
01/06/2024
Perdonar a quienes nos deben no solo alivia su carga, sino que también libera nuestro corazón de la amargura. Como se nos enseña en Mateo 6:12, "Perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores." Al perdonar, seguimos el ejemplo de la gracia divina, recordando que así como Dios nos perdona nuestras faltas, debemos extender esa misma misericordia a los demás. Este acto de compasión no solo sana las relaciones, sino que también nos permite experimentar una paz interior y una libertad espiritual que solo el perdón sincero puede traer.