02/07/2025                                                                            
                                    
                                                                            
                                            ¿Cómo vive un profeta más de 100 años? 
No se trata de suerte, ni solo de genética. Hay principios y hábitos muy concretos que han guiado su camino —y que podrían inspirarnos a todos.
🥗 1. Vivir la Palabra de Sabiduría… de verdad
Desde joven, el presidente Nelson ha seguido la ley de salud revelada por el Señor en Doctrina y Convenios: no café, no té, no alc0hoI, no tabªc0, y una dieta lo más natural y moderada posible. (come muchas verduras y frutas, casi nunca come carne). Pero no solo evitó lo que se debía evitar: cultivó el autocontrol.
Era conocido entre sus colegas apóstoles por cuidar incluso el tamaño de sus porciones. A veces, cuando comía con ellos, dividía su comida para compartirla. Su objetivo no era solo obedecer, sino vivir con disciplina y equilibrio.
💉 2. Actividad profesional exigente… hasta el final
Antes de ser profeta, Nelson fue cirujano cardíaco pionero. Ayudó a desarrollar la primera máquina corazón-pulmón en Utah y participó en la primera cirugía a corazón abierto en 1951. Operó a miles de personas, y su mente estuvo entrenada durante décadas en el pensamiento crítico, el estudio constante y la precisión quirúrgica.
Esa actividad intelectual intensa ayudó a mantener su cerebro en forma, y su hábito de aprendizaje nunca se detuvo. A sus más de 90 años, todavía se preparaba personalmente para cada discurso y leía con atención los mensajes que compartía.
🏃♂️ 3. Movimiento, no sedentarismo
Aunque no se sabe mucho de su rutina de ejercicio, sí se sabe que no era sedentario. A su edad avanzada, seguía caminando con paso firme, subiendo y bajando de púlpitos, viajando por el mundo y manteniéndose físicamente activo hasta donde su cuerpo lo permitía.
La combinación de cuerpo activo y mente activa es una fórmula que la ciencia también confirma como clave para la longevidad.
🧠 4. Fe, propósito y gratitud
Tal vez lo más importante: Nelson ha vivido con un propósito eterno. Su fe no ha sido una carga, sino una fuente de energía y visión. Ha dicho que a pesar de los achaques normales de la edad, se siente lleno de gratitud por seguir sirviendo al Señor.
En sus propias palabras:
“El evangelio de Jesucristo da significado a cada día de mi vida.”
Esa actitud de fe y gratitud lo ha ayudado a envejecer con dignidad, alegría y propósito, incluso cuando ha tenido que adaptarse —por ejemplo, hablando sentado o grabando mensajes en lugar de darlos en vivo.
🧬 5. Buena genética… pero no solo eso
Sí, es probable que su longevidad también tenga raíces genéticas. Pero como bien lo muestran sus hábitos, ha hecho su parte. Tener buena genética sin disciplina no habría sido suficiente.
Quizá no todos llegaremos a los 100, pero todos podemos vivir mejor, con más propósito y bienestar, si seguimos los principios que él ha vivido con tanta constancia.