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📣 TENEMOS BUENAS NOTICIAS   Cada vez falta menos para que vea la luz nuestro proyecto "Nadia Echazú: El legado de Lohana...
22/10/2024

📣 TENEMOS BUENAS NOTICIAS

Cada vez falta menos para que vea la luz nuestro proyecto "Nadia Echazú: El legado de Lohana Berkins", que fue seleccionado por el Programa Comunicar Diversidad 2024 de 🙌.

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‼ Agendate el 1 de noviembre, andá a la última placa para enterarte porqué 😉

🎰 Ludopatía en nuestrxs jóvenes 🆘Las apuestas online están arrasando con una generación entera, y muchas veces pasan des...
13/09/2024

🎰 Ludopatía en nuestrxs jóvenes 🆘

Las apuestas online están arrasando con una generación entera, y muchas veces pasan desapercibidas. Según la psicóloga Débora Blanca, 1 de cada 3 jóvenes en Argentina está inmerso en el mundo de las apuestas, afectando su vida cotidiana, salud mental y rendimiento escolar. Mientras la pandemia cerraba los bingos y casinos, el juego online seguía creciendo, sin límites ni control.

Blanca alerta que la falta de señales físicas hace que esta adicción sea fácil de ocultar, lo que nos desafía a prestar más atención. El Estado, la industria del juego y todxs como sociedad debemos tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.

🔗 Leé la nota completa en el link de nuestra bio.

📜 "Seamos libres, ¿y lo demás?"🚀 La libertad es una lucha constante que atraviesa fronteras y generaciones. Desde el gri...
17/08/2024

📜 "Seamos libres, ¿y lo demás?"🚀

La libertad es una lucha constante que atraviesa fronteras y generaciones. Desde el grito de independencia de San Martín hasta las canciones de La Renga y Charly, seguimos buscando una libertad que sea de verdad.

Y... ¿Qué significa realmente ser libres en pleno siglo XXI? ¿Cómo honramos a quienes dieron su vida por nuestra libertad? 🌎

🔗 Lee la nota completa acá: https://noticiasdeayer.com.ar/seamos-libres-y-lo-demas/

En el vértice de la foto aparece de refilón el hocico de la perra. El mate y el estuche de los anteojos están más encuad...
25/02/2023

En el vértice de la foto aparece de refilón el hocico de la perra. El mate y el estuche de los anteojos están más encuadrados sobre el suelo de la galería y alguna página desenfocada del libro de Forn que intentaba terminar. La imagen probablemente no tiene cielo, pero la claridad de ciertas mañanas no precisan esa clase de evidencias. Tiene que haber plantas, eso sí. No pude haber capturado una foto sin plantas desde ese rincón. Chequeo el celular: ahí están. En los confines de la galería, dándole la bienvenida al sol tibio de esas horas.

Miro la perra y no consigo recordar de qué color está hecha. Los pocos colores que se me vienen a la cabeza no me bastan para describir con certeza algunas cosas. Alzo la vista, ya no estoy más ahí. Ahora estoy acá. Soy el habitante de mi cuadro, otra vez, como siempre. Si me paro en puntas de pie, puedo tocar el marco sobre mi cabeza. Si cierro los ojos, podría improvisar un identikit de todo lo que existe a mi alrededor. Soy esto. No preciso una foto que me congele acá. Quise traerme la tibieza de ese sol pero no tenía suficiente lugar en la mochila. Igual no hubiese sabido dónde ponerla así que está bien así.

Fueron pocos días pero estuve atento porque había una noticia que podía llegar de un momento a otro. Me fui para allá con esa sensación amarga de que no iba a estar si los hechos se precipitaban. También me fui pensando en lo absurdo de algunos pensamientos que se me cruzan por la cabeza: como si a mi amigo le fuera a cambiar algo, que esté o no esté en el velorio de su madre. Pero no. No pasó. Volví de Salta y nada había cambiado todavía.

Bueno, mi perspectiva de las cosas cambió. No haberme podido traer colgado el solcito del valle o las tormentas que se me largaron allá, embelleciendo mis mates de la tarde: eso cambió. Ver a mi amiga apurándose a mover las macetas en la galería para que sus plantas recibieran la bendición de la lluvia de verano: que me explique mientras cambiaba todo de lugar que no es lo mismo para ellas un sorbo de agua cualquiera; que siempre es mejor lo que la lluvia tiene para darles.

