26/09/2025
"LA DOBLE MORAL"
1. El Juego de la "Moralina" en la Calle
En Argentina, esto lo ves en cada esquina, en la charla de café y en el debate de la tele:
El Político/Funcionario: Exige austeridad y que "el pueblo se ajuste", pero él se mueve en camioneta, no rinde cuentas y tiene el nepotismo aceitando su entorno. Lo critica a "ellos" por robar, pero cuando le toca a "los nuestros", son "errores de gestión" o "una campaña de desprestigio".
El Vecino del Consorcio: Se queja a gritos del que deja la basura un minuto antes de tiempo, pero él estaciona en la rampa o evade la cuota del gasto común porque "es un poquito". Mucha moralina para el de al lado, cero autocrítica.
La Cuestión de Género: Históricamente, al varón se le celebra ser un "ganador" o "canchero" por tener varias parejas, pero a la mujer se la mira de reojo por el mismo comportamiento. Se aplican juicios totalmente diferentes por el solo hecho de ser hombre o mujer.
2. La Raíz del Problema: La Viga y la Paja
La doble moral existe porque nos da la excusa perfecta para sentirnos superiores sin tener que cambiar. Si yo encuentro un defecto enorme en vos, mi propio defecto (que es igual o peor) pasa desapercibido.
Es un juego de espejos donde proyectamos la bronca por nuestra propia incoherencia en los demás. Si criticamos la corrupción ajena con tanta pasión, es porque en el fondo sabemos que, con algo mucho más chico, nosotros también doblamos la regla si la situación lo amerita (cruzar en rojo, trampear en la cola, pagar algo en negro).
3. La Reflexión que Pica
El drama de la doble moral no es que seamos incoherentes (todos lo somos un poco), sino que se use para ejercer poder y castigar al que no tiene la misma chapa o la misma banca.
Si queremos una sociedad más justa, la pelea empieza por dejar de mirar lo que hace el de enfrente y poner la lupa en nuestra propia conducta.
La pregunta que realmente pica es: ¿Usás el mismo criterio moral para tu enemigo que para tu mejor amigo? Si la respuesta es no, ahí tenés la doble moral andando. Dejemos el sermón y empecemos por la cancha chica.