Off Topic Periodismo Transmedia

Off Topic Periodismo Transmedia Desarrollamos y gerenciamos procesos productivos desde la comunicación. Es una revista transmedia. Es una tésis académica. Es una comunidad en redes sociales.

Desarrollamos y gerenciamos procesos productivos desde la comunicación.

¿Qué es Off Topic? Es una productora. En definitiva, Off Topic es una mirada específica del mundo y sus circunstancias, que se expresa a través del desarrollo de productos comunicacionales.

¿Qué quiere decir Off Topic? El nombre está relacionado a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Off Topic es de a

lguna manera una digresión, significa “fuera de tópico”, y sería una forma diferente de construir miradas sobre nosotros mismos. Originalmente, el término Off Topic se refiere a una digresión introducida en los debates/discusiones/charlas que se registraban en los espacios virtuales sobre un determinado tema que hoy pueden ser catalogados como la prehistoria de las redes sociales actuales: las listas de correo, los grupos de noticias, los foros de discusión y los wikis. Off Topic es una apropiación de ese concepto: tiene la intención de relacionarse con audiencias que se interesen por contenidos diferentes a los tradicionales. Se trata de un nombre cuya raíz está alineada con este tiempo histórico comunicacional atravesado por las redes sociales, sus usos y apropiaciones

¿En qué campos tenemos experiencia? Desarrollamos productos de periodismo digital, trabajamos en ámbitos de comunicación institucional, gerenciamos procesos comerciales, realizamos productos audiovisuales.

¿Cómo puedo participar en Off Topic? Cuando decimos que Off Topic es "una forma diferente de construir miradas sobre nosotros mismos" estamos proponiendo una construcción colectiva de lo que algunos denominan "la realidad". La agenda que nos interesa es la que buscamos construir junto a los ciudadanos / usuarios de redes sociales. Tus fotos, tus videos, tus opiniones, tus informaciones son el principal insumo con el que aspiramos contar.

¿Cómo puede ayudarte Off Topic en tu negocio / emprendimiento / idea? La comunicación es el eje central para el desarrollo de cualquier proceso productivo. Querés visibilizar tu marca? necesitás aumentar tus ventas? buscas crear sentidos en torno a tu emprendimiento? necesitás un gerenciamiento profesional de tus redes sociales? Contactanos! Charlemos y construyamos juntos proyectos trascendentes.

06/12/2024
EL PRESIDENTE QUE PARIÓ LA PANDEMIA [El Pueblo nunca se equivoca]El Pueblo no se equivoca nunca. Ni siquiera cuando conf...
21/11/2023

EL PRESIDENTE QUE PARIÓ LA PANDEMIA
[El Pueblo nunca se equivoca]

El Pueblo no se equivoca nunca. Ni siquiera cuando conforma una mayoría que empodera a un freak anarco capitalista conducido por el jefe de la casta.

No entenderlo o discutir esa verdad tan rotunda como dolorosa, es el síntoma más certero de un paciente terminal: ese que no ve una vaca adentro de un baño por carecer de empatía y/o por negligencia.

Insisto: el Pueblo nunca se equivoca. Jamás.

¿En serio resulta tan difícil asimilar la derrota del candidato de la coalición de Gobierno que empeoró los registros de inflación y pobreza que tuvo el paupérrimo Mauricio Macri? Digo: ¿ustedes vivieron en la Argentina los últimos 4 años verdad?

Siempre una elección es la síntesis del clivaje cambio versus continuidad.

Y si el 56% eligió como presidente al tipo que durante largos pasaje de su vida pública se mostró como un energúmeno sin ningún interés por las formas institucionales, pues entonces el mensaje NO PUEDE SER MÁS CONTUNDENTE: el vínculo entre representantes y representados se quebró definitivamente. Y la política y los políticos (y con ellos el estado del Estado) fueron juzgados como los principales responsables de hacer la vida indigna de ser vivida.

Pesó más, mucho más, la frustración y la desconfianza inmanentes a este largo ciclo económico (al menos 10 años) que erosionó brutalmente la quintaesencia de la democracia liberal-burguesa de nuestro país: la clase media. Efectiva o aspiracionalmente, Argentina es (o fue) un país de clases medias.

