
27/06/2025
Nueva Sección: Al margen, ¿periodismo con olor a ironía o ironía con olor a periodismo?
Durante la pandemia, algunos dirigentes oficialistas, muy sonrientes, dejaron en claro que no hay derechos. Parece que en campañas electorales tampoco.
La ordenanza municipal 5547/08 en su artículo 6, establece la prohibición de instalación de elementos de publicidad visual en: semáforos, columnas de alumbrado público, árboles, veredas, plazas, plazoletas, canteros, rotondas y demás lugares.
El objetivo es proteger el espacio público y evitar la contaminación visual, pero el amor que se tienen es tan grande que sus nombres y caras purifican la ciudad.
Uno de los planteos que se escuchan en las calles en cada campaña electoral es: ¿de dónde sacan tanta plata para tantos carteles?
Hay leyes provinciales que exigen informes sobre ingresos y gastos de campaña, pero no se fiscalizan y no hay una auditoría independiente que controle.
En la página del Tribunal Electoral Permanente -uno de los últimos ejemplos vivo de cómo era una página en los 2000- no está disponible el balance de ningún partido político. Ninguno hace público lo que debería ser público.
Casualmente, unos meses antes de que la provincia pase a ser una carpeta de secundaria, Gildo Insfrán fue denunciado porque habría ordenado el envío de 1.660 millones de pesos al Partido Justicialista local.
No hay datos específicos de los millones gastados en carteles y en pancartas, pero se sospecha que viene de financiamiento no declarado y de dinero que manda el Estado Nacional para la impresión de boletas.
Así que ya sabe, no importa si no ve en las esquinas, si los carteles le interrumpen el paso o si hay contaminación visual. Usted no pregunte, no cuestione, no se queje. Pídales permiso para circular y vaya por la sombra.
̃apolitica