07/10/2025
Historia del futbol Hungaro en 3 partes.
2. El falso 9, Sárosi y la primera final en 1938
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------István Tóth tiene una historia heroica, trágica e increíble, ya que coincidió con las dos guerras mundiales mientras se desarrollaba como futbolista y entrenador. (Más adelante publicaré su historia; por ahora solo fútbol.)----------
István Tóth fue un destacado futbolista húngaro de la década de 1910 y parte de la primera era dorada del Ferencváros. Jugaba de interior: muy técnico, ambidiestro y movedizo, adelantado a su tiempo. Su calidad fue eclipsada porque la gran figura de aquellos años era su compañero en la delantera Imre Schlosser, un goleador nato que marcó casi 500 goles.
Tóth naturalmente se convirtió en entrenador, y fue en su Ferencváros donde moldeó al joven József Turay en la “novedosa” posición de falso 9.
József Turay fue comprado en 1926, un pedido expreso de Tóth, y elegido para ser el sucesor de otra leyenda que se retiraba, Mihály Pataki. Desde el centro del ataque aportaba su inteligencia y talento para asistir a sus compañeros o hacer goles de gran calidad. En 1928 ganó la primera Copa Mitropa con el Ferencváros, y en 1932 se consagraron campeones de liga ganando todos los partidos. Turay fue elegido como el mejor futbolista húngaro ese año.
Desde 1931 se había incorporado al equipo titular en el centro del campo un chico de 18 años que ya era líder del equipo. Defensor en las formativas del Ferencváros por sus destacadas condiciones físicas, fue reposicionado al mediocampo por sus virtudes técnicas. Para la final de la Copa de Hungría de 1933, el DT Zoltán Blum (sucesor de Tóth) decidió hacer un cambio táctico: intercambiar las posiciones del jovensito y Turay. La final terminó con un historico 11-1 a favor del Ferencváros, humillando al Újpest, campeón de la liga de aquel año. El niño, ahora delantero marcó tres goles en aquel partido y se llamaba György Sárosi.
Para la siguiente temporada, Turay —ahora reconvertido a mediocentro o centre half— se fue al equipo rival, el MTK. Aunque la sociedad con Sárosi seguiría dando frutos en la selección nacional.
En las votaciones de 1934, Sárosi fue elegido por distintos diarios y revistas de Europa como el mejor defensor, el mejor mediocampista y el mejor delantero del mundo.
Fue uno de los primeros futbolistas “totales”, capaz de ejercer cualquier posición en el campo. Hábil con los pies, excelente en el juego aéreo, alto, ágil, veloz y fuerte; elegante, goleador y eficaz (640 goles en 648 partidos con el Ferencváros). Quizás no tan talentoso como Matthias Sindelar —el falso 9 de Austria—, con quien tuvo grandes duelos durante la década del 30.
Era garantía de espectáculo cuando se enfrentaban en la Copa Mitropa el Ferencváros de Sárosi y el Austria Viena de Sindelar. Se cruzaron en semifinales del año 1937 y, para la ida en Viena, Sárosi pasó a jugar de centrocampista para marcar a Sindelar: ambos anotaron un gol, y la victoria 4-1 fue para los austriacos. En el partido de vuelta en Budapest, Sárosi volvió a la delantera y fue un histórico 6-1, con hat-trick del crack húngaro para concretar la remontada. En las finales contra la Lazio de Silvio Piola volvió a marcar tres goles en ambos partidos.
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La selección húngara retornó a las grandes contiendas en el Mundial de 1934: venció en octavos de final a Egipto (revancha de la durísima derrota en los Juegos Olímpicos de 1924) y rápidamente debió enfrentarse en cuartos a la que en ese momento era la mejor selección del mundo, el Wunderteam austríaco de Sindelar. Se conocían bien por jugar partidos amistosos frecuentes, pero un equipo estaba en plena madurez (de hecho, el mejor momento del Wunderteam fue en 1931) y el otro aún en formación. Fue victoria ajustada para los austríacos por 2-1.