Los últimos años de Cristina, el ciclo de Mauricio y el inefable Gobierno de Alberto fueron tan malos que ganó el candidato liberal libertario que se paseó orondo por todo el país con motosierra en mano, acompañado de una candidata a vicepresidente negacionista y conducido metafísicamente por su perro mu**to, Conan.

Si te parece ridículo que haya ganado Milei, ¿qué tan ridículo te suena que el Presidente y la Vicepresidenta, principales responsables institucionales del destino de 45 millones de personas, hayan protagonizado durante 3 años una telenovela a cielo abierto llena de intrigas de palacio mientras la inflación reventaba el salario de los trabajadores formales?

A la gente no le entra una gota más de peronismo / kirchnerismo tal como se moldeó desde 2003: su universo conceptual, filosófico y especialmente sus prácticas se tornaron anacrónicas. Su capacidad de representación se redujo drásticamente como consecuencia de su inaceptable endogamia. Mucha gente votó suponiendo que su vida, sus valores, sus afectos, su bolsillo, están afuera del horizonte simbólico que propone ese espacio, como explicó Martín Rodríguez.

No hay democracia ni derechos humanos que alcancen a equilibrar la insatisfacción, la bronca y el odio que surgen como consecuencia de patéticas gerencias institucionales, demasiado ensimismadas y desconectadas de ciudadanos dolientes.

Y la pandemia, claro. El evento distópico que atravesó el planeta y que nos obligó a vivir en un capítulo de The Walking Dead interminable en el país de la deuda con el FMI, la inflación y la grieta. El encierro como única medida preventiva eficiente (hasta las vacunas, claro) hizo estallar por el aire la socialidad (según los términos de Martín-Barbero y Maffesoli): los modos en que los jóvenes y los adultos configuran representaciones de las instituciones, las prácticas y las estrategias que les permiten constituir modos de interacción específicos.

Fue en ese marco, con el espacio público vedado para todos menos para los antivacunas, terraplanistas, anarquistas, neofascistas, freaks y antiprogresistas que, ante la ausencia de otros actores con los que normalmente deberían haber disputado y/o compartido la primacía en el ágora público, coparon la escena ante la atenta y displicente mirada de las autoridades, para comenzar a sedimentar una legitimidad que, luego, capitalizó y sintetizó el hoy presidente. Salieron de las redes, coparon la calle y, finalmente, le arrancaron el corazón al sistema: se lo quedaron para ellos.

Esos grupos conformaron la primera base de sustentación política de Milei. Poco más de dos años después, y luego del estelar ingreso de Mauricio para aportar millones de dólares, toneladas de clonazepam y 26 puntos, el 56% del país lo apoyó rotundamente para que haga lo que prometió hacer desde el principio: "hacer estallar el Banco Central, dolarizar, exterminar la casta" y, de esa manera, “convertir a la Argentina en la potencia que fue hace 200 años".

¿Se trata de un escenario apocalíptico? Quizás. Pero tan inverosímil y distópico como que en el país del peronismo los trabajadores formales sean pobres, que los chicos vayan a comer a las escuelas públicas o que en los últimos 8 años miles de millones de dólares hayan sido utilizados formalmente para bancar la bicicleta financiera y no para construir escuelas, hospitales, rutas o casas.

MACRI, MILEI Y EL NEGOCIO DE LA GRIETALa Revolución de La Libertad Avanza murió antes de empezar. Y la responsabilidad v...
26/10/2023

MACRI, MILEI Y EL NEGOCIO DE LA GRIETA
La Revolución de La Libertad Avanza murió antes de empezar. Y la responsabilidad vital de esa temprana defunción recae en Javier Gerardo Milei: fue él quien destruyó su propia creación al decidir ordenarse bajo la conducción política de Mauricio Macri.

No lo dudó un instante el neófito anarcocapitalista.