En mi cuadrito ya casi no llueve. Recargo mi botella de agua y hago lo que puedo con las plantas en el patio de atrás de casa. Pienso en la vida, pienso en las familias, pienso en mi amigo. Ya sé, no me digan nada: es común que uno se vuelva más sensible de algunos viajes; es normal que ejerzamos un poco de resistencia para que no se diluyan tan pronto las cosas bellas que nos traemos de otros cuadritos, con toda su gente allí, con ese entorno tan envolvente. Hablaba con mi hermano: me decía que acá, en la ciudad, también está lleno de hombres y mujeres sensibles, intentando derramar en el mantel de los días un poco de amabilidad, torciéndole el brazo al individualismo al menos con pequeños gestos de grandeza, apostando a la sonrisa pasajera incluso si nos cruzamos con gente que no volveremos a ver nunca más.

Me decía también que él procura armarse sus propios rituales, yéndose a leer un rato, por ejemplo, a algún barcito de la calle Boedo. Para no perder la costumbre. Y en eso me iba a quedar pensando después. Los rituales, en esos otros lugares donde la vida es distinta, trascienden la mera voluntad de una persona. Las raíces de algunos pueblos están bien hundidas en la tierra y entonces las cosas suceden más sin pensar, y entonces la marejada te va llevando casi sin que te des cuenta. Allí, uno no tiene que andar preocupándose tanto por armarse un ritual solitario: los rituales te llevan puesto y te hacen ser de otra manera. Una manera quizás más colectiva, sin dudas más amorosa. ¿Será que sus raíces la riegan la lluvia? ¿Será que son cuadritos lluviosos, y no como el nuestro que cada vez se seca más?

Hoy se murió la mamá de mi amigo, después de mucho batallar. Le mando un mensajito, le pregunto cómo estás. Me responde que en paz y con un dolor ya conocido, profundo e insoportable. En un par de horas estaré acompañándolo en el velorio. Quizás sí cambie algo el hecho de estar o no estar. No cambiará el destino inapelable de nuestras vidas, pero cambian los pequeños gestos de humanidad, de amistad y de sensibilidad. Y cambia también el ritual, porque el ritual lo hacemos las personas que estamos ahí. Un encuentro de amor y de compasión en el corazón de Buenos Aires. La celebración de la vida que se va, la reflexión en la noche de hoy y la mirada puesta en el sol que arderá mañana, otra vez, con su latido lejano, con nuestra hidalguía intacta.

Historias, crónicas, actualidad, pensamientos, entrevistas y mucho más contenido, en https://noticiasdeayer.com.ar/

Es injusto que debamos dejar atrás el modo campeón del mundo: no debiera ser un estado pasajero, sino un estilo de vida....
25/01/2023

Es injusto que debamos dejar atrás el modo campeón del mundo: no debiera ser un estado pasajero, sino un estilo de vida. Pero bueno, nuestros jugadores ya tienen puesta la camiseta de sus clubes y aparentemente nosotros también tendríamos que ir vistiéndonos con nuestras ropas. Hay que volver a sintonizar con la vida real, porque el año recién empieza, pero ya están pasando cosas importantes.

Mientras se escriben estas líneas, transcurre en la Ciudad de Dolores el juicio oral a los ocho imputados por el as*****to de Fernando Báez Sosa, consumado tres años atrás. En algunos días más, sabremos qué condena le cabió a este puñado de rugbiers. Por cierto, algunos andan militando las redes para desligar al deporte, diciendo que se trató simplemente de “un grupo de amigos”. ¿Saben qué pasa? La pelota ovalada, a esta altura del partido, ya se manchó demasiadas veces, y cuando son tantas las casualidades, hay que empezar a decir las cosas como son.

