Cronica Local

21/11/2025

“EL MUNICIPIO PODRÍA LLEGAR A EXIGIR LA DEVOLUCIÓN DE SUS TERRENOS EN EL PARQUE INDUSTRIAL; PERO SIN DERRUMBAR NI UN SOLO LADRILLO, SIN DERRAMAR NI UNA SOLA GOTA DE SANGRE DE LOS FABRICANTES”

Afirmó el abogado Sergio Raúl Andreoli, quien representa a un grupo de Fabricantes, citando a “El Mercader de Venecia” de W. Shakespeare

Días pasados el Municipio mantuvo una reunión en el salón blanco, con un grupo de ocho fabricantes que han construido con esfuerzo y buena fe sus fondos de comercio en el Parque Industrial, montando galpones, oficinas, desde hace más de 20 años. Ello en un terreno aun sin subdividir, que, desde el aspecto registral, todavía pertenece al Municipio.

Este medio conversó con el Dr. Andreoli, quien representa a algunos de los fabricantes.
¿Cómo se originó este conflicto de intereses?

Es buena la pregunta, pues no debería existir un conflicto de intereses, sino que el fin, el objetivo del Municipio originariamente fue otorgar terrenos para que vecinos de Carlos casares puedan montar sus emprendimientos. Y así sucedió. Unos ocho fondos de comercio de distintas familias construyeron galpones, oficinas, empresas en esas tierras. Las cuales el Municipio aun no ha subdividido.

¿El Municipio está exigiendo la devolución de los terrenos?

No verbalmente, pero si es verdad que se propuso firmar un modelo de “comodato” donde en la cláusula 2da se estipulaban 5 años de continuación, con obligación de restitución, “quedando lo construido como mejora para el Municipio”. Lo cual preocupó muchísimo a los fabricantes. Algunos de los cuales acudieron a nuestro asesoramiento jurídico.

¿Podría el Municipio exigir o desalojar a los actuales poseedores?

Ello sería como intentar cobrar una libra de carne, del cuerpo de Antonio, sin derramar ni una gota de su sangre. En un sentido metafórico, por supuesto. Pues pasados 20 años se realizaron construcciones (conforme los fines para los cuales los terrenos fueron cedidos) y esas construcciones (galpones, oficinas, etc.) se encuentran adheridas al suelo de manera inescindible. Imposible de separar. De modo que los actuales fabricantes hasta podrían ofrecer la devolución de los terrenos, pero sin que se altere ni un solo ladrillo de sus fábricas, ni se produzca un solo perjuicio a sus fondos de comercio. Lo cual es imposible.
En ese sentido la mal intentada pretensión del Municipio parece un claro abuso del derecho. Y de llevarse a cabo redundaría en un enriquecimiento ilícito. Contrario a los fines del Estado, a la buena fe, a la producción y desarrollo.
-¿Cuál fue la última postura del Municipio y de los fabricantes?
El Contador Crhistian Massone expresó buena voluntad de entendimiento, y la posibilidad de hacer contratos a largo plazo, descartando absolutamente el desalojo u cualquier medida de fuerza.
Mientras que los fabricantes presentaron un petitorio al Intendente Daniel Stadnik requiriendo un plano de subdivisión, la constatación de sus inversiones, de sus fondos de comercio, y la entrega de las respectivas escrituras. Ya que se consideran propietarios. O de un contrato que les garantice al menos 50 años de posesión pacífica. Para obtener seguridad jurídica, acceder a créditos relacionados a la producción y simplemente: trabajar y producir.
Nos encontramos en vísperas de llegar a un acuerdo razonable, en miras al objetivo lícito del Estado y la buen fe de los Fabricantes, que además son vecinos de Carlos Casares.

