15/09/2025
# # 🎙️ *Los Amigos de la Buena Música*
# # # Episodio 8: *Horacio Guarany – El cantor que no pidió permiso*
> 🌾 *“Si se calla el cantor, calla la vida.”*
Horacio Guarany no cantaba para gustar. Cantaba para decir. Nació en Las Palmas, Chaco, en 1925, hijo de padre español y madre argentina. Su sangre era mezcla, como su música: zambas, chacareras, milongas, canciones de amor y de lucha. Desde joven entendió que el folclore no era solo paisaje: era testimonio. Y él eligió ser testigo.
Su voz tenía cuerpo. No era solo potencia: era presencia. Cuando cantaba, parecía que el escenario se achicaba y el país se agrandaba. En *“Guitarra de medianoche”* decía: *“Yo no soy de los que lloran, pero a veces me dan ganas…”* y ahí estaba su estilo: directo, humano, sin adornos innecesarios.
Fue perseguido por sus ideas, censurado por sus letras, exiliado por su compromiso. Pero nunca se calló. En España, México y Venezuela siguió cantando como si estuviera en una peña de Santa Fe. Volvió cuando pudo, y volvió con todo: discos, libros, películas, giras interminables. No buscaba revancha, buscaba reencuentro.
💡 ¿Sabías que escribió más de 600 canciones y publicó más de 50 discos? También fue autor de novelas y memorias, donde contaba su vida con la misma pasión que ponía en el escenario.
Su relación con el público era única. No era “ídolo”, era compañero. En sus recitales, saludaba como quien entra a una casa. Contaba anécdotas, hacía chistes, se emocionaba. Podía pasar de una chacarera explosiva a una zamba íntima sin perder el hilo. Y siempre volvía a lo esencial: *“No me gusta que me digan artista. Soy cantor.”*
En *“Cuando ya me empiece a quedar solo”*, su interpretación es de esas que te dejan quieto. No por tristeza, sino por verdad. Porque Guarany no actuaba: vivía cada verso. Y en *“Si se calla el cantor”*, convertía la música en manifiesto: *“El cantor no es un lujo, es necesidad.”* Esa frase debería estar tallada en cada radio, en cada escenario, en cada corazón que cree en el arte como herramienta.
Su casa en Luján, llamada “El Templo del Cantor”, era un santuario de recuerdos, guitarras, discos y mates compartidos. Allí recibía amigos, músicos, periodistas, vecinos. No había protocolo, había afecto. Yupanqui decía que “el hombre es tierra que anda”; Guarany era tierra que canta.
Hay relatos menos conocidos que lo pintan de cuerpo entero. Como cuando en una gira por el norte, se bajó del micro para cantar en una escuela rural sin luz. O cuando en un festival, pidió que se bajara el volumen para que se escuchara mejor el bombo del músico que lo acompañaba. Detalles que muestran su respeto por la música como oficio colectivo.
📻 Hoy en *Los Amigos de la Buena Música* celebramos al cantor que no pidió permiso, que no se calló, que no se vendió. Que hizo del folclore una bandera, del escenario una trinchera, y de la canción una casa abierta.
👉 ¿Cuál es tu canción favorita de Guarany? ¿Con cuál te emocionaste, te rebelaste, te abrazaste? Compartila en los comentarios y la pasamos en vivo.
> *“Yo no vendo mi canto, ni lo alquilo. Lo doy.”*
> Y por eso, su voz sigue sonando donde hay una guitarra, una causa, y un corazón que no se resigna.
Te dejamos un video para recordarlo👉https://www.youtube.com/watch?v=BBY47p9EW78&list=RDBBY47p9EW78&start_radio=1