27/12/2024
CARTA ABIERTA A LOS OYENTES DE IDENTIA
Luego de 14 años, mi paso por Radio Identia llega a su fin. El laberinto en el que entramos sin saber, (como en todo buen laberinto) ni dónde, ni cuándo sería la salida, de repente, un día nos mostró la puerta. Pero uno entra en un laberinto con dos posibles estados de ánimo: la incertidumbre de no saber cuál será el mejor camino a seguir y el nerviosismo de querer salir lo antes posible. En este laberinto que fue Radio Identia, sentí siempre la primera, pero nunca la segunda opción. Podría decir que me sentí cómodo dentro de él. Aún las veces en las que, como en todo laberinto que se precie de tal, uno, inevitablemente, llega a un lugar que no conduce a ninguna parte. Claro… ésta es la gracia. Seguramente el encantamiento que tiene la radio para los que entramos en su mundo, consiste en mostrarnos a cada paso la incertidumbre. La de no saber, cada vez que se abre el micrófono y se prende la luz roja, si la nota se va a poder hacer, si la comunicación no se va a cortar, si el invitado llegará a tiempo o no. Y la otra parte de la incertidumbre, la más oscura, la menos atractiva: si la pauta seguirá estando, si los auspicios no se caerán, si la tormenta, si los rayos…
Todo esto hace un combo laberíntico emocionante. Y de él forman parte aún sin saberlo, los oyentes. Ellos son la razón de ser de la comunicación radial. Sería ridículo hablarle a un micrófono, muchas veces en un estudio vacío, si no tuviéramos la certeza de que, del otro lado, alguien estará prestando atención a lo que sale al aire.
“Airoso Perfil” y “ConCierto Folclore” nacieron de la necesidad que tenía como oyente, de escuchar algo que no encontraba en la radiofonía local. Digo esto porque mi amor por la radio nació primero como oyente, antes de pasar al otro lado del mostrador. Y esto último fue posible, gracias a los auspiciantes que durante tantos años decidieron apoyar, muchos en forma incondicional, estas ideas.
Los años en Radio Identia me permitieron conocer y estar cerca de los artistas o deportistas admirados. Verlos de cerca, charlar con ellos o hacerles notas. Estar en la radio me permitió cubrir desde el festival de Cosquín y otros festivales locales, hasta eventos a nivel nacional como recitales o carreras de Turismo Carretera. Se me abrieron muchas puertas, pero sin dudas las más importantes, fueron las puertas de las casas que cada oyente abrió espontáneamente para dejarme entrar. Por eso seguiremos en algún dial con “Airoso Perfil”. Porque es parte de mí y creo que es parte de los muchos oyentes que me hicieron saber su descontento si el ciclo terminaba.
Volveremos… dijo alguien, y yo también.