03/07/2025
Argentina posee en Vaca Mu**ta, Neuquén, la segunda mayor reserva de gas no convencional del mundo, con un potencial para abastecer al país por 63 años, según la Secretaría de Energía. Sin embargo, en julio de 2025, una ola polar disparó la demanda de gas domiciliario a niveles récord, llevando al sistema energético al límite. La población enfrenta cortes en el suministro, industrias han sido afectadas y estaciones de GNC han suspendido servicios, evidenciando una paradoja: un país rico en recursos energéticos no logra garantizar el acceso al gas para sus ciudadanos.
La crisis se debe a múltiples factores. Las bajas temperaturas, con mínimas de hasta -18.2 °C en Esquel y -11.2 °C en Neuquén, elevaron el consumo residencial de 45 a 80 millones de metros cúbicos diarios (MMm³/d). Sin embargo, la infraestructura de transporte es insuficiente. El Gasoducto Néstor Kirchner, inaugurado en 2023, opera a la mitad de su capacidad (11 MMm³/d en lugar de 22 MMm³/d) debido a la falta de compresoras en Tratayén, Salliqueló y Mercedes, cuya construcción se detuvo por recortes en obra pública. Esto obligó al gobierno a importar gas a un costo de 500 millones de dólares, frente a los 44 millones necesarios para completar las obras. Además, problemas técnicos en dos yacimientos de Vaca Mu**ta y la menor producción de gas en Bolivia, un proveedor clave, agravaron la situación.
La importación de gas natural licuado (GNL) y los retrasos en la reversión del Gasoducto Norte, que llevaría gas de Vaca Mu**ta al noroeste argentino, también limitan el abastecimiento. En mayo de 2024, un buque de GNL no pudo descargar en Escobar por problemas de pago, lo que refleja una planificación deficiente. Expertos señalan que, a pesar de las reservas, la falta de inversión en infraestructura y una visión fiscalista que prioriza el ahorro a corto plazo han generado esta crisis.