11/05/2025
Lunge quien en su momento supo adueñarse de varias hectade tierra de muchos de nuestros colonos, hoy candidato. Que mal esta Pto Rico.
Cada elección es también una conversación sobre el tipo de liderazgo que una comunidad desea. Y algunas candidaturas, como la de Rubén Lunge, no sólo compiten por un cargo: interpelan memorias, trayectorias y valores compartidos.
Lunge, exjuez con más de tres décadas en el ámbito judicial, hoy encabeza el sublema Consenso y Construcción. Su postulación como concejal no puede desligarse de su pasado institucional. Representa orden, conocimiento técnico y una comprensión profunda de las normativas locales. No es poca cosa en un contexto donde el debate legislativo muchas veces carece de precisión jurídica.
Pero también es cierto que su figura carga con el peso de una forma de hacer política institucional que, para muchos sectores, pertenece a otro tiempo. En comunidades pequeñas, la figura del juez no es sólo un cargo: es un símbolo de poder. Y con el poder, vienen los relatos. Algunas versiones sobre prácticas internas del juzgado —aunque nunca formalizadas— circularon durante años en el tejido social. Son parte de una memoria oral que, en contextos donde la Justicia y la política se entrecruzan, también construye sentido.
No se trata de juicios mediáticos ni de revanchismos. Se trata de una ciudadanía que hoy exige liderazgos distintos: más transparentes, horizontales, capaces de escuchar sin imponer, y de gestionar sin jerarquizar desde arriba.
Rubén Lunge llega a la política con capital simbólico y técnico, pero también con un desafío: demostrar que su vocación pública puede sintonizar con las nuevas sensibilidades sociales, donde la experiencia no alcanza si no se acompaña de empatía, renovación y apertura al diálogo.
La campaña dirá si logra encarnar esa transformación o si su figura quedará anclada a un pasado que la sociedad empieza a cuestionar con más claridad que nunca.