La Magia no es cuento

06/12/2025

Apapachar: voz original del náhuatl, tiene muchos significados:
apretar y ablandar con los dedos, dar pequeños toques de cariño, acariciar, abrazar con el alma.
Y entonces me aparece la pregunta:
¿Será que para que alguien nos abrace el alma primero necesitamos permitir esos pequeños toques de cariño, esas caricias mínimas que, sin darnos cuenta, nos van ablandando por dentro?
¿Será que sólo cuando dejamos que el otro roce suavemente nuestra coraza, podemos entregarnos —sin miedo— al abrazo profundo del cariño?

13/09/2025

Si quieres amarme…

Si quieres amarme, hazlo con coherencia.
No me des palabras que el viento pueda llevarse; dame gestos que las confirmen. Prefiero un silencio verdadero antes que una promesa vacía.

Si quieres amarme, que sea sin medias tintas.
No me entregues mitades ni me ofrezcas excusas. El amor que deseo es entero, transparente, valiente. Uno que no se esconde ni se disfraza, porque sabe que solo lo auténtico florece.

Si quieres amarme, hazlo desde la reciprocidad.
No necesito que lo des todo, pero sí que lo des de verdad. Que lo que compartimos nos nutra a ambos, que tu dar me invite a dar también, que tu presencia me recuerde que elegimos caminar juntos.

Si quieres amarme, muéstrate tal cual eres.
Con luces y con sombras, con cicatrices y con sueños. No busco perfección, busco verdad. No anhelo un amor impecable, anhelo un amor humano, donde la vulnerabilidad sea un puente y no una amenaza.

Si quieres amarme, elígeme cada día.
No por costumbre ni por miedo a estar solo, sino porque en tu libertad decides que este camino se hace mejor de mi mano.

Ámame con valentía, con transparencia y con la certeza de que el amor, cuando es real, no mide, no calcula y no titubea: se entrega.
Mí amor merece fuego, no cenizas.

Eleonora Russo

13/07/2025

12/07/2025

11/07/2025

Dicen que el lobo, cuando ama, no repite pareja.
No cambia cuando envejece.
No huye cuando hay problemas.
No abandona cuando duele.
Elige una sola vez…
y se queda.
No porque no pueda encontrar a otra.
Sino porque no quiere.
Porque en su mundo, la lealtad no es un lujo.
Es la base de todo.
Cuando el lobo ama, lo da todo:
acompaña, protege, comparte, se sacrifica.
Caza… pero no come solo.
Aúlla… pero nunca deja de escuchar.
Se adelanta… pero siempre regresa.
Y si su compañera cae, si se enferma, si ya no corre como antes…
no la deja atrás,se adapta a su paso,la cuida,la espera.
La defiende con los colmillos si es necesario.
Porque el lobo no busca una vida cómoda.
Busca una vida compartida.
Y así como se entrega a su pareja…
también cuida a los suyos.
A su manada,sus crías,todo lo que ama.
No con palabras,con hechos.
No con promesas, con presencia.
Por eso, un lobo puede vivir rodeado de nieve, de hambre, de peligros…
y seguir amando como el primer día.
Porque lo suyo no depende del clima, ni del momento.
Depende del corazón.
En un mundo donde muchos cambian de piel como si nada…
hay lobos que eligen quedarse.
Y quedarse… de verdad.

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