02/11/2025
El cometa 3I/Atlas, argumentos de expertos de Harvard que aseguran que es un objeto de origen tecnológico.
Detectado en julio de 2025, el cometa interestelar sorprende a astrónomos por su velocidad, composición química y trayectoria. El astrofísico Avi Loeb, plantea varias anomalías que podrían indicar un origen no natural, reavivando el debate sobre civilizaciones avanzadas en la galaxia.
El 3I/ATLAS fue detectado el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Chile, marcando la llegada del tercer objeto interestelar confirmado en nuestro Sistema Solar después de 1I/Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019. Este cometa se distingue por su tamaño, velocidad y composición química, convirtiéndolo en un objeto único que despierta gran interés científico.
Su núcleo, estimado en 20 kilómetros de diámetro, y una masa aproximada de 33.000 millones de toneladas, lo transforman en el objeto interestelar más grande registrado hasta la fecha.
Su velocidad de 210.000 km/h (60 km por segundo) y su órbita hiperbólica confirman que no está sujeto a la gravedad solar, cruzando el sistema como un visitante de otra galaxia.
El cometa es considerado una auténtica cápsula del tiempo: con aproximadamente 10.000 millones de años, es más antiguo que nuestro vecindario cósmico, que tiene 4.600 millones de años.
Compuesto de hielo, polvo y gases prácticamente inalterados, transporta material primordial de las etapas iniciales de la Vía Láctea. Este hecho permite a los astrónomos estudiar directamente las condiciones físicas y químicas del universo temprano.
El recorrido de 3I/ATLAS también despierta suspicacias. Su aproximación a Marte, Venus y Júpiter se produjo con distancias mínimas sorprendentes, como los 2,7 millones de kilómetros respecto a Marte, un evento descrito por algunos expertos como un “ajuste extraordinario de la trayectoria” debido a la probabilidad ínfima de que ocurra por azar.
Además, su comportamiento frente al Sol resultó inusual. Tras acercarse a 203 millones de kilómetros de nuestra estrella en octubre de 2025, el cometa desarrolló primero una anticola dirigida hacia el Sol y luego una cola convencional. Este cambio fue interpretado por varios expertos como una posible maniobra controlada.
El seguimiento del cometa es posible a través de simuladores como Eyes on the Solar System de la NASA, así como de plataformas especializadas como The Sky Live, que permiten observar su posición y trayectoria en tiempo real, así como estadísticas como la distancia al Sol y a la Tierra.
Las 8 anomalías según Avi Loeb y su interpretación
Avi Loeb, profesor de Harvard y defensor de la búsqueda de civilizaciones extraterrestres, identificó 8 anomalías en el 3I/ATLAS que lo convierten en un candidato único dentro de los objetos interestelares. Estas anomalías le conceden al cometa un 4 sobre 10 en la Escala de Significancia de Objetos Interestelares (Escala Loeb). Cada una de ellas merece ser analizada:
1 - Anticola hacia el Sol: inicialmente, parte de la nube de gas y polvo del cometa apuntó hacia nuestra estrella, algo extremadamente raro. Loeb interpreta este comportamiento como un posible indicio de maniobra inteligente, pues normalmente los cometas desarrollan colas opuestas al Sol debido al viento solar.
2 - Alta masa y velocidad: a pesar de su enorme peso, unas 33 mil millones de toneladas —un millón de veces más masivo que Oumuamua—, el cometa se desplaza a 200.000 km/h, superando la velocidad de otros objetos interestelares previamente detectados. Este contraste entre masa y rapidez resulta inusual y plantea interrogantes sobre su dinámica.
3 - Trayectoria alineada con el plano eclíptico: la órbita del cometa está alineada con un margen de apenas 5 grados respecto al plano donde giran los planetas. Loeb calcula que la probabilidad de que esto ocurra por azar es de una entre 500, una coincidencia estadísticamente notable.
4 - Encuentros precisos con planetas: su paso cercano a Marte, Venus y Júpiter ocurrió con un margen tan estrecho que algunos científicos lo consideran un “ajuste extraordinario de la trayectoria”, sugiriendo un control externo o una precisión excepcional.
5 - Composición química atípica: la columna de gas detectada contiene níquel, tetracarbonilo y cianuro, pero carece de hierro y presenta solo un 4% de agua, contrastando con las expectativas habituales sobre la composición de cometas. Loeb señala que algunas de estas aleaciones son utilizadas industrialmente en la Tierra, lo que despierta curiosidad sobre su origen.
6 - Polarización negativa extrema: la luz reflejada por 3I/ATLAS muestra una polarización de −2,77% en un ángulo inusual, con un cambio de signo más temprano de lo esperado. Esta firma óptica, concentrada y negativa, no tiene precedentes en cometas del sistema solar ni en objetos interestelares previos, revelando asimetrías en su forma o composición nunca observadas.
7 - Dirección coincidente con la señal “Wow!”: la dirección de origen del cometa apunta aproximadamente a la misma zona del cielo donde en 1977 se detectó la señal de radio “Wow!”, un evento astronómico nunca explicado en su momento. Loeb considera que esta coincidencia orbital añade un matiz enigmático a su trayectoria.
8 - Cambio de comportamiento en su cola: el paso de una anticola hacia una cola convencional tras acercarse al Sol podría interpretarse como una maniobra de desaceleración controlada. Según Loeb, “la hipótesis que se plantea es que 3I/ATLAS es un artefacto tecnológico y, además, que tiene inteligencia activa. Si ese es el caso, se abren dos posibilidades: que sus intenciones sean absolutamente benignas o malignas”.
Estas anomalías no prueban por sí mismas un origen tecnológico, pero Loeb las considera suficientes para incluir al cometa en un nivel de observación donde se plantea formalmente la hipótesis de inteligencia. Aun así, reconoce que la explicación más probable sigue siendo natural: un cometa extremadamente raro y peculiar.