Todos recordamos lo que pasó: altercado en un boliche de Villa Gesell; varios pibes que son retirados del lugar por los empleados de seguridad -hasta ahí, cosa de todas las noches-. Pero el asunto, lamentablemente, no quedó ahí: los rugbiers lo ficharon a Fernando en la calle, y parece que estaban con los ánimos alterados porque decidieron quitarle la vida de una paliza colectiva. Como pasa tantas veces, a Fernando lo conocimos mu**to: supimos que se había anotado para empezar a estudiar Derecho, que era hijo único y súper cariñoso con sus padres y con su novia. Pero Fernando ya no está más por acá, porque hay personas que se creen con derecho a decidir quiénes siguen viviendo y quiénes no. Personas que demostraron sobradamente que no están capacitadas para desarrollar una vida en sociedad y que ahora, por criminales, están siendo sometidas a juicio para ver cuántas de sus próximas décadas tendrán que purgar en la cárcel.

En este tiempo que nos toca andar, está en juego el valor de lo colectivo, y lo que se está juzgando en Dolores es, entre otras cosas, lo más deleznable de lo colectivo. Lo que se está juzgando es el empleo de la corporalidad grupal para arrasar con lo más profundo de la individualidad, que es la vida de una persona.

Vimos cómo salieron a la calle 5 millones de personas, en actitud de celebración, sin que eso decante en que tengamos que lamentar una pérdida. Lo más cerca que se estuvo ese día de que se produjera una desgracia fue por el accionar egoísta e irresponsable de dos tipos que decidieron arrojarse desde un puente, demostrando una notable incapacidad de participar de una fiesta popular. Así y todo, por muy reprochable y bochornoso que fuera lo que hicieron, eso no los convierte en criminales. Lo paradójico es que la misma sociedad que puede estar tranquila con millones de personas en las calles, deba sentir temor por ocho energúmenos que salen en patota al espacio público, dispuestos a imponer su ley a cualquier precio, incluso si eso significa matar a patadas a un muchacho que tuvo la inmensa desgracia de cruzarse en su camino.

Lo que está pasando, este juicio que se está llevando a cabo, no solo no debe debilitar nuestro ser colectivo, este andar de a muchos por la vida que estábamos comenzando a practicar, sino que lo tiene que fortalecer todavía más. El pueblo entero, esta millonada de gente que hace poco tiempo se fundió en un abrazo callejero para gritar que éramos campeones del mundo, se llena de espanto y de frustración cada vez que lee de refilón algo relacionado con el as*****to de Fernando, o cada vez que enciende la tele y engancha alguno de los testimonios desgarradores que están circulando por la sala del Tribunal de Dolores, frente a los rostros impávidos de esos inválidos emocionales que en cuestion de días serán condenados y puestos tras las rejas.

Es otra oportunidad para reafirmar que el pueblo debe seguir estando unido, para lo bueno y para lo malo. Si algunos oportunistas quieren aprovechar la volada para tratar de maldecir el hecho hermoso de juntarse en banda y encarar la vida colectivamente, simplemente ignorémolos, porque ya ni siquiera vale la pena andar respondiendo cada gilada que se dice. Sepamos nomás que el pueblo es y el pueblo siente, y el pueblo sabe. Aprovechemos el envión de ser campeones del mundo y hagamos que sea algo más que una nube pasajera. No porque tengamos que ser mejores que nadie, sino por lo lindo que se siente andar por la calle con la sonrisa suelta, confiando en la gente que tenemos al lado aunque no la conozcamos y cuidándonos entre todos para que nada salga mal. Siempre es mejor que las cosas nos pasen colectivamente. Incluso esto. Incluso la condena de un grupo de rugbiers que se probó el traje de dios y se creyó que podía ir por la vida produciendo daño al prójimo sin sufrir las consecuencias.

Digámosle colectivamente, lo tremendamente desorientados que están. Que todo el pueblo les lea la sentencia junto a los padres de Fernando y que todo el pueblo los meta en cana, con el mismo fervor que sentimos el día que salimos a festejar el mundial, con la misma convicción de querer vivir en paz.

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30/12/2022

Se termina un año más y queremos celebrarlo con ustedes que nos acompañaron y confiaron en nuestra cooperativa.

Este 2022 estuvo cargado de trabajos y alegrías (y un mundial🏆), participamos de capacitaciones sobre gestión y proyectos, cooperativismo, fotografía y marketing para poder mejorar y seguir profesionalizando nuestro trabajo.

