18/12/2025
Tortoriello puso en riesgo el presupuesto por sus vacaciones en el Caribe
El diputado nacional por Río Negro, Aníbal Tortoriello, quedó en el foco de la discordia política tras conocerse que no estuvo presente en la sesión de Diputados en la que el oficialismo estuvo a punto de fracasar por falta de quórum, en pleno tratamiento del Presupuesto nacional, una de las leyes centrales para el gobierno de Javier Milei.
La ausencia del legislador rionegrino generó fuertes cuestionamientos, no solo por el ajustado número con el que se logró abrir la sesión, sino porque no existió ningún hecho de fuerza mayor que justificara su falta. Por el contrario, se confirmó que Tortoriello se encuentra de vacaciones en el Caribe, donde además pasará su cumpleaños el próximo 24 de diciembre.
El dato no es menor. El oficialismo estuvo al borde del naufragio parlamentario y solo pudo iniciar la sesión gracias al ingreso de diputados del bloque Provincias Unidas, un espacio opositor que terminó siendo clave para alcanzar el quórum mínimo. En ese contexto, cada banca vacía tuvo peso político, y la de Tortoriello se convirtió en una de las más señaladas.
Las críticas se profundizan porque el diputado fue electo recientemente y su ausencia se produjo en una instancia decisiva, cuando el Gobierno necesita mostrar orden, disciplina y compromiso legislativo para sostener su agenda en el Congreso. Lejos de una licencia médica o un imprevisto institucional, la falta respondió a un viaje personal de descanso y festejo, lo que alimentó el malestar dentro y fuera del recinto.
Desde distintos sectores se remarcó que la sesión estuvo al límite y pudo haberse caído, lo que habría significado un duro golpe político para el Ejecutivo nacional. En ese escenario, la imagen de un diputado oficialista de vacaciones en el exterior mientras se debatía el Presupuesto se volvió un símbolo incómodo.
Así, Tortoriello quedó expuesto en una controversia que excede lo reglamentario y se instala de lleno en el terreno político: la responsabilidad de acompañar al Gobierno en momentos clave y el mensaje que se transmite cuando, a poco de asumir, se prioriza un viaje de placer por sobre una sesión.