
05/07/2025
🔗 Chichipio y la Cadena de Favores (Año 1978)Una anécdota real, de la vida camionera.
En 1978, cuando los camiones eran fierros de verdad y los cafés de pueblo eran trincheras de anécdotas, vivía en el centro de Santa Fe un personaje inolvidable: Chichipio. Camionero desde la cuna, voz de trueno y manos de yunque, era de esos grandotes que daban miedo de lejos… hasta que se reía. Porque si algo tenía Chichipio además de anécdotas, era un corazón más grande que la cabina de su MAN Diesel verde.
Una tarde lo llaman para un viaje bravo: cargar troncos en el norte con destino a Buenos Aires. Nada que lo asustara. Con la sonrisa lista y la pava llena, encaró para allá. Cargaron, aseguraron los troncos con unas cadenas gruesas como anacondas de metal y partió. Entregó en Buenos Aires, y como si nada… le dejaron las cadenas arriba del camión.
Volvió al pueblo con la carga entregada y las cadenas de yapa. En el bar, entre risas, dijo:
—¡Miren lo que me traje de recuerdo!
Y la historia se repitió: otro viaje, más troncos, más cadenas. A nadie se le ocurrió pedirle las anteriores. Para la tercera vez, Chichipio ya era prácticamente el proveedor oficial de cadenas del pueblo. Las regalaba como si fueran llaveros.
—¿Vos tenés trailer? Tomá, una cadenita.
—¿Tenés gallinero? Te va de diez para el portón.
—¿Tu nene se cuelga de la hamaca? Atala con esta.
—¿Querés atar a tu suegra? ¡Llevate dos!
Pero claro, todo lo que sube baja... salvo el gasoil.
En el siguiente viaje, le piden presentar las facturas de los fletes anteriores. Todo bien… hasta que le descontaron el valor de todas las cadenas “extraviadas”. El saldo: negativo. Sí, ¡le debía plata a la empresa!
Dicen que esa vuelta, en vez de parar en el bar, Chichipio se calzó las botas y fue casa por casa tocando timbre:
—¿Te acordás esa cadena que te regalé? Bueno… ¿te jodé si me la prestás un ratito?
Dicen que cuando terminó de juntar todas, el MAN Diesel ya se arrastraba de tanto peso. Y que esa fue la primera —y última— vez que Chichi dudó de regalar algo sin preguntar el precio.
Eso sí: las risas que regaló con la historia… esas no se las descontó nadie.
¿Y vos? ¿También tenés alguna anécdota de esas que te sacan canas… pero después te hacen reír con amigos y mates?
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🔗 Chichipio y la cadena de favores En los '70, Chichipio volvió de Buenos Aires con algo más que troncos: ¡cadenas! Nadie se las pidió de vuelta… y él, generoso, las fue regalando como si fueran caramelos. Hasta que la empresa se las descontó todas. La vuelta al pueblo no fue al bar… fu...