
14/03/2025
Bahía Blanca
¿Calor sofocante? ¿Olas polares? ¿Lluvias impredecibles? ¿Tormentas feroces? ¿Seguiremos culpando a la naturaleza o asumiremos que es la humanidad la que se niega a comprender que cada acción tiene consecuencias? El cambio climático y la alteración de las condiciones ambientales no son fenómenos lejanos; son una realidad tangible que golpea con violencia en todo el mundo.
Esta vez, la ciudad de Bahía Blanca ha sido la víctima. La inacción de los gobiernos los convierte en cómplices de un sistema mundial insostenible, basado en la explotación desmedida de recursos y un consumismo descontrolado donde todo se reduce a mercancía. Su negligencia ha transformado esta tragedia en un desenlace anunciado.
La comunidad científica, hoy vulnerada, despreciada y desfinanciada por el gobierno nacional, lleva años advirtiendo sobre los riesgos, pero ha sido ignorada. En 2012, el CONICET elaboró un informe publicado como "Hidrografía Urbana de Bahía Blanca", donde advierte sobre el impacto significativo de la ubicación de la ciudad en la cuenca inferior del arroyo Napostá y su crecimiento urbano descontrolado. (Enlace al informe en el primer comentario).
También la Universidad Tecnológica Nacional, dentro del Programa APELL de las Naciones Unidas, elaboró un extenso informe titulado "Arroyo Napostá", donde ahondó en las características de la cuenca y la urgente necesidad de obras en la misma. Este documento fue elevado al Concejo Deliberante en marzo de 2019, donde fue desestimado. (Enlace al informe en el primer comentario).
Esta Asamblea denuncia que no fue la naturaleza, sino una tragedia anunciada. La desidia, los intereses creados y la perversión política han provocado una masacre de vidas e innumerables pérdidas materiales que no tienen retorno.
De estos dolores no se vuelve.
Acompañamos a los habitantes de Bahía Blanca y exigimos que se desenmascare a los responsables por no tomar las medidas preventivas necesarias ni asumir la responsabilidad de esta tragedia ya anunciada.