Por primera vez brindamos capacitaciones, creamos una revista impresa e hicimos un programa radial propio🙌. Y filmamos nuestro primer documental que está pronto a salir 🥳.

Gracias a quienes fueron y son parte de estos proyectos. Deseamos que se multipliquen estas movidas cooperativistas y autogestivas ❤️

¡Feliz fin de año para todxs! Y que el 2023 sea aún mejor🥂✨
Un saludo de todo Rompecabezas🧩

"OKTUBRE ES LA SOCIEDAD"Eso nos dijo Rocambole, refiriéndose al emblemático segundo disco de Patricio Rey y sus Redondit...
30/12/2022

"OKTUBRE ES LA SOCIEDAD"

Eso nos dijo Rocambole, refiriéndose al emblemático segundo disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, disco que no solo pondría a la banda bajo los reflectores de una juventud que se andaba sacudiendo el polvo de la dictadura, sino también a este dibujante, cuya obra trascendería de formas insospechadas.

Es que Los Redondos, como tantas otras bandas, no fueron nada más que cinco músicos trepándose a escenarios frente a un público cada vez más convocante y difícil de pastorear. En todo caso, fue una banda ampliada, con la Negra Poli capitaneando el viaje y una tripulación de piel curtida y diente filoso, dispuesta a transformar su entorno con la garra del arte.

Le preguntamos de qué se libraría hoy, su célebre personaje prisionero, y él dice que, por mucho que suene reiterativo, las cárceles de este tiempo son la aceleración tecnológica, que margina el alma de las personas, y un capitalismo que se empeña en depredar la naturaleza de este mundo. “Oktubre es, por un lado, un homenaje a todas las revoluciones de la humanidad, pero también es la sociedad que nos aprisiona en rincones con poca luz”.

El dibujo del esclavo rompiendo sus propias cadenas es, evidentemente, ese homenaje que rindieron Los Redondos a las revoluciones de la historia. Pero, cuando dice esto de que Oktubre es la sociedad, Rocambole nos lleva a pensar en la ilustración que ocupó la tapa del disco: ahí se exhibe una manifestación exhausta, al mejor estilo Berni (Antonio, no Sergio). Pero, si observamos un momento los rostros que la componen, sabremos que están jugados y seguirán batallando, justamente porque no tienen nada que perder.

Rocambole tiene un nombre, aunque curiosamente ese nombre se haya desdibujado con el correr de la vida y el oficio. Ricardo Cohen, ese es su nombre, en más de una ocasión ya había respondido que, antes que artista, él se consideraba un dibujante. Seguramente le resulte una palabra más amigable y también más honesta, en tanto que lo conecta mejor con su oficio y con sus deseos. Decirse “artista” probablemente vuelve todo más impreciso, y eso hace que muchos, como Ricardo, elijan sentarse en otras butacas.

“Yo siempre me sentí más bien partícipe del arte popular, entendiendo que es para todo el mundo. No me interesa tanto el que permanece oculto en un museo o en una galería privada. Amigos docentes me han contado que esa imagen, la del esclavo, es el tatuaje más recurrente en las cárceles del país. No digo que esté bien ni que esté mal. Eso no lo sé. Pero esa persistencia es una de las cosas que se propone el arte popular”, explicó Rocambole en exclusiva.

Y dijo todavía más: “Creo que somos animales artísticos, por más que constantemente intenten transformarnos en robots productores de cosas. Creo que el arte es lo único que nos diferencia de un caracol”.

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*EL ESPEJO ENVEJECEUn video de YouTube muestra a una mujer de 54 años maquillándose frente al espejo. Algo de todos los ...
28/12/2022

*EL ESPEJO ENVEJECE

Un video de YouTube muestra a una mujer de 54 años maquillándose frente al espejo. Algo de todos los días, que hace rápido, casi mecánicamente. Cuenta, mientras tanto, que en 6 años más será oficialmente una vieja, porque ese es el umbral que tiene la sociedad para considerar que una persona ya comenzó la última etapa de su vida. La paradoja está a las claras y no hace falta siquiera que ella lo ponga en palabras: cuando uno ve a esa mujer en el espejo, no hay allí rastros de vejez. Lo único que refleja es la vitalidad de una persona que se maquilla con algo de prisa porque tiene muchas cosas que hacer.

