
21/09/2025
📌Agnes la Negra: la mujer que derrotó a un ejército
En 1338, Escocia ardía en la Segunda Guerra de Independencia. En medio del conflicto, un castillo parecía condenado: el de Dunbar, rodeado por las fuerzas inglesas bajo el mando del conde de Salisbury. Su señor, el conde de Dunbar y March, se encontraba ausente. Y allí, contra toda expectativa, la defensa recayó en una mujer: Agnes Randolph, conocida como Agnes la Negra.
Su apodo se debía a su aspecto poco común en Escocia: piel aceitunada y cabello oscuro. Pero pronto su nombre sería recordado no por su apariencia, sino por su ingenio.
Cuando las catapultas inglesas comenzaron a lanzar enormes piedras contra las murallas, Agnes respondió enviando a sus criadas a sacudir la ropa sobre las almenas, como si los ataques fueran poco más que ruido de fondo. Una burla elegante, un gesto que minaba la moral de sus enemigos.
Cuando llegó el ariete, una gran piedra lanzada desde lo alto lo redujo a escombros. El asedio no progresaba.
Salisbury probó entonces con sobornos y chantajes. Intentó comprar a un guardia, pero Agnes ya lo había convertido en su aliado: el plan fue revelado antes de ponerse en marcha. Cuando capturó a su hermano John y exigió la rendición a cambio de su vida, Agnes respondió con frialdad: si él moría, heredaría sus bienes. El chantaje se desarmó ante su firmeza.
Ni siquiera el hambre pudo doblegarla: Agnes había asegurado rutas de suministro por mar, burlando el cerco inglés. Meses pasaron y, uno tras otro, los recursos del enemigo se agotaron. En junio, Salisbury se vio obligado a retirarse.
Agnes había defendido Dunbar con astucia, coraje y una ironía que convirtió el asedio en ridículo. Sin ejército propio, con apenas un puñado de hombres leales, derrotó a una potencia mayor. Su victoria no se selló con espadas, sino con inteligencia.
En la larga historia de la rivalidad entre Escocia e Inglaterra, el eco de su nombre aún resuena: la mujer que, con ingenio y valor, humilló a un ejército entero.