El domingo 22 de octubre por la noche, cuando corroboró que la victoria de Sergio Tomás Massa en la elección era incontrastable, dialogó telefónicamente con el expresidente y acató sus primeras órdenes. El discurso que ofreció luego de esa charla ante los desanimados pubertarios en el búnker del hotel Libertador fue contundente: el clivaje casta versus libertad que había ordenado el universo filosófico-conceptual de su carrera política desapareció sin más. En su lugar, Milei adoptó como propio el leitmotiv de la vida política del fundador del Pro: hacer desaparecer al peronismo.

En 10 minutos Milei se transformó radicalmente. Olvidó su lucha contra la casta y adoptó como propia la peor cara de la casta: el antagonismo paralizante que durante la última década impidió el desarrollo del pueblo argentino: La Grieta.

Bastó un resultado electoral menos positivo que el esperado para abjurar de sus ideas y comprar todo el paquete de ideas de un dirigente poderoso pero deslegitimidado como Macri. Y de esa manera se completó la parábola que Myriam Bregman garabateó en el primer debate y que la gente viralizó al infinito y Massa Ya en redes: al final no sos un León, sos un gatito mimoso del poder.

Ya no se trata de la propuesta libertaria de Milei (Casta&Dolarización In Memoriam). Se trata de algo exponencialmente peor, como es la candidatura de un Milei desesperado gerenciado por Macri. O sea, digamos: la síntesis perfecta de venta de órganos, circulación libre de armas, reivindicación de la dictadura y la revolución de la alegría de los fugadores y endeudadores.

Milei era lo nuevo. Malo, pero nuevo.

Ya no es ni siquiera eso.

Ahora Milei encarna lo peor de lo viejo. Ahora Milei será el principal actor de una mala película que los argentinos quieren dejar atrás: La Grieta Recargada.

Ahora Milei intentará convencer con el peor de los argumentos: la desaparición de un sector de la población. Ese fue, y es, el sentido de la existencia política de Macri. Y ahora será el de Milei.

Los argentinos deben decidir si quieren apagar el incendio con nafta. O por el contrario, retomar la senda que un gran argentino marcó con su infinita sabiduría hace muchos años: para un argentino no hay nada mejor que otro argentino.

LOS MILAGROS DE SERGIO TOMÁS: VENCIÓ A LA INFLACIÓN. ¿PODRÁ CON LA GRIETA?En un país donde la inflación es un drama estr...
23/10/2023

LOS MILAGROS DE SERGIO TOMÁS: VENCIÓ A LA INFLACIÓN. ¿PODRÁ CON LA GRIETA?
En un país donde la inflación es un drama estructural, que desde el regreso de la democracia solo fue domado por Carlos Saúl Menem durante una década hace tres décadas (en detrimento del aparato productivo nacional y en favor de un sistema de acumulación que expandió la desigualdad estructural que hoy nos carcome, claro) ir a una elección siendo el ministro de Economía que pelea con una inflación de 3 dígitos era, sencillamente, una batalla imposible.

ERA imposible. Hasta ayer.

Casi como si se tratara de un remix de esa icónica escena memética en la que Sergio Tomás voltea una botella de agua con el poder de su mente, durante la campaña Massa logró que los argentinos pensemos la elección en los mejores términos en la que podíamos pensarla:

– O nos defendemos entre nosotros o se pincha.

– O confiamos en las certezas vitales que nos definen como argentinos (democracia, familia, trabajo, educación y salud pública) o nos regalamos ante las promesas enojadas sobre un futuro conducido por las fuerzas del dios mercado.

– La normalidad de nuestra argentinidad atravesada tanto por crisis latentes como por el amor y la igualdad como fundamentos innegociables, o directamente un estallido conducido por kamikazes dispuestos a hacer implosionar la Patria en nombre de sus traumas irresueltos y sus rencores pubertarios.

Y finalmente, el clivaje definitivo: ¿a quién le dejarías el cuidado de tus hijos, a Massa o a Milei?

Massa se convirtió en un sinónimo de estabilidad. Y nos devolvió así una parte de nuestra identidad. Y confianza: el sistema (representantes, representados) todavía puede funcionar.

