02/11/2025
Querido San Martín, hoy es un día muy especial, hace 116 años, un día como hoy, tu naciste para llegar al corazón de miles de personas, siempre fuiste tan humilde que reconocer el impacto tan grande que haz tenido en la vida de tantos hinchas no te va a resultar nada fácil pero es momento de que tomes asiento y leas estos renglones con atención.
Hoy estamos aquí los de siempre y los de hace poco, puede que ellos no entiendan tan bien todo el camino que hemos vivido juntos porque quisieron acompañarnos y vivir nuestra aventura ahora pero como dicen, nunca es tarde para empezar, hace tanto tiempo que eres algo y alguien en esta tierra que haz ido pasando de mano en mano y de generación en generación como si fueras la herencia más preciada que puede poseer una familia, de abuelos a padres, de padres a hijos, fuimos siendo testigos de tus colores para que nunca cayeras en soledad, te hemos amado como quien ama su propia vida, te hemos protegido como quien protege a un hijo y levantado como quien levanta a un amigo, por ti pasaron tantas personas que te amaron con el alma y otros tantos que creyeron quererte pero acabaron traicionandote que echar la cuenta ahora se me hace imposible, hemos vivido auténticos in****nos, hemos derramado cientos de lágrimas por ti, por esas líneas verticales rojas y blancas que se te meten en la piel y te queman por dentro, porque uno nace contigo metido a fuego en el corazón y es imposible deshacerse de eso.
No imaginas las veces que nos han aconsejado e incluso implorado que te dejaramos sólo, que no merecía la pena sufrir por un deporte, que porque queríamos vivir de esta manera, son unos ilusos, es que ni con 116 años van a poder entender lo que yo siento cada vez que te veo, no van a poder comprender que se me eriza la piel cuando escucho tus canciones, que se me empañan los ojos de lágrimas cuando te veo salir al campo de juego, que mi atuendo más elegante es llevar pegada tu camiseta, que mi mejor película eres tú y mis melodías más bonita están en tus tribunas.
Ellos no van a entender que mi corazón se acelera cuando marcas un gol, de la felicidad tan colosal que siento cuando ganas y veo sonreír a los que a mi lado están, me invade una alegría tan grande y profunda que ni siquiera puedo explicarlo, no puedo redactar con palabras que esto no es simplemente fútbol, como hacerles entender que tu no eres un equipo, que tu eres toda mi vida, tu me has enseñado mejores lecciones que las que se enseñan en la escuela, me enseñaste a respetar, a ser una persona agradecida cuando no tienes nada y humilde cuando lo tienes todo, me enseñaste a amar como jamás pensé que se podría amar, contigo aprendí que el sufrimiento forma parte de este mundo y que hay que afrontarlo, tu me mostraste el camino para no rendirme, para levantarme cada vez que las cosas iban mal, para creer, para ser leal y nunca soltar la mano de un compañero, tu me demostraste que en la vida no siempre vas a ganar pero eso no te hace perder tu valor, me diste hermanos, no sabes cuantos, una gran familia de personas que aún viviendo en diferentes puntos de la tierra sienten lo mismo que yo.
Como te decía, ellos nunca van a entender lo que significas, no hablo de historia ni de títulos, hablo de lo que significas realmente, de tu valor interior, de lo que es en realidad San Martín de Tucumán, y como te decía, no pude hacerles comprender nada porque ellos no saben el amor que tu puedes hacer sentir, no se hacen una idea del n**o en la garganta que aparecen cuando las cosas van mal y estas intentando retener las lágrimas, no saben el dolor que produce verte sufrir y no poder hacer nada por sacarte una sonrisa, porque este amor es tan sincero que uno no sufre por si mismo, a uno se le destruye el corazón porque te están lastimando y no puede remediarlo pero nos levantamos y continuamos la pelea como auténticos guerreros, ellos no pueden asimilar, mi cita favorita está en la ciudadela, en la tribuna Bolivar o frente al televisor, que prefiero perderme un evento por verte jugar, que no duermo la noche anterior cuando en horas vos jugas, que mire hacía donde mire sólo te veo a ti, que la primera pregunta que le hago a un desconocido ya sea aquí en Tucumán o en cualquier parte del mundo es si conoce a San Martín y me alegra cuando la respuesta es positiva, que lloro por ti como si fuese que el fin del mundo estuviera llegando, como si me estuvieran robando la vida y me rompieran el corazón en mil pedazos, que tarareo tus canticos en la ducha y te meto en la valija vaya donde vaya, me has dado tanto que no pude agradecertelo, no hay palabras para decirte que eres lo mejor que me ha pasado en la vida y ni las tengo para premiarte por la fecilidad que le diste a nuestros abuelos, a todos aquellos que te vieron nacer, los que te acompañaron en el antiguo estadio de Bolivar y Alberdi y los que vieron el cambio al estadio de Bolivar y Pellegrini y a los que ni quisiera te aún te han conocido, eres el mejor regalo que la vida puede darte, nos llamaron raros, locos, sufridores, dementes, nos han humillado hasta el cansancio y nos han recordado que no tenemos tantos títulos como otros, que antes no pasábamos de media tabla, que estuvimos en la liga, que no tenemos participaciones internacionales, que caimos envueltos en la maldición de no ganar a nuestro eterno rival, nos han hecho una y mil ofensas, sin darse cuenta que lo que acabo de escribir, no tiene ningún valor si te falta lo más importante, corazón y alma, porque fuimos felices cantando con mi gente entre llantos en la derrota que aquellos que celebraban nuestras p***s, porque escuche más gritos de "Señores yo soy del ciruja, ciruja me voy a morir" cuando perdiste que canticos al ganador, porque vi más gente yendo a tus partidos en la segunda división que muchos estadios en un partido de primera, porque vi más gente orgullosa de lo que era cuando no tenias nada que a muchos otros cuando lo tuvieron todo, porque tu, querido San Martín, no eres un equipo de fútbol, eres vida y esa es la mayor diferencia que existe entre ellos y nosotros, porque el verdadero éxito, es caer y tener la fuerza y la voluntad de seguir intentándolo, nunca rendirse, estan tan equivocados que siguen pensando que ser grande es tenerlo todo y la única verdad es que la humildad es la base de toda verdadera grandeza, no es un título, un cheque en blanco ni una posición la que te hace grande, eres grande cuando tu valor es mucho más importante que tu precio y tu posición, eres grande cuando te mantienes en pie cuando todo se está cayendo a pedazos, cuando te abrazas a un desconocido para llorar por una derrota, cuando recibes a tú equipo como a un héroe, aún habiendo perdido porque se dejó el alma para poder traerte esa felicidad, eres grande cuando tienes a miles de personas cantando tus canciones y defendiendo tus colores, eres grande cuando tienes el poder de mover montañas, romper fronteras y unir personas sólo por amor, y San Martín tu eres grandioso, gracias por cada victoria que me hizo sonreir como si hubiese ganado la quiniela, gracias por cada derrota que me enseñó a ser fuerte y a no rendirme, gracias por cada momento, haz vivido tanto y sigues siendo el mismo, quizás no exteriormente pero si interiormente, siempre el mismo, para todos aquellos que sabemos quienes somos en realidad, quien eres tu, vivimos cientos de aventuras, pasamos de la liga a primera, de volver a caer, vivir 5 años en el in****no, tocar la gloria y volver a caer, pasaron muchas personas, algunos alientan desde la tribuna más alta, algunos asisten por primera vez a nuestra fortaleza, tuvimos que aprender a vivir etapas horribles, pero si algo no cambió es lo que llevamos dentro, ese es el latido que sigue retumbando con fuerzas cada vez que elevamos nuestra voz en cada canto o cada vez que escuchamos tu nombre, tampoco cambiaron las veces que nos cruzamos en la calle con cirujas y le decirnos "Que grande el santo" o "Vamos los santos todavia" y nuestra manera de disfrutar haciéndolo, de tener todo y nada, de subir y bajar de las nubes, querido San Martín de Tucumán en estos 116 años pasaron demasiadas cosas pero hoy cuando te miro sigo viendo ese equipo humilde de barrio Ciudadela del que me enamoré, el tiempo pasa y el reloj nunca se va a detener, vendrán momentos mejores y momentos peores, tendremos que soportar los golpes y los cambios pero tu siempre seguirás siendo tu, tan ciruja como siempre, tan sufridor y lleno de vida como el primer dia, tan apasionado y enamoradizo, tan loco y amante de lo imposible y nosotros seguiremos siendo los mismos locos que haga frio o calor estaremos saltando en las cuatro tribunas de tu estadio después de caer derrotado, los mismos que te alentamos en la liga y los que te levantaron este presente año y los mismos que lloramos tantas pérdidas irreparables, también los mismos que te recibieron con aplausos cuando perdiste en Adrogue, mientras tu estés nosotros siempre estaremos, tan leales como siempre, con tanto amor para darte que nunca te sentirás sólo y ni siquiera la muerte, esa terrible consecuencia que tiene la vida podrá separarnos de ti porque desde ahí arriba junto a otras estrellas seguiremos alentandote, eres vida, eres pasión, eres amor, eres locura y desenfreno, eres sufrimiento y felicidad, eres todo lo que queríamos que fueras y no cambiariamos nada de esta larga historia, recorrimos un camino demasiado extenso y algunos tuvieron que dejarte, te puedo asegurar con los ojos cerrados que cuando nosotros no podamos hacerlo, todos los que vienen detrás y los que aún no te conocen seguirán luchando en tu nombre y en el nuestro, gracias San Martín de Tucumán por ser tu y solamente tu, sin peros ni excusas, tan humilde como siempre, tan transparente como aquel primer dia, gracias por permitirnos disfrutar a tú lado y por llenar de rojo y blanco la República Argentina.
Alguien grande es aquel que puede engrandecer a las personas que tiene a su alrededor y tu nos hiciste tocar el cielo con las manos, gracias por tanto, contigo quiero seguir creciendo cada día del resto de mi vida, contigo quiero ser la persona más feliz del mundo y sólo por ti llorar hasta secarme por dentro, contigo quiero vivir partidos infartantes y goleadas imposibles, noches frias de llanto y dolor y tardes de locura y felicidad, contigo lo quiero todo porque contigo una vez pise el in****no y supe volver a tocar el cielo.
El fin de amar es sentirte vivo y no sabes la vida que nos regalas.
Felicidades querido San Martín por 116 años de pasión, amor y locura.
Sólo me queda escribir esto.
Estaré a tú lado incluso cuando el cielo se este cayendo a pedazos y la tormenta no nos permita ver, porque gracias a ti entendi que el amor es la fuerza más poderosa de esta vida y es capaz de cambiarlo todo y hacer cosas imposibles, aunque a veces nuestro lugar sea el in****no, el cielo seguirá existiendo si estás tu.
No necesito que me prometas que seremos felices para siempre, que tendremos todo lo que merecemos, que conseguiremos tantos ansiados títulos, sólo necesito saber que a pesar de los momentos malos y buenos que vamos a vivir, al final de todo vamos a seguir juntos.
Todos buscamos nuestro lugar en el mundo y San Martín tu eres el nuestro, tu eres el lugar al que pertenecemos.