06/07/2025
La reflexión bíblica de hoy aborda sobre la culpabilidad Judía y el plan de Dios. Según el apóstol Pedro, él presenta un dramático discurso en (Hechos 3:14-15) así dice: "Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los mu***os, de lo cual nosotros somos testigos".
Este acto de intervención mortal y colectiva de los israelitas es un deicidio, dando muerte a Jesús, el autor y dador de la vida. ¡Qué paradoja! El pueblo eligió liberar a Barrabás en lugar de Jesús. El Evangelio de (Lucas 23:19) describe específicamente que Barrabás había sido "echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por homicidio".
El apóstol vincula el crimen de Jesús como el cumplimiento profético anunciado en el (Salmos 22) este salmo describe escenas del sufrimiento físico de Jesús. Ejemplo: Él gritó "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46). Citando directamente el (Salmos 22:1) el Señor Jesús expresa su agonía al cargar el pecado humano.
El sufrimiento físico de Jesús se detalla en el (Salmos 22:14-16) "He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas. Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte. Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies".
La tortura física que sufrió Jesús en la cruz incluyó ser perforado con una lanza en el costado, este acontecimiento está registrado en (Juan 19:34). Esto cumple la profecía de (Zacarías 12:10) "Mirarán a mí, a quien traspasaron".
(Juan 19:23-24) detalla otro cumplimiento profético específico: Los soldados dividieron sus vestiduras en cuatro partes, pero al llegar a su túnica sin costura (tejida de una sola pieza) echaron suertes para decidir quién la conservaría. Esto ocurrió "para que se cumpliese la Escritura" del (Salmos 22:18) "Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes". Este salmo, escrito siglos antes de la crucifixión, es un retrato profético del sufrimiento del Mesías.
Lo impresionante es que el (Salmos 22) describe un "detalle aparentemente trivial" (como el reparto de la ropa) que a primera vista parece irrelevante, pero revela un significado profundo: incluso los elementos más pequeños del sufrimiento de Cristo estaban bajo el control soberano de Dios.
El (Salmos 22) es un puente entre el Antiguo y Nuevo Testamento: describe desde el grito de desolación hasta el triunfo sobre la muerte. El (Salmos 22:31) es un verso poderoso que habla de esperanza y redención, a pesar del sufrimiento. El versículo predice que la justicia de Dios será proclamada a todas las generaciones, incluso a las futuras. Así dice "Vendrán, y anunciarán su justicia; a pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto", aludiendo a la obra consumada de Cristo.
(Hechos 3:18) señala que la cruz no fue un accidente, sino el clímax del plan divino: no solo cumple profecías, sino que revela el corazón del evangelio. Así dice: "Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer".
El apóstol Pedro recalca que la cruz es el umbral hacia el perdón y la renovación, confirmando lo expresado en (Lucas 24:25-27) Entonces él les dijo: Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
Conclusión:
La crucifixión de Jesús no fue un fracaso, sino el cumplimiento preciso del plan redentor de Dios. Cada detalle de su sufrimiento testifica la soberanía divina sobre la historia. La resurrección confirma que el autor de la vida venció la muerte, inaugurando una esperanza eterna para todas las generaciones. La cruz se convierte en el umbral de la renovación de todas las cosas, donde la culpa humana encuentra redención en la gracia divina.