06/10/2025
La expectativa por la llegada de Simone Biles a la Argentina fue tan grande que nuestra publicación en Instagram, anunciando su charla en Buenos Aires, superó las 50 mil visualizaciones. No llegó al nivel viral del retiro de Alonso Pérez (MEX) —ese sí fue trending topic gimnástico—, pero cruzó con creces la barrera de los 20 mil, nuestro promedio habitual. Un éxito, hasta que… bueno, llegó la saturación.
Como suele ocurrir en estos casos, replicamos exactamente lo que la agencia de comunicación oficial compartió con todos los medios (sí, todos, desde portales independientes hasta diarios de circulación nacional): los detalles de la visita y la manera de inscribirse para asistir a la charla de la multicampeona estadounidense. Pero lo que no sabíamos era que el método de inscripción, vía correo electrónico, colapsaría en minutos. La publicación se difundió de forma masiva, la comunidad gimnástica respondió en masa, y el sistema... no estuvo a la altura.
Ante el desborde, la organización —compuesta por la agencia de eventos y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires— actuó rápido, y decidió trasladar la charla a un espacio más amplio para que más personas puedan asistir. Aplausos para ellos. Pero para entonces, ya era tarde para nosotros.
Empezaron a llover mensajes. Instagram, correos, teléfonos personales... ¡ni el WhatsApp familiar se salvó! Algunos nos tildaron de mentirosos, otros de estafadores, otros simplemente nos acusaron de “ilusionadores seriales”. Todo con una pasión que, en el fondo, nos conmovió.
¿La mejor parte? No vimos quejas en Clarín, La Nación u otros grandes medios que publicaron exactamente la misma información. No, las quejas vinieron a nosotros. Y, sinceramente, nos llena de orgullo. Porque eso significa que nos leen, nos creen y nos eligen como fuente confiable dentro del mundo de la gimnasia.
Así que sí, fuimos los mensajeros. Y aunque esta vez nos tocó recibir algunos dardos, preferimos pensar que fue porque estuvimos —una vez más— en el lugar correcto, informando con rapidez y pasión.
Seguiremos haciéndolo, con una mirada cada vez más activa, defendiendo los intereses de las atletas, entrenadores y toda la comunidad gimnástica