30/06/2025
🏥Inédito trasplante en el país | Esta historia se cuenta con la voz entrecortada. Una madre que lucha por sostener a su hijo con vida durante meses. La otra, para tomar una decisión inmensa en medio del dolor más desgarrador: donar los órganos de su hijo, para que otro niño, el que dormía al lado del suyo, pudiera seguir viviendo.
👶🏻👶🏻Luca fue el donante y tenía 2 años. Felipe tiene un año, vive gracias al corazón de Luca.♥️♥️
Paula Navarrete y Nicolás Zarragud recuerdan desde Neuquén la historia de su hijo Luca: un nene alegre, simpático, lleno de vida, que pasó buena parte de sus días entre salas de hospital y cirugías. “Vivía cantando, hacía que cantaba, repetía las canciones con mímica. Hasta internado era un nene feliz”, cuenta Paula.
Pamela dice que Felipe nació sano, era rosado, gordito, fuerte. Hasta que, a los cinco meses, una aparente bronquiolitis lo llevó a la guardia. Su corazón estaba tan agrandado que ocupaba tres cuartas partes del pecho. Fue diagnosticado con una miocardiopatía dilatada severa. Sedado, con respirador, sin respuestas a los tratamientos, Feli fue trasladado desde Neuquén al Hospital Italiano, en Buenos Aires.
Ambas familias se conocieron en noviembre. Luqui había sido trasplantado del hígado apenas dos días antes de la llegada de Feli al Hospital Italiano.
Todo empezó el 18 de junio. Primero bajaron con Luca al quirófano y luego a Felipe. En la sala de espera, Pamela sintió un leve toque en la espalda. Era Paula; “Ya nos avisaron que se puede”, le dijo. Pamela se quebró. Minutos después, las llamaron. Una doctora entró a la habitación y les dijo: “estamos en operativo”. El corazón era viable. Comenzaba un trasplante inédito en América Latina, el primero que se realiza a partir de una donación en asistolia controlada. No era solo un logro médico: era un milagro emocional.
El abrazo entre las dos familias quedó inmortalizado en una foto, cuando ese operativo ya había terminado. La imagen donde Paula y Pamela se funden en un llanto compartido. Juan, el papá de Feli, le dice a Nicolás: “Ustedes le salvaron la vida a nuestro hijo”.
Ese día, Feli entró a quirófano. Y salió con un corazón nuevo. El corazón de Luca.