29/06/2025
VETERINARIOS AMIGOS DEL IMPENETRABLE ATENDIERON EN FORMA GRATUITA EN PARAJE ROCA
Doce veterinarios viajaron al paraje Roca, que pertenece al pueblo Fuerte Esperanza, en el noroeste chaqueño, para brindar asistencia veterinaria integral gratuita y concientizar sobre las enfermedades zoonóticas, que son las que pueden transmitirse de animales a seres humanos, como la rabia, la brucelosis o hidatidosis. "La gratitud de la gente es muy emocionante y nos da más fuerza para volver".
Por Silvina Friera
29 de junio de 2025
Una campaña solidaria sostenida en el amor.
La vida es un tejido de caminos; cualquier hilo que se pierde puede alterar su trama. Los caminos de la vida son difíciles de andar, pero la vocación solidaria de un grupo de veterinarios desafía la intrincada geografía de El Impenetrable -cerca de 4 millones de hectáreas de bosques nativos, ubicadas principalmente en el noroeste de la provincia de Chaco-, para brindar asistencia veterinaria integral gratuita y concientizar sobre las enfermedades zoonóticas, que son las que pueden transmitirse de animales a seres humanos, como la rabia, la brucelosis o la hidatidosis, entre otras.
Doce integrantes de Veterinarios Amigos del Impenetrable iniciaron el sexto viaje a esa zona chaqueña, en esta ocasión al paraje Roca, que pertenece al pueblo Fuerte Esperanza, un lugar donde no existe la atención veterinaria.
Tres animales domésticos por persona
Sebastián Robledo, coordinador de Veterinarios Amigos del Impenetrable, una organización sin fines de lucro integrada por veterinarios de distintas ciudades del Chaco como Resistencia, Roque Sáenz Peña, Charata y Miraflores, como también de Corrientes y Santa Fe, sabe que estas experiencias de asistencia integral tienen un impacto tanto en el ecosistema como en la salud y el bienestar de la comunidad. El primer viaje al Impenetrable fue en 2023. “La idea del grupo es llevar asistencia veterinaria a parajes y pueblos donde no hay veterinarios, con la intención de disminuir la cantidad de animales abandonados. Esta disminución tiene un efecto ambiental porque reduce las posibilidades de pasaje de enfermedades de animales domésticos a animales silvestres y al revés”, explica Robledo, que viajó junto a Sol Bosch, Fabián Pernazza, Solange Aguirre, Javier Aranda, Victor Yulan, Eduardo Sudria, Sebastián Camaño, Andrea Santamarina, Melina Bogado, Hernán Niklas, Virginia Sian y Noelia Giménez. En el paraje Roca del Impenetrable permanecieron dos días.
“No viajamos siempre al mismo lugar, vamos cambiando de pueblo, de paraje --aclara Robledo--. Antes de cada viaje nos comunicamos con la gente del lugar y vamos teniendo un número aproximado, un panorama de cuántos animales conviven con la población. En El Impenetrable, en términos generales, se estima que conviven tres animales domésticos por cada persona; es una cifra muy alta que implica la posibilidad de transmisión de algunas enfermedades de los animales al hombre, que es lo que vemos mucho”. En el territorio del Impenetrable conviven pueblos originarios, principalmente wichí y tobas (qom), con criollos y campesinos. Las enfermedades más comunes son las vinculadas con las sarnas de perros, gatos y otros animales; pulgas, garrapatas, parásitos externos, parásitos internos también, hidatidosis y brucelosis, que está relacionada con la cría de ganado caprino, muy común en estas zonas.
