
11/04/2024
Fui al cementerio de la Chacarita a saludar a mi abuela Delia. Le dejé algunas flores y me puse a caminar. El panteón de los artistas y la Madre Maria eran visitas obligatorias cuando iba con ella. Cuando estaba por salir me encontré con el mausoleo de Gardel, que tenía claro, un pucho entre los dedos.
La exageración es una categoría del pensamiento que nadie puede refutar, un camposanto se parece tanto a la muerte, como el desamor, a la locura.
Cuando H**e creó, hace 24 años, la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, lo hizo inspirada por lo que había visto en Brasil con el Movimento Sem Terra, quienes además de pelear por la reforma agraria, también creaban centros de estudio. Una exageración apasionada.
El epitafio de Séneca dice: “Es más digno que los hombres aprendan a morir que a matar" y el de Alejandro de Macedonia: "Una tumba es suficiente para quien el universo no bastara". Exageran, pero tienen razón.
Cuando Borges escribe, "Me duele una mujer en todo cuerpo", o Alejandra Pizarnik, "Hay que mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos", también exageran, pero también tiene razón.
Nacer y morir son dos hitos tan exagerados de la naturaleza humana, que su comprensión no nos entra en el marote.
Las Madres de plaza de mayo realizaron hoy su marcha 2400.
Dijo en la plaza Alfredo Alfonso, rector de la Universidad Nacional de Quilmes: "2400 jueves, parece increible, parece ciclópeo, parece algo de un mito, como si estuviéramos hablando de Hércules. Si uno le dice a un niño japonés o una niña de Namibia, que mujeres argentinas llevan 2400 jueves marchando... la verdad qué sensación, que orgullo, qué cosa hermosa que sentimos todos y todas por esto".
No exageró y también tiene razon.
Gardel, en menos de 15 años de actividad fonográfica, dejó plasmadas alrededor de 1.500 grabaciones. Una barbaridad imposible de igualar, es como si durante 15 años hubiera sacado un disco con diez canciones cada 45 días, sin despeinarse.
Por eso la victoria siempre será nuestra, y la victrola, también.