Esa certeza recorrió capilarmente la Argentina (sentido común y estructura; discurso y realidad efectiva) para configurar un escenario impensado: más de 4 millones de nuevos votos para el peronismo. Para el tipo normal. Para el que podría cuidar a tu hijo. Y así, por un instante que duró 71 días (entre la PASO y la General), inconscientemente la inflación fue menos importante que algo: la Patria. Que básicamente son los 25 metros cuadrados que anidan tus sueños, tus anhelos y tus preocupaciones.

Y Sergio Tomás se convirtió en Milagro Masa.

O Medio Milagro.

Porque ahora falta la otra mitad.

En un país que fue dominado la última década por un antagonismo dicotómico que atravesó la vida pública, se disputó una elección general de tercios que derivó en un balotaje. Es decir, una elección dicotómica. Destino. Lo de siempre.

En ese marco debe obrar el segundo milagro de Sergio Tomás, que es convertirse en el vector capaz de movilizar una nueva mayoría en torno a la única tesis que no admite discusión: si queremos, somos el mejor país del mundo.

Tiene la mejor herramienta de la que alguien podría munirse para afrontar esta batalla, que es el peronismo en tanto sentimiento, tradición, estructura, verdades y errores que subsanar. Y tiene, además, la decisión vital para salir victorioso: eludir cualquier síntoma de ideologismo, sectarismo e individualismo que prive al Pueblo argentino de una gesta fundacional. Y, por supuesto, las mejores ideas para hacer conducente la excepcional potencia argentina.

Si logró el primer milagro (o medio milagro). ¿Por qué no podría conseguir el segundo? En vos confiamos, Sergio Tomás.

27/07/2023

¿CUÁNTO PROGRESISMO ES DEMASIADO PROGRESISMO?

Durante los procesos electorales nadie vale por lo que dice que vale, sino por lo que pesa en votos. Básicamente porque en esa transacción institucional, que es la base de la democracia, el pueblo le pone números irrefutables al valor y al peso específico de cada dirigente, de cada espacio, de cada programa.

Esa realidad limita las pretensiones basadas en ideologismos desarticulados de lo único importante del teatro político: las necesidades y las demandas de la gente.

Es decir: las posturas estéticas y la imputaciones de orden moral que generalmente suelen esgrimirse para bancar sectarismos estrafalarios, suelen quedar en evidencia una vez que los ciudadanos eligen. Y esa es la impotencia de las vanguardias.

En Unión por la Patria subyace una tensión muy vinculada a la dimensión ideológica: la candidatura de Juan Grabois claramente expresa la necesidad de representación de la facción progresista.

Argentina es un país que se autopercibe de clase media. Dato: en el período 2003-2012, la clase media en Argentina duplicó su tamaño según el Banco Mundial (creado en 1944, está conformado por 189 países miembros e integrado por 5 instituciones internacionales). Sin embargo, desde el año 2014 ese sector no para de registrar retrocesos (básicamente, deterioro brutal del ingreso). A tal punto que el tiempo histórico parió una nueva "subclase": trabajadores formales pobres. Nunca antes visto: una familia puede tener incluso dos ingresos "en blanco" y aún así no superar la línea de la pobreza. Insólito.

Pero la clase media no se constituye solo sobre el orden material. También está conformada por usos y consumos culturales. Y por posturas estéticas, claro. El Kirchnerismo supo consolidar un muy interesante núcleo en ese enorme sector de la sociedad argentina.

Esa es una de las franjas donde opera la candidatura de Grabois: los (ex) clase media ideologizados que vienen recortándose sobre sí mismos y que, en el campo político, necesitan dejar de "tragar sapos". Ya se deglutieron a Scioli en 2015 y a Alberto F. en 2019. Ahora parece que tienen una opción que sea un bálsamo para sus erosionadas sensibilidades y para sus lastimados bolsillos.

Pero la candidatura de Grabois tiene un sustento tan o más importante que la dimensión ideológica, porque se vincula directamente con las condiciones materiales de existencia. El líder de Patria Grande y su grupo dicen sintetizar las demandas de un vasto sector social que, a grandes rasgos, es el que no ha sido contenido en la formalidad de ese peronismo que reza "de casa al trabajo y del trabajo a casa". La economía informal, aquellos que crearon su propio trabajo para combatir la exclusión a la que los sometía una democracia entrampada en un capitalismo corrido hacia la especulación financiera.

