20/11/2024
Vuelta de Obligado, interés nacional o porteño?
Venir a imponernos a los entrerrianos que el combate de Obligado fue en defensa de la soberanía nacional es una falta de respeto. Dicho conflicto fue nada más ni nada menos consecuencia de las pujas del interior del litoral por la navegación libre del Paraná y poder sacar la producción y comerciar directamente con las potencias industriales. Y a Buenos Aires por supuesto no le convenía porque perdía con ello obtener pingües ganancias a través de la aduana porteña.
El contexto? 1845, aún no había nacido la República Argentina, lejos estábamos de ponernos de acuerdo en cuanto a la forma de gobierno o de ordenamiento jurídico más conveniente. Cuando se declara en 1853, la Constitución Nacional, Buenos Aires continuaba reticente de compartir la recaudación aduanera con el resto del país. Tal es así que durante unos años se separó del resto de la Argentina.
Volviendo a Obligado, por un lado el interés de la oligarquía terrateniente de estancieros bonaerenses y porteños que frenan el crecimiento económico del interior y por el otro, el "auxilio" de las potencias, Inglaterra y Francia, para apoyar al Litoral en su lucha por la libre navegación de los ríos; con intenciones de sacar provecho de la situación obviamente.
Romero va a decir "(...)Me parece más difícil de aceptar, en cambio, que la batalla del 20 de noviembre de 1845 haya sido una gran epopeya nacional, como se dice. (...) En rigor, en 1845 el Estado nacional argentino todavía estaba en construcción; toda la Cuenca del Plata era un hervidero, y ni siquiera estaba claro qué parte de ella -¿el Uruguay o el Paraguay?- correspondería a la Argentina. (..) Rosas, bloqueando el Paraná e impidiendo la libre navegación de los ríos, sostuvo los intereses de Buenos Aires, una provincia que, bueno es recordarlo, hasta 1862 vaciló entre integrar el nuevo Estado o conformar un Estado autónomo. Rosas defendió con energía el monopolio portuario porteño, de cuyas rentas, no compartidas, vivía la provincia. Contra Rosas estaban quienes creían que la libre navegación de los ríos los beneficiaría.(...)"
Otra cuestión para nada sin importancia es que no fue un triunfo sino todo lo contrario, es más los anglo franceses van a retirarse recién en 1849.
Continúa Romero, "(...) Hacer de una batalla donde primaron los intereses particulares de Buenos Aires un jalón en la construcción de la Nación. Todo eso es algo más que una opinión, poco rigurosa pero aceptable en un terreno por definición opinable, como lo es el pasado. Tal manera de ver las cosas constituye una parte central del "sentido común" nacionalista, muy arraigado en nuestra cultura, a tal punto de haberse convertido en una verdad que se acepta sin reflexión. (...)"
Romero, finalmente apunta contra el uso político que se le da a ciertos acontecimientos históricos, por parte del gobierno, con la colaboración de escritores neo revisionistas, "(...) que pronuncia una revitalización del mito en beneficio propio, (...)".
Fuente: Transformar la derrota en victoria, por Luis Alberto Romero en Diario La Nación (18 de Noviembre de 2012).
Imágen: argentina.gob