30/08/2020
El Momento Eureka y yo
Sylvia Falchuk y el arte de trabajar en uno mismo
Cuando recién me recibí, no hace mucho (en 2016 terminé mi tesina a los 52 años), me daba vueltas en la cabeza sobre cómo introducirme y manejarme en un ámbito tan distinto del cual provenía, treinta años en la docencia de la provincia de Buenos Aires.
Si bien siempre fui versátil, a pesar de la rigidez de mi contexto sociohistórico, hice gala de mis diferencias. Sin embargo, este nuevo desafío era distinto. No sólo cambiar el chip... eso es fácil. Era tirarme a una pileta casi vacía y nadar en aguas desconocidas. No era laburar con idiomas desde la docencia, sino comenzar un camino como profesional independiente en un mercado desconocido. Y siempre es así, para saber cómo se juega, hay que jugar, ¿no creen? Fue así que tomé las decisiones que consideré convenientes en ese momento, como acercarme a la AATI, ingresar en Futuros Profesionales y a colaborar con la Comisión Directiva así empaparme de la profesión al lado excelente profesionales y muy cálidas personas.
Todavía me faltaba, no le encontraba la vuelta a insertarme en el mercado de manera permanente. Mi cabeza de empleada en relación de dependencia me lo hacía difícil. Tomé cursos, entré en grupos de traductores, me empapé de todo lo relacionado con la profesión. Fue entonces que me llegó un correo o un aviso de redes de una capacitadora que te «enseñaba» cómo introducirse en este mundo. Fue en un momento un poco complicado para mí en lo personal, pero la agendé y la empecé a seguir en redes y tener noticias... Ahora no, ya vendrá el momento... Uno de los lemas de mi vida, saber identificar, pero sin descartar que todo tiene un momento y que, aunque deseemos que sea ahora, puede ser después... Todo depende de la perseverancia.
Y así fue... tomé las decisiones que creí necesarias, cursos, plataformas, empecé a jugar en la cancha, despacito, llenando mi currículum... traté de entender el mercado. Recuerdo que me costaba llamarme traductora, sentía que me quedaba grande. De a poco, me fui abriendo camino en esta dimensión desconocida de generar mi propio trabajo y ... no estuve tan errada en seguir mi intuición. Pero todavía me faltaba...
Y ahí es donde entra a la cancha Sylvia... Me llegó su «Momento Eureka» y saqué el polvillo del tiempo de lo que había archivado de la vez anterior y me dije: ¡ahora sí! Fue entonces que en marzo de 2019 comencé un camino de sesiones con Sylvia para reenfocar mi carrera.
Hoy, desandando este año y medio o más de encuentros que nos brindaron una cercanía profesional y espiritual, puedo decir que me he consolidado en mi profesión, que Sylvia me ha apoyado en mis «locuras» de trabajos raros y divertidos a los que pude acceder como traductora, por saber idiomas y por la amplitud semántica de la palabra linguist y me ha incentivado a contarlo. Porque no eran tantas locuras, sino vueltas de tuerca, aprender a reinventarse (algo muy común en mí) que permite a un espíritu curioso y ávido de nuevas experiencias como el mío, explorar las distintas posibilidades de un mundo laboral tan diverso como interesante. Pero eso es tema de otro posteo.
Y aquí estoy, donde quería estar, con una carrera consolidada y una postura ante la profesión que la brinda la experiencia, la búsqueda de ideas y el «sin límite» innato y súperdesarrollado luego de tantas sesiones. Todo me fue llevando a la idea del despegue, que quizá ya estaba dando vueltas, sobrevolando mis ideas. Ahora, revisitando el camino realizado y redescubriendo las múltiples Silvanas a la luz de los encuentros con las múltiples Sylvias puedo decir que YA es hora de salir al mundo de nuevo, un mundo del que nunca me fui, pero al que vuelvo fortalecida y, si se me permite el neologismo «ensylviananada», porque las sesiones nos enriquecieron, nos permitieron hablar el idioma de la empatía y nos permitieron el encuentro que excede la cuestión profesional, un encuentro de personas.
Aunque con los pasos temblorosos pero firmes a la luz de las horas compartidas, es hora de seguir buscando la pasión profesional y recoger los frutos de una vida muy vivida que me preparan para enfrentar nuevos desafíos, nuevas locuras, nuevas incógnitas, nuevos reinventos, nuevas Silvanas y nuevas Sylvias. ABRAZO DE OSO, SYLVIA FALCHUK.
Silvana R. Borghi Silvana Borghi Traducciones