17/11/2025

Se vende moto BMW 650 gs. 2011. Bicilindrica
Muy buen estado.
$ 15 millones

30/10/2025

Vendo moto jawa 350 dos tiempos
Encendido electrónico
Estilo café racer
Sin papeles

600 mil

22/10/2025

16/09/2025

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Análisis post electoral – Carlos Casares 2025

Por Rodrigo Urbizu

Presento mi lectura de las elecciones legislativas de 2025 en Carlos Casares a partir de los datos y las hipótesis previas que elaboré: la participación electoral cayó del 78,02% en 2023 (elección de intendente) a aproximadamente 61% en 2025 (legislativa). Esa merma —esperable en comicios de medio término— reconfiguró la competencia: aumentó el peso relativo de los núcleos duros y de los dispositivos territoriales, y redujo la influencia del voto blando. Esta variable es central para interpretar por qué la pérdida en votos absolutos de determinadas fuerzas no necesariamente se tradujo en una derrota política inmediata.

Los números son nítidos y deben orientarnos antes que ninguna interpretación:

Fuerza Patria: 6.630 votos (45,76%) en 2023 → 4.723 en 2025. Caída absoluta: −1.907 (−28,8%).

Unidos por Casares: 3.498 → 3.537 (+39; +1,1%).

La Libertad Avanza: 2.428 → 2.534 (+106; +4,4%).

Juntos por el Cambio (hoy SOMOS): 1.932 → 1.159 (−773; −40,0%).

El reparto de bancas quedó: Fuerza Patria 3 — Unidos 2 — La Libertad Avanza 2 — SOMOS 0, con un Concejo Deliberante compuesto en términos efectivos por 7 bancas del oficialismo y 7 de la oposición.

En mi análisis preelectoral había planteado tres ejes clave:

1. Riesgo de erosión territorial del oficialismo por desgaste de gestión.

2. Fragmentación opositora como factor que podía favorecer una victoria relativa del peronismo.

3. La posibilidad de que un vecinalismo con liderazgo personalista (Unidos) lograra un “salto” si profesionalizaba su armado.

Al confrontar pronóstico y realidad, concluyo lo siguiente: las hipótesis operaron en la dirección esperada, pero variaron en magnitud. El oficialismo sufrió una erosión notable en votos absolutos —más grande de lo que estimé—; sin embargo, la estructura territorial peronista funcionó con suficiente eficacia en el contexto de baja concurrencia como para convertir su núcleo de apoyo en resultado político útil. Es decir, la pérdida de volumen no implicó la pérdida del primer lugar. La fragmentación opositora se confirmó; Unidos no logró el salto esperado porque no profesionalizó su armado; y La Libertad Avanza, pese a su limitación discursiva local, consolidó un piso que le permitió obtener dos bancas.

Lectura por fuerzas:

Fuerza Patria: ganó la primera minoría, pero con una caída sustantiva de electores. No interpreto la victoria como un crecimiento por mérito expansivo de la lista local: la explicación operativa es otra y la subrayo con énfasis metodológico: la tracción fue de abajo hacia arriba. Fuerza Patria se benefició de que las intendencias peronistas activaron redes de movilización —movilizaciones barriales, aparato territorial y canalización de demandas— que, sumadas, alimentaron la performance local y repercutieron en la lectura provincial. En consecuencia, la victoria refuerza la gestión municipal y posiciona al intendente Stadnik como figura verosímil de proyección hacia 2027, siempre que esa visibilidad se traduzca en políticas perceptibles por los votantes que se han distanciado. Torchio? I don’t know.

Unidos por Casares: mantuvo su piso e incluso ganó marginalmente en votos absolutos, pero no concretó la expectativa de salto. La dinámica real confirma una lectura que sostuve en el preelectoral: la falta de profesionalización del armado condiciona la posibilidad de transformar visibilidad en amplitud electoral. Unidos insistió sobre los caminos rurales y sobre la personificación en Fernández; esa estrategia sostuvo identidad, pero no amplió adhesiones. No lo califico como un fracaso rotundo —conservó electorado—, pero sí como una oportunidad no aprovechada para consolidar estructura y repertorio temático.

La Libertad Avanza: obtuvo dos bancas y mejoró levemente su caudal; sin embargo, mi evaluación es que su motor local siguió siendo esencialmente un eslogan nacional —“Kirchnerismo nunca más”— y una suma con sectores del PRO que permitió sostener un piso. Esa lógica explica por qué la fuerza tiene presencia y ruido mediático, pero carece de una trama de referentes barriales y de propuestas municipales sistemáticas que le den sustentabilidad territorial. En otras palabras: obtuvo representación, pero sigue limitada por un techo estructural de anclaje local.

