Perniciosa Liter/hartura

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Edición de Libros y Revistas
Panfletos para ser leídos en el toilette

Tomamos la literatura por asalto.
-la lit. no pide permiso-

Noche de gloria en  Esquema de flotación    curvale   sloover
15/04/2025

Noche de gloria en
Esquema de flotación


curvale

sloover

No Retornable. vol.II O7/09 en      oliva_poesiafusion Yo eché un cerrojo sobre mi tarde.    Mi rostro se perfiló frente...
16/09/2024

No Retornable. vol.II O7/09 en




oliva_poesiafusion


Yo eché un cerrojo sobre mi tarde.

Mi rostro se perfiló frente a la ventana.

Miré al sol:

Disperso en doradas hojas

vino a beber la fatigada miel del aire.

Quedaba una puerta a medio abrir,

y tras ella

mi adolescencia espiaba su inquietud perdida.

Imposible recordar cómo se llora o ríe.

En el patio, racimos ciegos y geranios mudos.

En la calle, el eco esperando un paso.

Dormir sin poder cerrar los ojos.

Y los acacios aman la esperanza

de tornarse azules.

Fotos: .mascioni






LUNES 5 DE AGOSTO DESDE LAS 21 HORAS !!!
04/08/2024

LUNES 5 DE AGOSTO
DESDE LAS 21 HORAS !!!

VIERNES 2 DE AGOSTODESDE LAS 21 NO RETORNABLE VOL.VEN ESTA NOCHE, EN ESTE MUNDO RECITAL DE POESÍA MÚSICA EN VIVO OPEN MI...
01/08/2024

VIERNES 2 DE AGOSTO
DESDE LAS 21
NO RETORNABLE VOL.V
EN ESTA NOCHE, EN ESTE MUNDO
RECITAL DE POESÍA
MÚSICA EN VIVO
OPEN MIC
PERFORMANCE
INTERVENCIONES
*****
"El cheloveco que estaba sentado a mi lado -había esos asientos largos, de felpa, pegados a las tres paredes- tenia una expresión perdida, con los glasos vidriosos y mascullando slovos, como "De las insípidas obras de Aristóteles, que producen ciclámenes, brotan elegantes formaniníferos" Por supuesto, estaba en otro mundo, en órbita, yo sabía cómo era eso, porque lo había probado como todos los demás, pero en ese momento me puse a pensar, oh hermanos, que era una vesche bastante cobarde. Tú estabas ahí después de beber el moloco, y se te ocurría el meselo de que las cosas a tu alrededor pertenecían al pasado. Todo lo veías clarísimo -las mesas, el estéreo, las luces, las niñas y los málchicos- pero era como una vesche que solía estar allí y ya no estaba. Y te quedabas hipnotizado por la bota, o el zapato o la uña de un dedo, según el caso, y al mismo tiempo era como si te agarraran del pescuezo y te sacudieran igual que a un gato. Te sacudían sin parar hasta vaciarte. Perdías el nombre y el cuerpo, y te perdías tú mismo, y esperabas hasta que la bota o la uña del dedo se te ponían amarillas, cada vez más amarillas. Más tarde, las luces comenzaban a estallar como átomos, y la bota o la uña del dedo, o quizá una mota de polvo en los fundillos de los pantalones se convertían en un mesto enorme, grandísimo, más grande que el mundo, y era el momento que iban a presentarte al viejo Bogo o Dios, y entonces todo concluía. Gimoteando volvías al presente, con la rota preparada para llorar a grito pelado. Todo era muy hermoso, pero muy cobarde. No hemos venido a esta tierra para estar en contacto con Dios. Esas cosas pueden liquidar toda la fuerza y la bondad de un cheloveco."

Anthony Burgess
La naranja mecánica (fragmento)

ABIERTO DE POESÍA
29/07/2024

ABIERTO DE POESÍA

22/07/2024

INVENCIONES DEL VIENTO/PAULINA VINDERMAN

Pertenecer. Pertenecerse. Un lugar para estar y un lugar para morir. Sabíamos sin decirlo cuál era el lugar y la cantidad exacta
de aire que había que aspirar para llegar a él.
El viento era el amo, pero era sabio y fuerte y si nos estrujaba demasiado, aún como muñequitos tambaleantes de papel pintado cruzaríamos el río.
Pequeños dioses de viento y de papel. ¿Por qué nos abandonaron? La poesía era el lugar y sigue siéndolo aquí. Pero este llano,
este desierto... Yo no soñaba sino con pinos dorados. Yo pensaba en romper la música y dibujar con palabras el aliento
de los pinos.
Pertenecer. Pertenecerse.
Obtener agua y continuar ensombreciendo el sol con las verdades. Sobrevivir. ¿Es ésto lo que queríamos? Queríamos vivir,
no sobrevivir.
Y qué es el poema sino un puñado de pájaros mu***os en la mano.
Y qué es el poema sino un disparo al sol desde detrás de un peñasco de colores.
Y qué es el poema sino sobrevivir entre piedras calcinadas y antiguas.
El laúd está roto y el viento escapó desde el agujero preciado en que lo reteníamos. Hay que inventar un viento.
Hay que inventar un agua en la garganta.
Hay que encontrar esas voces pequeñitas que deambulan por los desiertos como notas escapadas de un pentagrama enrejado, envejecido.
Pertenecer. Pertenecerse. Es esto todo al fin cuanto queríamos.
Un silencio incompleto. Un lugar de ceremonias sencillas y perfectas. Sólo falta que inventemos un viento.

