23/07/2025
🚛 "El debut al volante (y el revés volador de mi viejo)" – Enviado por Damián
Año 1998. Yo con 12 recién cumplidos (y ya me sentía Juan María Traverso, viste). Íbamos para Neuquén capital en el Iveco 190-33 de mi viejo. Una nave.
Paramos en el cruce del Carancho para “regar los pastos”, y cuando vuelvo al camión me lo encuentro a mi viejo bien cómodo en el asiento del acompañante. Me mira con esa cara de “hoy te vas a graduar” y suelta:
– Dale, seguí vos.
¡Se me paralizó hasta el mate cocido! Feliz, nervioso, con la emoción de quien va a manejar un camión en ruta por primera vez. Intenté meter cambios con la Eaton Fuller… pero me la hizo difícil la guacha. Arranqué y frené en seco unas siete veces, parecía una clase de baile más que un arranque.
Mi viejo, con la paciencia de un monje tibetano (pero con mate en mano), se recuesta en la cucheta y dice:
– Cuando llegues a Casa de Piedra me avisás.
Miedo no, pánico tenía. Pero seguí, y a los kilómetros ya le iba agarrando la mano a la Fuller. Entonces veo un Scania 113-320 adelante —la pica más picante del momento— y digo:
– Acá te paso, campeón.
Me abro, meto pata, y de la cucheta se escucha:
– ¡DESPACIO! ¡QUE NO NOS VA A ALCANZAR EL GASOIL!
Casi se me cae el alma al embrague. Levanté y volví a mi mano.
Siguiente repecho: igual. Me abro, acelero y mi viejo grita como director técnico en final de Libertadores:
– ¡TE DIJE DESPACIO!
Pero la tercera es la vencida. Mi viejo ya estaba roncando como Fiat 619 en ralentí. Yo pensé:
“¡Ahora o nunca!”
Me abro, acelero el Iveco como si no hubiera mañana, y de pronto veo en el espejo que mi viejo vuela de la cucheta cual ninja ofendido. Me clava un revés en el pecho que me dejó el alma en punto mu**to mientras gritaba:
– ¡DESPACIO TE DIJE! ¡QUE NO VAMOS A LLEGAR CON EL GASOIL!
😂😂😂
Al final llegamos a Casa de Piedra. Mi viejo, como buen padre camionero, me armó una merienda en el cajón del semi. Esperábamos un Chevrolet 814 con motor 1518, otro de sus camiones.
Cuando llega, me mira y me dice:
– Hijo, ¿te gusta el ruido del motor?
– Sí, papi.
– ¿Te gusta sentir cuando hace fuerza?
– ¡Siii, papi!
– ¿Te gusta el bramar del escape?
– ¡Siiiiiiii!
– Bueno, ahora seguí con el Chevrolet. Ahí vas a sentir ruido a motor, a caja, a diferencial y hasta las arandelas gritando auxilio.
Y al chofer le lanza la frase mortal:
– Yo los espero en Roca. Si no quiere manejar, dejalo ahí nomás.
Jajajaja.
Desde ese día aprendí algo clave: hay que cuidar la herramienta de trabajo, agradecer que te dejen manejar, y saber que siempre, siempre… hay combustible para el cagazo.
Anecdota enviada por damian lector de Todo Transporte, a quien le agradecemos por compartir.-
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