18/10/2024
Mis días en África (y pequeño prólogo de Estambul) PARTE 1
Por .penia
Como toda buena experiencia para mi, arranca con un poco de dudas, algo de miedo y un tambor incesante en mi corazón, que me pide que me lance a la aventura.
Cómo siempre, días previos, mi cabeza no para. Pasa de la excitación total de imaginar el futuro escenario, y el tambor se acelera, hasta la aparición de las peores fantasías. Pocos y tardíos preparativos y listo, arranco. Se me da fácil la logística, así que toda mi atención se centra en lo que está por venir. Siempre intento tener conciencia del tiempo. Cuento los días. Hoy es el primero de…Es un intento para que no pase tan rápido. Quiero darme cuenta cabalmente de que estoy acá, viviendo algo increíble. Dispongo de dos días en Turquía para darme ese tiempo que siempre me falta. De estar conmigo. De indagar en cosas básicas y mundanas, qué tengo ganas de comer, si quiero caminar, conocer o descansar en el hotel. Siempre es caminar y conocer, pero la sola posibilidad de preguntármelo ya me llena de aire el cuerpo y el alma. Estambul me resuena. Su desorden, su belleza profunda, el aire inquieto, los velos y los desvelos, los rezos a toda hora, las mezquitas más lindas del mundo, las miradas, las comidas. Todo es especial acá. La historia que impregna el aire. Emprendo largas caminatas y me doy el gusto de volver las veces que quiero a los lugares que me llaman. Me dejo perder. Como me gusta esto. Qué es la felicidad si no es poder darme esos gustitos. Camino, exploro, descanso. Me deleito en Estambul. Con sus baklavas y sus porciones de historia tan antigua en cada rincón. Termina la primer parte breve. La esperable…
No sé si estoy lista, pero parto para África. Intento no mirar mucho el aeropuerto de Estambul, para que el contraste no sea tan grande. Como si esto fuera posible. Como si todo lo que estaba por venir no fuera a desarmar mi alma, sacudir ideas, prioridades…Pero aún quedaba llegar. Toda esa preparación rápida que es llegar al aeropuerto de Kigali, capital de Rwanda, con su pequeñez y modo sencillo. Si gente sonriente, a pesar de ser la una de la mañana. Ya siento un tiempo distinto...