22/07/2024

LA VOZ ARRASADORA/ CINTIO VITIER

Esta es la voz de un contemplativo, no de un hombre de acción.
Ambas razas, las únicas que realmente existen, se miran con
recelo.
Es verdad que ha habido gloriosas excepciones, aunque bien
mirarlos los rostros, bien oídas las voces,
la sagrada diferencia se mantiene se mantiene, y aún se torna
trágica.
Pero el contemplativo entiende y muchas veces ama el rayo de la
acción. Casi nunca lo contrario ocurre.

Esta es la voz absorta de un oscuro, de un oculto, que ha tenido
peregrinas ambiciones.

Enumerarlas seria realizar un inventario del delirio.

Baste decir que ha querido romper los límites del fuego en las
palabras

y ha vuelto al círculo del hogar con un puñado de cenizas.

No, sin dudas no lo comprenderéis, salvo los que sois del
indecible oficio.

Estos hombres se alimentan de lo que hacen; hasta sus sueños y
sus fantasmagorias son quehaceres, hechos.

¿Como entender a uno que no ha poseído nunca nada; que no ha
tocado una cosa desnuda de alusión;

que sólo vive y muere en el mundo de lo otro, en el inalcansable
reino de las transposiciones:

a uno que, de pronto, necesita escribir, cómo se necesita la
comida o la mujer?

Su Suerte es dura, extraña, también irrenunciable. Y sin embargo
o por lo mismo, ya no me preguntéis,

cada vez que oye la voz arrasadora de la vida, arroja su
fantástico tesoro

y sale cantando y llorando y resplandeciendo, y va silencioso a
ocupar el puesto que le asignan.

22/07/2024

LLEGAN DE UN AIRE TAN DELICADO/JUAN A.MASOLIVER

Llegan de un aire tan delicado
las palabras, llevan
tan delicada luz, tan suaves
cuerpos, brisa de los sueños,
amor recién nacido en las orillas,
campanario de luz junto a las olas,
cielo, signos
del día frágil e inmortal.

Como hombres desn**os
en los muros
de vidrio de la ciudad del sol
aún no habitada
y luego las mujeres como flores,
la boca que se besa en el espejo,
la mano en las arañas,
los peldaños de sal
hasta el cofre y el ancla
y el llanto de los vientres,

sus melancólicos gemidos:
amor que es como un pozo
de luz en el jardín
de la ceniza, espesura
en el triángulo del p***s
donde oímos canciones que claman
sin cesar.

12/07/2024

"En el proceso de composición de un poema lírico o un relato corto muy breve se puede alcanzar un punto en el que ya no quepa mejora alguna. Cualquier texto con una extensión mayor de un par de páginas —tal como nos recordará luego John Updike, citando a T. S. Eliot— sucumbirá pronto al «pecado natural de la lengua» y exigirá un trabajo de una concentración mucho mayor. Con «pecado natural de la lengua» supongo que Eliot se refiere a: a) su indocilidad (cómo se resiste de forma constante y sinuosa aun a las manos más diestras), y b) su promiscuidad: en casi todos sus manejos, la lengua pasa de mano en mano sin prejuicio alguno como una moneda, y hace acopio de gran cantidad de sedimentos de sudor y arenilla y cieno.

A los poetas les resulta familiar la súbita conjetura de que han de dar término a las revisiones de sus versos (y cuanto antes mejor) y de que sus supuestas mejoras empiezan a causar un daño real. Incluso el novelista comparte este miedo: uno siempre teme, nervioso, perder la idea que le acaba de llegar en un momento de inspiración. Northrop Frye, «rey filósofo» literario a quien yo debo lealtad, dijo que quien engendra un poema o una novela es más una matrona que una madre: la meta es poner al niño en el mundo con el menor daño posible; si la criatura vive, gritará para liberarse de «cordones umbilicales y sondas alimenticias del ego».

