02/08/2025
Tercera Rebelión Jordanista
En 1876, los jordanistas en el exilio se encontraban divididos entre quienes aún eran leales al Gral. Ricardo López Jordán —como Francisco Fernández, el Gral. Carmelo Campos, el Cnel. Saturnino Mendieta, el Sgto. Mayor Toribio Escalada, el Sgto. Mayor Gervasio Garay, el Capitán Félix Ibarra, el Capitán Esteban Taborda y el Tte. Carmelo Campos (h), entre otros— y los disidentes nucleados en el llamado Comité Central de Montevideo —integrado por los hermanos Querencio, el Gral. Seguí, el Gral. Correa, el Gral. Inocencio Benítez, el Cnel. Benicio González, el Cnel. Lino Texera, entre otros—.
En este contexto, se intensificaron los trabajos revolucionarios de los emigrados, preparando una nueva invasión a Entre Ríos, la cual se tornaba cada vez más difícil debido a la estricta vigilancia del gobierno uruguayo.
Juan Coronado le escribía al caudillo federal:
"Haga sentir su influencia política en Entre Ríos."
El Partido Blanco (jordanista y opositor) había propuesto como candidato a Don Francisco Crespo, estanciero vinculado al movimiento, pero no llegó a ser proclamado oficialmente, dado que se buscaba alguna forma de transacción política.
Exasperado el jordanismo por la actitud marcadamente hostil de Febre, cuyas políticas se tradujeron en persecuciones y proscripciones, comenzó a prepararse para una nueva rebelión. El gobierno nacional, por su parte, concentró tropas en la provincia, bajo el mando del Gral. Ayala.
El Gral. López Jordán, aún en el exilio, procuró evitar el alzamiento mediante una solución política. A través de algunos allegados porteños, gestionó ante el ministro de Guerra, Adolfo Alsina, la posibilidad de sustituir a Febre por un candidato de conciliación, habiéndose pensado para ese fin en el Dr. Onésimo Leguizamón, ministro del presidente Avellaneda.
El 25 de noviembre de 1876, el Gral. López Jordán cruzó el río Uruguay por la barra de Pos-Pos con aproximadamente 40 jefes y oficiales —grupo menguado debido a la división interna del movimiento—. Lo acompañaban Desiderio Olivera, el siempre leal Nicomedes “Nico” Coronel, Robustiano Vera, Claro Palacios y su hijo Ramón López Jordán.
El gobierno argentino, al tanto del inminente levantamiento, adoptó medidas preventivas, ordenando detenciones de simpatizantes jordanistas en distintos puntos de la provincia. El viejo caudillo se internó en los montes, dirigiéndose hacia El Palmar.
Los jordanistas lanzaron tres vibrantes proclamas, publicadas en la prensa. La de López Jordán, fechada en Calá el 27 de noviembre; la del Cnel. Gregorio Garay, dirigida al pueblo de Gualeguaychú y fechada el 28; y la del Gral. Carmelo Campos, dirigida a los vecinos de Victoria, también el 28 de noviembre.
“Los proscriptos que escaparon a la carnicería de Don Gonzalo, al acogerse al indulto bajo la fe de la autoridad nacional, era para ser víctimas, en sus intereses y en sus vidas, de la venganza rencorosa e insaciable del doctor Febre, cuyo despotismo y rapacidad viene esparciendo el escándalo en todos los ámbitos de la República.”
López Jordán, Calá, 27/11/1876.
En respuesta, el presidente Avellaneda decretó el estado de sitio en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes, ordenando la detención de simpatizantes jordanistas y la clausura de los periódicos El Porteño, La Prensa y Correo Español, de Buenos Aires, así como La Capital, de Rosario. El 28 de noviembre fueron arrestados, entre otros, Ovidio Lagos, Nicanor y Melitón González del Solar, Camilo Aldao y el Mayor Gorosito.
El Gral. López Jordán, al frente de una división de 500 hombres mal armados, se dirigió hacia Tala y Nogoyá, con el objetivo de avanzar luego hacia el norte entrerriano durante la primera semana de diciembre, donde aguardaban refuerzos jordanistas, entre ellos el Cnel. Cecilio Berón de Astrada.
Fuentes:
Vida y muerte de López Jordán, Fermín Chávez.
Historia de Concepción del Uruguay, Tomo III, Oscar Urquiza Almandoz.