revolución digital a finales del siglo XX, la tecnología dejó de ser exclusivamente tangible. Las computadoras, internet y posteriormente los algoritmos de inteligencia artificial introdujeron una nueva forma de pensar lo tecnológico: invisible, descentralizado, abstracto. En paralelo, la física cuántica —con sus nociones de incertidumbre, superposición, entrelazamiento— comenzó a permear el discurso cultural, no necesariamente en su forma técnica, sino como metáforas del caos, la multiplicidad y lo inefable.

Los UAPs contemporáneos reflejan este nuevo imaginario. Lejos de las máquinas mecánicas, los reportes ahora describen luces flotantes, orbes que cambian de forma, objetos sin contorno definido ni patrón claro de movimiento. Según datos del AARO y del NUFORC, una mayoría significativa de reportes actuales alude a fenómenos que no responden a la lógica mecánica tradicional. Estas descripciones resuenan con una estética cuántica, donde los objetos no tienen una posición fija ni una forma estable, sino que parecen existir en un estado fluido, apenas perceptible, como si fueran "fenómenos de software" antes que de hardware

Tecnologías de percepción y la reconstrucción de lo desconocido

El auge de tecnologías de vigilancia y registro —drones, cámaras de alta resolución, sensores infrarrojos— ha alterado la forma en que se observan y reportan los UAPs. Hoy, la experiencia del avistamiento no es necesariamente directa ni humana, sino mediada por aparatos que producen datos abstractos: puntos de calor, distorsiones, movimientos erráticos en un radar. En este contexto, la narrativa deja de ser antropocéntrica y se convierte en tecnocéntrica: lo que importa no es la interacción con seres, sino la interpretación de datos digitales ambiguos.

Esta mutación ha desplazado el foco desde el “encuentro cercano” hacia el “registro anómalo”, creando una narrativa que se alinea con la estética contemporánea de la vigilancia, la información opaca y los sistemas autónomos. El informe del AARO de 2024, por ejemplo, detalla 49 casos de UAPs identificados como drones o globos, lo que ilustra cómo los límites entre tecnología humana y fenómeno inexplicado se han vuelto difusos.

Apropiación cultural de la mecánica cuántica

Aunque la mecánica cuántica es una disciplina altamente técnica, sus conceptos han sido traducidos y vulgarizados en el discurso popular como símbolos de misterio y trascendencia. El lenguaje cuántico ha sido incorporado por la ciencia ficción reciente —como en Interstellar (2014) o Arrival (2016)— y ha dado forma a una nueva manera de pensar lo extraterrestre: no como otro “ser”, sino como otra “forma de existencia”.

Esta abstracción se traduce en una estética visual menos definida, más simbólica, y en un lenguaje que recurre a lo efímero, lo cambiante, lo inasible. En estudios recientes (Roeper & Roeper, 2024), los informes de avistamientos muestran una creciente tendencia hacia la descripción de fenómenos como “morfología variable” o “transiciones de fase”, términos más propios de la física que del relato clásico de avistamiento. La apropiación cultural de lo cuántico así se convierte en una herramienta para significar lo inexplicable en un nuevo marco narrativo.

La desaparición de los “encuentros cercanos”

Mientras que en las décadas de 1960 y 1970 abundaban los relatos de contacto con seres extraterrestres, en la actualidad estos encuentros han virtualmente desaparecido del registro institucional y popular. Esta ausencia no es azarosa, sino que responde a un cambio en la forma en que se construye lo desconocido. En una cultura hiperconectada y mediada tecnológicamente, el testimonio humano ha perdido autoridad frente al dato digital. Como sugiere Giddens (1991), en la modernidad tardía el “yo” se reconstruye constantemente en relación con los sistemas expertos, y en este caso, los sensores y tecnologías se han convertido en los nuevos “testigos de lo real”.

Hacia una mitología en constante mutación

Los UAPs no son únicamente un misterio físico, sino también un fenómeno cultural, un reflejo de cómo una sociedad imagina sus límites epistémicos y ontológicos. Desde una perspectiva sociológica, siguiendo a Berger y Luckmann (1966), podemos entender los UAPs como parte de la construcción social de la realidad: una narrativa negociada entre lo material (tecnología, ciencia) y lo simbólico (cultura, imaginación).

Esta mitología contemporánea no es estática, sino que se transforma en función de las condiciones culturales de cada época. La institucionalización del tema, como muestra el papel del AARO, implica una redefinición del capital cultural que rodea a los UAPs: ya no son tema de "locos" o “conspiranoicos”, sino de análisis técnico y científico, aunque la ambigüedad persista.

Conclusión

La evolución de los UAPs —desde platillos voladores y humanoides hasta orbes cuánticos y luces digitales— refleja mucho más que un cambio en la fenomenología del cielo: revela una transformación profunda en cómo las sociedades contemporáneas construyen el misterio. En el cruce entre ciencia, tecnología y cultura, los UAPs son un puente entre lo que podemos nombrar y lo que se resiste a ser comprendido bajo los marcos tradicionales del saber. En este tránsito del paradigma mecanicista al digital y cuántico, los UAPs se convierten en un prisma a través del cual observar la evolución del imaginario social en la era contemporánea.

Lejos de ser un mero entretenimiento marginal, el fenómeno UAP ha adquirido el estatus de un mito moderno en constante reformulación. Su estética ya no responde únicamente a la lógica de la tecnología mecánica ni al arquetipo del extraterrestre antropomorfo, sino que encarna los dilemas existenciales y epistemológicos de nuestra época: la incertidumbre, la pérdida de anclajes ontológicos, la descentralización de la experiencia humana y la multiplicidad de verdades posibles.

Desde una perspectiva sociológica, esta transformación pone en evidencia cómo el conocimiento científico, la producción cultural (especialmente la ciencia ficción) y las innovaciones tecnológicas co-construyen la percepción de lo “real”. La ciencia ficción no solo anticipa formas de vida y contacto, sino que también actúa como vehículo para digerir cognitivamente lo que los datos no pueden explicar del todo. A su vez, los informes oficiales y los registros institucionales —como los del AARO— aportan legitimidad a un discurso que, décadas atrás, pertenecía a los márgenes del pensamiento racional.

En última instancia, los UAPs se presentan como una forma de mitología adaptativa: una narrativa flexible que absorbe los lenguajes dominantes de cada época —mecánico, digital, cuántico— para seguir expresando la misma pregunta de fondo: ¿qué hay más allá de lo que conocemos

Implicaciones sociológicas y líneas futuras de investigación

Este análisis nos invita a considerar que los UAPs no deben estudiarse únicamente como fenómenos físicos, sino como construcciones sociales y culturales que condensan ansiedades, deseos y horizontes epistemológicos de una sociedad en transformación. En el "mercado de significados" descrito por Bourdieu (1986), el relato sobre los UAPs se convierte en un bien cultural negociado, cuya legitimidad depende del contexto tecnológico, científico y mediático en el que circula.

Futuras investigaciones podrían explorar cómo el acceso a la tecnología influye en la distribución geográfica y social de los reportes, o cómo los marcos ideológicos condicionan la interpretación de los avistamientos. También sería pertinente estudiar la dimensión ritual y comunitaria de los UAPs en plataformas digitales, donde usuarios comparten videos, teorías y experiencias en una suerte de liturgia secular del misterio.

En un mundo cada vez más regido por lo intangible —datos, algoritmos, inteligencias artificiales— los UAPs actúan como un recordatorio de que lo inexplicable persiste, y que nuestras formas de imaginarlo seguirán evolucionando a medida que cambian nuestras herramientas para mirar el cielo

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