La prosa discursiva, por otra parte (los ensayos y piezas semejantes a las contenidas entre estas dos cubiertas), no puede librarse del ego y, en todo caso, siempre sería mejorable. Así que he hecho algún que otro recorte, he añadido muchas líneas (notas a pie de página, post scriptum), he intentado explicar mejor las ideas y he aplicado una buena dosis de pulimento. Suelo limitarme a tratar de ser más claro, menos ambiguo, más preciso, pero no más profético (no he manipulado mis profecías políticas, que tienden, como es habitual en este campo, a verse desmentidas de inmediato por los acontecimientos). Hay algunas repeticiones y duplicaciones; las he dejado, porque doy por sentado que la mayoría de los lectores, a medida que van leyendo, eligen aquello más acorde con sus preferencias (solo el crítico, el corrector de pruebas y, por supuesto, el autor se ven obligados a leerlo todo de principio a fin). También, para mi sorpresa, me he sometido a cierta autocensura y he batallado no tanto contra lo «impropio u ofensivo» cuanto contra lo excesivamente coloquial: esos juegos de palabras que parecen deteriorarse en cuanto se vierten al papel. El pecado natural de la lengua es acumulativo e inevitable, pero al menos permite desprenderse de las fragilidades de lo meramente efímero".

Martin Amis
El roce del tiempo
Traducción: Jesús Zulaika

11/07/2024

En lugar de los "últimos sacramentos"//Jules Laforgue

“Me hizo llamar una tarde de otoño.
En su mansarda un frío loco.
Temblaba tísico, la piel de cera
Como la luz de una pobre vela.
Su fuelle rugía como un órgano viejo
Y la piel tomaba ahora ese tono
Del verdín que sobre el suelo de la morgue
A lo largo quiere ocuparlo todo.
-Viejo, voy a reventar, dijo con una sonrisa el pobre
Que heló el caracú en mi hueso.
Para acabarla -sabés- quisiera un vampiro
Que me vaciara la espalda con un beso.
Bajé, muy calmo, hasta el callejón y en la esquina
Silbé a la primera pollera blanca que patina
oliendo a un macho en busca de una mina.
Después al mostrarle al moribundo
Y de ponerla al tanto de su sombría tarea
Vi que se le agitaba furiosa la pechera.
En su mirada cálida de mil locas noches sin nombre
Vi despabilar sus gastados sentidos por el hombre.
Se desviste, bosteza, hace una pausa;
Luego como bajo un látigo lanzada,
Su morro en llamas y su lengua rosada,
Salta sobre el agonizante.
Él siente el soplo rugiente
Que hace la lava al correr,
Los riñones fríos hervir otra vez.
Una chispa de loco celo estalla en sus ojos huecos,
Pronuncia algunas palabras apretadas, como ecos.
Los vi extenderse a lo largo. Como en la roca pelada
Un n**o de serpientes se retuerce atosigada.
Salí. Los dejé en medio de su lucha amarga y fiera.
A la mañana siguiente ya estaba mu**to.
Pálido, muy chupado y en su lecho yerto”.

Jules Laforgue (Montevideo, 1860-París, 1887), Poésies complètes, Le Livre de Poche, 1970
Versiones de Angel Faretta

Sábado en Rosario!!!
10/07/2024

Sábado en Rosario!!!

10/07/2024

Te acuerdas, Sylvia// José Kozer

Te acuerdas, Sylvia, cómo trabajaban las mujeres en
casa.
Parecía que papá no hacía nada.
Llevaba las manos a la espalda inclinándose como un
rabino fumando una cachimba corta de abedul, las
volutas de humo le daban un aire misterioso,
comienzo a sospechar que papá tendría algo de asiático.
Quizás fuera un señor de Besarabia que redimió a sus
siervos en épocas del Zar,
o quizás acostumbrara a reposar en los campos de
avena y somnoliento a la hora de la criba se
sentara encorvado bondadosamente en un sitio
húmedo entre los helechos con su antigua casaca
algo deshilachada.
Es probable que quedara absorto al descubrir en la
estepa una manzana.
Nada sabía del mar.
Seguro se afanaba con la imagen de la espuma y
confundía las anémonas y el cielo.
Creo que la llorosa muchedumbre de las hojas de los
eucaliptos lo asustaba.
Figúrate qué sintió cuando Rosa Luxemburgo se
presentó con un opúsculo entre las manos ante los
jueces del Zar.
Tendría que emigrar pobre papá de Odesa a Viena,
Roma, Estambul, Quebec, Ottawa, Nueva York.
Llegaría a La Habana como un documento y cinco
pasaportes, me lo imagino algo maltrecho del
viaje.
Recuerdas, Sylvia, cuando papá llegaba de los
almacenes de la calle Muralla y todas las mujeres
de la casa Uds. se alborotaban.
Juro que entraba por la puerta de la sala, zapatos de
dos tonos, el traje azul a rayas, la corbata de
óvalos finita
y parecía que papá no hacía nunca nada

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San Luis

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Viernes 17:00 - 19:00

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