Muy bien, entonces: Grabois va por el voto de los ideologizados (ex) clase media y de los excluidos. Potencialmente es un campo enorme. De ahí la prepotencia de este sector político dentro de Unión por la Patria, que se negó a diluirse en la fórmula de "unidad" conformada por Sergio Tomás Massa - Agustín Rossi. Y obtuvo lo que pretendía, probablemente sostenido más por el cálculo que por la audacia de UP.

Ahora viene la hora de la verdad. A través de esa extraordinaria herramienta de ordenamiento político que son las PASO, Grabois y su grupo van a comprobar explícitamente cuánto pesan: ¿Qué porción representan de ese enorme universo potencial sobre el que dicen construir y acumular? ¿cuánto pesa esa representación en el marco global de UP?

El día después de las PASO comenzará lo más importante. Y lo que debería ser lo más fácil para Unión por la Patria: sintetizar una propuesta para los ciudadanos que contenga a sus expresiones internas en base al resultado de la elección. Porque los votos son inapelables y es la gente la que va a decidir cuánto progresismo quiere en UP.

Lo peor que puede pasarle a UP es que alguien se haga el distraído: el programa se construye proporcionalmente en función del voto; y el que gana conduce, el que pierde acompaña. Cualquier acción o decisión que escape a esos postulados, se parecerá a una imposición autoritaria o un capricho adolescente. Y consecuentemente, va a sellar la suerte electoral del ex Frente de Todos.

19/07/2023

RÍO NEGRO TOMÓ DEUDA NUEVA PARA PAGAR DEUDA VIEJA Y GASTOS CORRIENTES: ¿CÓMO VAMOS A PAGAR EL SHOW DE LA DEUDA?

Mientras el intendente Pedro Oscar Pesatti y el vicegobernador Alejandro Palmieri se tiran la pelota para ver cuál de los dos se desentiende primero del flagelo de la inseguridad que atormenta a los vecinos de Viedma (y de toda la provincia), el gobierno de Juntos Somos Río Negro volvió a endeudarse para pagar deuda.

Hoy la Provincia colocó un bono por 5000 millones de pesos para pagar 2850 millones de capital e intereses que tomó el año pasado. El resto (2150 millones) los utilizará para pagar gastos corrientes.

Toda esta deuda proviene del bono del Plan Castello: en 2017, el por entonces gobernador Alberto Weretilneck tomó más de 300 millones de dólares en jurisdicción extranjera para realizar obra pública que se paga en pesos. Hasta ahora, Río Negro sólo está pagando los intereses de esa deuda (ya gatilló casi 80 millones de dólares) y tiene por delante el pago del capital. Dentro de 45 días, deberá abonar 10.6 millones de dólares correspondientes a otra cuota de intereses del Castello.

En total, la provincia terminará pagando alrededor de 460 millones de dólares (a mediados de 2028 está pautada la última cuota) por el Plan Castello.

Este show de toma de deuda a cielo abierto es una enorme carga que pesa sobre los ciudadanos de Río Negro: el esfuerzo de los vecinos de cada pueblo y ciudad de la provincia se va por la canaleta de la especulación financiera. A mayor carga de la deuda por los intereses del Castello, menos inversión en seguridad, educación, cloacas…

Y representa, a la vez, la más clara muestra de la ausencia de un modelo de producción y desarrollo provincial. El círculo vicioso de toma de deuda en loop contradice las consignas provincialistas que sostienen Weretilneck y sus aliados: si la "defensa de los intereses de los rionegrinos", como dicen, consiste en endeudarse hasta el cogote para pagar los intereses de los acreedores privados... dejá nomás Alberto, nos defendemos solos los rionegrinos.

22/06/2023

"SI SEGUIMOS ASÍ, EN 2027 GANA EMILIA SORIA" [Weretilneck, el poder y la hoguera de las vanidades]

Alberto Edgardo Weretilneck atraviesa su peor momento político desde que ocupó el sillón de Gobernador en 2012, a raíz del fallecimiento del Gr**go Carlos Soria.