El solo hecho de que existan umbrales etarios, en este caso el de los 60, para marcar el terreno vital de un ser humano, es un claro ejemplo de “edadismo”, palabra que no tiene aún el rodaje suficiente para considerarla popular, al menos en nuestra sociedad. También se le dice viejismo. El significado es el mismo y seguro se lo están imaginando, aunque nunca hayan oído hablar sobre el asunto. Tiene que ver, efectivamente, con la discriminación que se produce por cuestiones de edad. Y lo cierto es que vivimos insertos en lógicas políticas y sociales que siguen mostrándose muy acartonadas para abordar las vejeces de su población, cada vez más amplias y diversas.

La protagonista del video es Gabriela Cerruti, hoy integrante del grupo chico que rodea al presidente, pero bien podría ser cualquier mujer argentina, y bien podría ser también un hombre de cualquier rincón del mundo, porque, si bien hay evidentes razones de género, no es una problemática que se delimite tampoco de esa manera. Algo que enfatiza la mujer frente al espejo es la necesidad de que la política comience a mostrar síntomas de imaginación para proponerle un mundo más amigable a todas las personas que, como ella, van transitando la vida adulta y pensando en lo que vendrá.

Es inaceptable que el Estado siga asumiendo como propia la perspectiva de las instituciones geriátricas, como si estuviéramos anclados en el Siglo XX. Hace 50 años probablemente la vejez fuera más uniforme, porque también lo era la sociedad en su conjunto. Pero, pretender que la realidad social no se alteró, equivale a no hacerse cargo de los desafíos y las responsabilidades de nuestro tiempo.

Poco después de publicado el video de Cerruti, comenzó a tomar forma un nuevo movimiento de mujeres, integrado, según su propio manifiesto, por las hijas de los pañuelos blancos y las madres de los pañuelos verdes. La Revolución de las Viejas, es el nombre de este colectivo que ya participó activamente del último Encuentro Nacional de Mujeres, en territorio puntano. ¿Qué quieren? Pensar políticas en términos de la felicidad de las personas, ser protagonistas de los procesos sociales y culturales que se dirimen en el presente y transformar no solo la vejez, sino la vida en su conjunto.

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"Dos días atrás nos sorprendía el colapso que se produjo en Buenos Aires, en el intento de millones de personas de acerc...
22/12/2022

"Dos días atrás nos sorprendía el colapso que se produjo en Buenos Aires, en el intento de millones de personas de acercarse hasta los jugadores para celebrar con ellos la Copa del Mundo. Ayer llegaban a cuentagotas otro tipo de imágenes: los jugadores ya desperdigados, convertidos otra vez en personas, llegando a sus lugares de origen y siendo recibidos como héroes, pero ya no por un pueblo indescriptible, sino por su gente, nombres y rostros que a ellos les resultan familiares. Es como si un rompecabezas se hubiese completado, después de tantos años intentándolo, y una vez consumada la proeza, volviéramos a guardar las piezas en una caja. La magia terminó".

Los jugadores ya desperdigados, convertidos otra vez en personas, llegando a sus lugares de origen y siendo recibidos como héroes.

Acordémonos de las palabras que le oímos decir a Bielsa, cuando le preguntaron por el Diego, par de días después de su r...
21/12/2022

Acordémonos de las palabras que le oímos decir a Bielsa, cuando le preguntaron por el Diego, par de días después de su repentina partida. Decía que la fantasía que produce el ídolo popular hace que un pueblo crea que, de lo que es capaz esa persona, todos somos capaces. Y prosiguió: “Por eso, la pérdida de ese ídolo golpea tanto a los más excluidos, a los más indefensos, porque son ellos quienes más necesitan creer que es posible triunfar en la vida”.

La caravana que se armó por las autopistas porteñas y bonaerenses detrás del féretro de Maradona fue una manifestación popular esplendorosa, repleta de amor y desbordante de un montón de sentimientos imposibles de contener. Eso no fue un cortejo fúnebre, porque, dicho así, parece que estamos hablando de una ceremonia solemne, casi burocrática. Lo que hubo esa tarde fue una verdadera caravana de amor, un despliegue asombroso de bocinas dolientes, motos escupiendo sangre por el caño de escape y agradecimientos eternos arrojados desde los puentes, envueltos en papel de llanto.