Para el Mundial de 1938, el entrenador Károly Dietz tomó dos decisiones importantes: convocar mayoría de futbolistas de los tres clubes grandes (Ferencváros, MTK y Újpest) y sumar como segundo entrenador a Alfred Schaffer, delantero histórico del MTK en la década de 1910 y prestigioso entrenador en Alemania e Italia. Además de su gran currículum, sobre el final de su carrera como futbolista, Schaffer coincidió en los inicios de Matthias Sindelar, siendo maestro y tutor del joven Sindelar en su formación como falso 9.
Schaffer fue vital para propiciar el gran circuito de generación de fútbol en el nuevo equipo húngaro. Turay era ahora el mediocentro titular y, al haber sido un atacante talentoso, podía desde el medio darle mucho juego a su equipo, más aún cuando Sárosi bajaba hasta el medio para juntarse con Turay. Ambos se conocían muy bien por sus años en el Ferencváros.
El circuito de juego seguía con los dos internos a los costados de Sárosi: a su derecha, Gyula Zsengellér (estrella del Újpest), un talentoso delantero con calidad para asociarse al circuito Turay-Sárosi, pero con mucha voracidad para filtrarse entre los huecos de la defensa rival y marcar goles. A la izquierda de Sárosi, Géza Toldi: grandote, robusto, el más definidor de los tres del centro del ataque. Hungría tenía en el trío Sárosi-Turay-Zsengellér uno de los mejores laboratorios de fútbol del mundo.
Iniciaron con dos victorias esperadas frente a las Indias Orientales Neerlandesas y Suiza en octavos y cuartos de final. La semifinal contra Suecia es recordada como una de las grandes actuaciones del fútbol húngaro, venciendo 5-1 tras remontar un gol encajado en el primer minuto. Gran actuación del wing izquierdo Titkos, asistiendo con un centro cabeceado por Zsengellér y luego dando vuelta el resultado con un gol de larga distancia.
El entrenador italiano Pozzo, estudioso de todos los rivales, detectó en este gran equipo técnico cierta lentitud (exceptuando a los extremos) que podía ser aprovechada por la táctica italiana. Pero...
A las 13 horas del día de la final, Dietz citó a sus jugadores y comunicó que Korányi (zaguero titular indiscutido hacía un año y de gran Mundial) y Géza Toldi no jugarían el partido. A esto se sumaba la ausencia de Turay, que había jugado lesionado la semifinal, en su lugar jugo Szucks un experimentado mediocentro tradicional que no tenia el mismo manejo de pelota ni la misma vision de juego. De esta forma, dos de los mejores socios de Sárosi fueron descartados de la final.
Resultado final: 4-2, Italia bicampeón mundial. Titkos empató a los 8 minutos un gol tempranero de Colaussi, pero Piola y nuevamente Colaussi cerraron el primer tiempo 3-1. A los 70’, Sárosi marcó su sexto gol en el Mundial dando suspenso a la final, pero volvió a marcar Piola para sentenciar el encuentro.
Historiadores indican que el día anterior, el entrenador de Italia, Vittorio Pozzo, visitó a los entrenadores húngaros junto con dirigentes italianos. Les pidieron no alinear a Toldi, por su juego brusco, además de informarles del mensaje de “ganar o morir” que les había dado Mussolini.
En un principio, Dietz justificó la salida de Toldi por estar lesionado, y al volver del Mundial dijo que tanto Toldi como Korányi estaban enfermos.
Ferenc Sas, el wing derecho titular, escapó de la guerra viajando a Argentina en 1939 para jugar en Boca Juniors. Cuando le consultaron sobre la final, solo declaró que Hungría ese día no alineó al mejor equipo posible.
Falta aclarar que en estos años, los equipos del Danubio (Hungria, Austria, Checoslovaquia) alineaban la 2-3-5 en abanico, siendo el centro delantero el mas retrasado del ataque.
Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el fútbol se detuvo casi por completo.
Faces de Ti To, Agustin13F y Nico PR Faces