W supo construir una imagen de estratega imbatible a partir de resonantes resultados electorales (por encima de los 50 puntos en 2015 y 2019), por supuesto.

Pero si esa visión se tornó hegemónica, es porque contó con el inestimable acompañamiento de sistemas determinantes en la conformación de sentido en la provincia:

1. El sistema normativo, conformado básicamente por los medios de comunicación (en tándem con la publicidad oficial, los productos culturales financiados por el Estado y el grueso del sistema de educación superior), siempre tendiente a garantizar el status quo provincial. Este sistema nunca pudo, supo o quiso poner en tensión esa supuesta verdad, incluso cuando el conjunto de acciones políticas e institucionales desarrolladas claramente se acumularon en un peligroso sentido: la suma del poder público en la cabeza del cipoleño.

2. La oposición política, en su gran mayoría proclive a cabecear la marcha de la obediencia a una velocidad sideral. Una anécdota muy conocida recorre los pasillos de la capital y los mentideros políticos desde hace unos años y sirve para graficar de qué están hechos los dirigentes que, supuestamente, deberían ejercer el control y la oposición. Un legislador del Alto Valle contaba con cierta sorna (cuando todavía era peronista) y con lujo de detalle, como Weretilneck "compraba a los compañeros" con "un cordero y una charla rosquera". Hoy ese legislador es uno de los fundadores de Nos Une Río Negro, un sello de goma creado para poner a jugar la estructura del partido Justicialista en favor de...Alberto Weretilneck.

Con una oposición así, quién necesita oficialismo.

Sin embargo, ese W hegemónico y todopoderoso quedó reducido a una expresión deshilachada, desperfilada y errática que hoy admitió implícitamente los groseros errores políticos que cometió y que terminaron con el peor resultado histórico de Juntos Somos Río Negro (JSRN) en una elección provincial (apenas por encima del 30% para la lista verde).

En el marco de un encuentro institucional desarrollado este miércoles en Fernández Oro, en el que las autoridades de JSRN definieron sus candidatos a ocupar bancas en el Congreso Nacional, W intentó construir un racional político vinculado a la pésima elección del 16 de abril; y en el mismo paso de comedia, procuró ofrecer herramientas conceptuales para recuperar la legitimidad que el electorado rionegrino le quitó a cielo abierto.

El auditorio, conformado por políticos que hace más de una década se alimentan del poder estatal, escuchó estupefacto una presentación sorprendente (para mal) del líder verde:

1. La confesión implícita de W: HICE TODO MAL.
Al describir las características coyunturales en las que se desarrolló el proceso electoral provincial, Weretilneck intentó encontrar alguna explicación a la pésima elección del oficialismo (perforó su piso histórico y perdió 10 bancas en la Legislatura). Habló de "una época de cambio político (...) desencanto, bronca y rechazo hacia la política”.

Pero esas características eran demasiado evidentes antes del 16 de abril. ¿Qué tan encerrado en sí mismo estaba W como para no ver una vaca adentro de un baño? ¿O será que su exagerada autosatisfacción lo trasladó a un universo paralelo que sólo él y su fiel ladero, Facundo López, habitaban en armoniosa convivencia?

Por eso, el razonamiento que W desplegó en Fernández Oro termina por destrozar las verdades que él mismo vaticinó antes del 16 de abril: el "nuevo orden político", los 60 puntos que pronosticó que iba a obtener y el "Gran Acuerdo" como expresión de los anhelos de la sociedad rionegrina, solo existieron en la afiebrada mente de un dirigente claramente desmagnetizado (y también expone a su consultor, el costosísimo Mario Riorda).

¿Qué tipo de confianza puede generar un conductor que admite implícitamente que todo lo que dijo y todo lo que hizo en el proceso electoral fue, en términos conceptuales, una fantasía distópica que reventó los cimientos de su propio partido? El mismo dirigente que ofreció como horizonte un escenario que luego se verificó inexistente, ¿está en condiciones de guiar un nuevo proceso?