¿Quién no se remontó ayer, como barrilete, hasta la despedida de nuestro otro héroe? Imposible que nuestros pensamientos no hicieran cortocircuito, al menos durante un instante, sin que eso signifique interrumpir la fiesta. En el fondo, estas invasiones extremas de felicidad y de tristeza, estos momentos tan fuertes y tan concretos en nuestra breve existencia, no son asuntos separados: se juntan, nos confunden, se amontonan, nos marean. Miren sino cómo los campeones del mundo, una vez consumada la hazaña, no logran enhebrar una frase entera sin quebrarse y mencionar a sus seres queridos que ya no están. Acordémonos, sino, de cómo celebrábamos la vida y obra de Maradona en medio del ahogo, por esa sensación tan honda de orfandad.

Esas dos multitudes tomando las calles y trepándose hasta las autopistas de la ciudad, es el mismo lienzo. Es la manifestación de que la vida está transcurriendo, y es el deseo de estar con otros para atravesar las turbulencias, porque seguro que todos intuimos que es mejor así. Risas y llanto, abrazos compartidos, la comedia y el drama de las máscaras del teatro.

Ayer le fuimos a dar amor al sucesor de Maradona, cuya inmortalidad ya nadie osaría cuestionar. La copa es la misma, símbolo poderoso que ata los tiempos y cose las grietas y cicatrices. Duele la pérdida del ídolo, pero golpea sobre todo al pueblo humilde, el que más necesita creer que se puede triunfar en la vida. Ayer empezamos a zurcir esa sensación de orfandad que nos había quedado impregnada en el alma, y reconfirmamos nuestro valor colectivo. El triunfo nos hace advertir que no somos menos que nadie, y quizás era esa la calma que andábamos necesitando. Hoy izamos nuestra bandera celeste y blanca sin rencor, mirándonos a los ojos entre nosotros como hacía mucho que no hacíamos. Hoy volvimos a creer que merecemos respeto, y la vida desde ahí se ve menos agobiante.

Alguien debe haber visto, incrédulo, a esos barcos estrellándose contra la orilla. Algún par de ojos habrá presenciado c...
12/10/2022

Alguien debe haber visto, incrédulo, a esos barcos estrellándose contra la orilla. Algún par de ojos habrá presenciado cómo nuestra historia de golpe se partió en dos.

De golpe, en algún rincón de ese telón negro delante de mí, se encendió algo, un sol de noche.

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Somos Noticias de Ayer

Somos piezas de algo que nos excede. Así pensamos, escribimos, discutimos, elaboramos. Lo primero que decidimos, cuando empezamos con esto, fue que no íbamos a andar corriendo detrás de las noticias. Nos hubiésemos cansado muy rápido, y no nos queremos cansar de hacer lo que hacemos. La realidad es avasallante para cualquiera y no sería una buena jugada pretender abrazarla toda. Elegimos las piezas que vamos a pensar, que vamos a escribir, las que más nos conmueven, las que más nos interesan, y así, con ellas, vamos armando nuestro propio rompecabezas de realidad.

Hay crónicas, relatos y ficción. Hay informes, literatura, política. Hay actualidad con un toque de historia, porque venimos de ese palo también. Hay cosas que no sabemos cómo se llaman, pero que hacemos con ganas. Hay opinión, claro, y hay riesgo, como cada vez que hay opinión.

Intentamos ser fieles a nosotros mismos, porque creemos que esa es la manera más efectiva de hacer un buen laburo. Ser fieles a nosotros mismos implica hacer el periodismo que nos gusta, escribir a nuestra manera, a veces crudo, a veces cocido. No nos queremos cansar de hacer lo que hacemos, decíamos, y eso quiere decir que nos van a tener que aguantar, porque esperamos mantener el bote a flote durante muchos mares. Tenemos un rompecabezas en mente, y cada día intentamos encastrar una pieza más. No sabemos si cuando lo terminemos nos va a quedar la imagen que estamos imaginando. Lo que sí sabemos, es que hay que seguir buscándole la vuelta, que hay que pensar, que hay que intentar, con confianza, con audacia y con la mira puesta en ese dibujo final.