28/04/2025
Primero fueron los dedos… después, la sospecha.”
No dolía.
No ardía.
No molestaba.
Pero poco a poco, sus uñas comenzaron a cambiar.
Se redondearon.
Se abombaron.
Y los extremos de sus dedos… se ensancharon sin razón aparente.
Pensó que era normal.
Tal vez la edad, tal vez genética.
Tal vez nada.
Hasta que vino el cansancio.
La falta de aire al subir escaleras.
El dolor vago en el pecho.
Y entonces, todo cobró sentido.
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Lo que ves en la imagen se llama clubbing o acropaquia digital.
Y aunque parezca algo estético,
es una señal clínica que puede estar anunciando una enfermedad grave.
No es solo una uña curva.
Es el reflejo de una lucha interna.
Cuando aparece, el cuerpo está diciendo:
“Me falta oxígeno.”
“Algo no va bien en los pulmones, o en el corazón.”
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Puede ser cáncer de pulmón.
O una infección crónica.
Fibrosis pulmonar.
Cardiopatías cianóticas.
O incluso enfermedades como fibrosis quística o endocarditis.
A veces también viene acompañado de dolor en las articulaciones,
engrosamiento óseo y alteraciones en la piel:
lo que se conoce como osteoartropatía hipertrófica.
Y lo más importante es esto:
No es normal.
No es “de nacimiento”.
No es “por el trabajo con las manos”.
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Por eso, si notas que tus uñas cambian de forma,
si tus dedos parecen más redondeados o inflamados,
no lo ignores.
Podría ser la primera pista de algo que aún no ha mostrado su rostro.
Y en medicina…
quien escucha al cuerpo a tiempo,
puede cambiar su historia por completo.