
29/07/2025
El 29 de julio de 1966, la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía desató una violenta represión contra estudiantes, docentes e investigadores en la Universidad de Buenos Aires. Aquella jornada, conocida como la Noche de los Bastones Largos, marcó un quiebre profundo en la historia académica y científica de la Argentina.
Ese día, la Policía Federal irrumpió a golpes en cinco facultades intervenidas de la UBA —exactamente una semana después de que Onganía anulara la autonomía universitaria establecida en la Reforma de 1918—. El objetivo era desalojar a quienes resistían la militarización del ámbito académico. Las imágenes de policías rompiendo a bastonazos libros, muebles y cabezas se volvieron icónicas del autoritarismo que se imponía.
Las consecuencias fueron cientos de estudiantes detenidos, decenas de profesores golpeados, renuncias masivas y un éxodo sin precedentes de científicos e intelectuales, muchos de los cuales emigraron a universidades de Europa o Estados Unidos. La represión no sólo destruyó una de las etapas más brillantes de la educación pública argentina, sino que también empobreció el desarrollo del pensamiento crítico, libre y soberano.
📚💥 A casi seis décadas, la Noche de los Bastones Largos sigue siendo una herida abierta y una advertencia: cuando se ataca a la universidad pública, se ataca al futuro.
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