Educación ambiental
Robledo cuenta que con la experiencia, viaje tras viaje, siempre en otoño y en invierno, fueron mejorando la organización y la logística de este grupo que hace todo a pulmón. Se quedan a dormir en escuelas o centros de salud, donde tienen agua caliente. Pero para el coordinador de Veterinarios Amigos del Impenetrable lo más importante es que fueron sumando actividades. Al grupo de cirugía, que trabaja en la esterilización de los animales domésticos, y de atención clínica, se agregaron un grupo de asistencia a productores y un grupo de educación ambiental. “Damos charlas y talleres con los chicos de la zona, con dibujos y pintura de animales silvestres. El taller se llama ‘Conociendo nuestros animales silvestres’, y está destinado al cuidado y a la conservación de estos animales que están en peligro de extinción y que por ley provincial están protegidos”. El más emblemático es el yaguareté (“verdadera fiera” en guaraní), el oso hormiguero, el tatú carreta, el muitú (un ave galliforme), el aguará guazú (“zorro grande” en guaraní) y el ocelote, que es un felino.
“Cuando nos adentramos bien en El Impenetrable, hay población originaria con la que es un poquito más difícil la comunicación y explicar nuestro trabajo; pero hablamos con el cacique o una autoridad y a su vez ellos hacen de interlocutores. Muchas veces en algunos parajes nos llevan regalos, nos dan amuletos y artesanías locales o nos llevan comida. Adonde vamos siempre hacemos muchos amigos, gente que después sigue comunicándose con nosotros o que encontramos en los siguientes viajes por los caminos del Impenetrable”, revela Robledo.
Veterinarios Amigos del Impenetrable es un grupo voluntario. Cada uno de los integrantes viaja con sus propios automóviles a los parajes o pueblos que van visitando. “La gente colabora mediante donaciones y ese dinero lo usamos para insumos médicos, también para pagar el combustible o la comida. Si algún municipio ofrece ayuda para hacer los viajes, la aceptamos; pero no pertenecemos a un partido político y esto es lo que nos permitió entrar de forma más tranquila y sin ningún problema a las comunidades”, plantea el coordinador y comenta que en Santiago del Estero, desde el gobierno provincial, están llevando a cabo un programa similar. “A nivel provincial, en el Chaco, se empezó a hacer un operativo que se llama ‘Dejando huellas’, destinado justamente a la asistencia de comunidades vulnerables y lugares donde no hay atención veterinaria, con el que firmamos un convenio con la finalidad de transmitir nuestras experiencias”, confirma Robledo.
Amuletos de la suerte
La comunidad más que humana, la de los seres que rodean el Impenetrable, puede devenir un alboroto amenazante. Los veterinarios en acción viajan con autos que son muy bajos para transitar esa región que, precisamente, se llama El Impenetrable, por la dificultad de atravesar su vegetación espesa, compuesta por árboles como quebracho blanco y colorado, algarrobo, palo borracho, urunday, itín, mistol y guayacán; por cactus, arbustos, fachinales y enredaderas. “Como es una zona muy seca y se forman montículos de tierra, una noche nos quedamos empantanados y sin señal, hasta que los pobladores nos ayudaron”, recuerda Robledo y añade otra anécdota, que debería figurar entre los “fenómenos sobrenaturales” en el Libro Guinness de los Récords. En Las Hacheras, un paraje a 33 kilómetros de Miraflores, “hizo tanto calor que después de la esterilización en vez de calentar a los animales, como se suele hacer, tuvimos que enfriarlos, algo que nunca habíamos visto en nuestras carreras de veterinarios”.
Recordar -que proviene del latín “recordari”, formada por “re” (de nuevo) y “cordis” (corazón)- significa volver a pasar por el corazón. El coordinador de Veterinarios Amigos del Impenetrable vibra con la música de un recuerdo reciente. “En uno de los pueblos originarios, la comunidad wichí nos hizo un acto de despedida, un ritual que consistió en la entrega de unos amuletos de la suerte, unos collares a cada uno de los veterinarios. La gratitud de la gente es muy emocionante y nos da más fuerza para volver”.
Doce veterinarios viajaron al paraje Roca, que pertenece al pueblo Fuerte Esperanza, en el noroeste chaqueño, para brindar asistencia veterinaria integral gratuita y concientizar sobre las enfermedades zoonóticas, que son las que pueden transmitirse de...