SOMOS (radicalismo): quedó fuera del Concejo con 1.159 votos. Ese resultado es negativo en términos de incidencia inmediata, pero no es irrelevante estratégicamente: constituye un núcleo electoral que, en un eventual proceso de despolarización o de búsqueda de mesura por parte de sectores desencantados, puede resultar motor de recomposición opositora. Su decisión de jugar en solitario le restó capacidad coyuntural en esta elección, pero no lo excluye del mapa político a mediano plazo.

Síntesis de causalidad y dinámica operativa:
El peronismo no ganó porque creciera en votos, sino porque perdió menos y porque su aparato territorial fue más eficiente en un contexto de baja participación. Unidos y LLA confirmaron su rol de opositores relevantes, pero sin traducirlo en hegemonía. SOMOS quedó relegado, aunque con un núcleo a futuro.

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15/09/2025

Urgente

11/09/2025

Ensayo: El choque de modelos en la Provincia de Buenos Aires

La política argentina ha estado marcada históricamente por tensiones entre proyectos de país antagónicos.
En la actualidad, la provincia de Buenos Aires se encuentra en el centro de esa disputa: mientras que a nivel nacional gobierna un proyecto liberal, decidido a reducir el peso del Estado y abrir el juego al mercado, en la provincia se mantiene una administración de raíz socialista, heredera de dos décadas de hegemonía política y cultural.

Esta convivencia forzada de modelos no solo condiciona la gobernabilidad, sino que también explica el resultado electoral del último domingo.

Durante veinte años, los bonaerenses vivieron bajo gobiernos de impronta socialista o populista. El
Estado provincial se consolidó como garante de subsidios al transporte, planes sociales, empleos
públicos y políticas redistributivas que moldearon la vida cotidiana.

Más que un esquema económico, se trató de una cultura política: la relación directa entre ciudadanía y aparato estatal.

Sin embargo, este modelo dejó consecuencias graves: déficit fiscal, atraso en infraestructura,
inseguridad y una economía informal cada vez más extendida.
El arribo del liberalismo al poder nacional representó una ruptura. La Casa Rosada planteó un camino distinto: ajuste del gasto público, eliminación progresiva de subsidios, apertura económica y un llamado a la autosuficiencia social.

Pero esa agenda choca con la realidad bonaerense, donde el gobierno provincial se presenta como contención frente a los “excesos” del liberalismo.

De este modo, mientras Nación empuja el ajuste, la provincia intenta preservar el entramado
asistencialista.
El resultado electoral del domingo refleja precisamente esta tensión.
Una parte del electorado bonaerense votó para sostener la continuidad provincial, percibiendo que el Estado local es su último escudo frente al rigor de las medidas nacionales. Otra parte, cansada de la dependencia y la ineficiencia, buscó en las fuerzas opositoras una alternativa, aunque sin lograr quebrar del todo la hegemonía socialista en el territorio.

En otras palabras, el voto expresó más un rechazo o un miedo que una adhesión entusiasta: miedo al costo social del liberalismo, rechazo a los viejos vicios del socialismo.
La convivencia de dos modelos tan opuestos en niveles de gobierno distintos hace que Buenos
Aires sea hoy un laboratorio político único. El liberalismo nacional difícilmente pueda desplegarse a pleno si el principal distrito del país continúa sosteniendo políticas asistenciales que neutralizan su alcance. Y al mismo tiempo, el socialismo provincial se fortalece mostrando que aún conserva capacidad de movilización popular, aunque con un electorado menos homogéneo y más fragmentado.
En conclusión, el resultado electoral no fue un hecho aislado, sino la expresión de una tensión
estructural: la de un país que intenta virar hacia un modelo liberal mientras su provincia más
poblada se aferra a un paradigma socialista. Esa contradicción no solo anticipa conflictos de
gestión, sino que también marcará el rumbo de la política argentina en los próximos años.