2. El terror como herramienta.
Weretilneck no tuvo mejor idea que utilizar el terror para ordenar a un escuadrón de dirigentes a los que la posibilidad de volver al llano le resulta aterrador. "Si seguimos así, en 2027 va ganar la elección Emilia Soria", dijo. De esa manera, puso de manifiesto el sudor frio que hoy corre por la esplada de todo el partido verde y, además, legitimó a una joven dirigente que viene de conseguir la reelección (ella sí que consiguió el 60% que Weretilneck imagino para sí mismo) en la ciudad más productiva de la provincia.

3. Persistir en el error.
El Gobernador electo intentó una defensa de sí mismo cuando afirmó que sin el acuerdo que propició para estas elecciones, "el oficialismo sería la tercera fuerza", según consignó el diario Río Negro.

Esa afirmación no es más que la certificación de la necedad y/o la incapacidad de este Weretilneck mínimo, sin visión periférica. Porque fue precisamente esa ingeniería electoral la que propició el descalabro del oficialismo. Al meter en la multiprocesadora a radicales, camporistas y verdes, desperfiló a JSRN y lo expuso como síntesis de todo lo que distancia a la gente de la política: incoherencia, oportunismo y opacidad. Además, manipuló la ley para cambiar las reglas electorales, lo que derivó en un enchastro de colectoras y listas de adhesión que los ciudadanos odiaron desde el primer momento.

Además, la inclusión de dirigentes que 5 minutos antes habían sido opositores generó problemas políticos internos. JSRN, que otrora fue una sólida y cohesionada unidad política, hoy es un hervidero de egos e incertidumbres individuales que pugnan por preservar su metro cuadrado de poder, con recelos contra W y cruentas disputas por ahora subterráneas.

La principal expresión de ese descontrol político es la nula relación entre Weretilneck, gobernador electo y líder verde, y Arabela Carreras, actual gobernadora consorte y candidata a Intendenta del principado de Bariloche, a pesar de la férrea resistencia que opuso su mentor.

El fuego de ese Weretilneck hegemónico y todopoderoso en torno al cual orbitaba TODO lo que sucedía en el sistema de representación institucional rionegrino, hoy se parece más a una hoguera de las vanidades como aquellas del siglo XV en Florencia, Italia, en las que se quemaban los objetos que, por su naturaleza intrínseca, atentaban contra el desarrollo de los valores más elevados de la sociedad. Weretilneck podría quemarse producto de sus errores personalísimos. O podría "purificarse", expiando sus "pecados" a través del sacrificio de determinados "objetos". El problema, claro, es que alguien podría terminar como el monje Girolamo Savonarola.

17/06/2023

SER O NO SER
[ Máximo: Kirchner absoluto o generación de cristal ]

La condición de posibilidad del kirchnerismo es, por supuesto, un Kirchner con votos. Con muchos votos. Si Cristina ya no va a encabezar las boletas, entonces el sistema del que el Kirchnerismo fue/es el epicentro, tenderá a reconfigurarse. Salvo, por supuesto, que otro Kirchner pueda conducir a través de la irrefutable ley que ordena la política universal democrática: MANDA QUIEN TIENE MÁS VOTOS.

El kirchnerismo, en tanto modalidad histórica del Justicialismo, se erigió hegemónico porque tanto Néstor como Cristina demostraron en los últimos 20 años (entre otros atributos ligados a la conducción política) ser más potentes electoralmente que el resto de sus compañeros/as. Le pusieron la carita, el cuerpo y el apellido a cada proceso electoral, que son las instancias que sintetizan en términos político-conceptual y proyectan en el tiempo los sistemas de construcción y acumulación política.

No existe conducción sin el poder que otorga la legitimidad social. Y eso se consigue en elecciones abiertas.

Ante la certeza del corrimiento electoral de Cristina, el sistema comienza a ordenarse en torno a coordenadas que presentan, al menos, matices con respecto a las que funcionaron como norma en las últimas dos décadas: si ahora la interna es inevitable, es porque el apellido Kirchner, de cierta forma, no será la locomotora del proceso.

Y si bien en esta elección todavía parece imponerse el ethos kirchnerista modo electoral, nada será igual sin un Kirchner encabezando y garantizando lo que el sistema exige implícitamente.

Por eso la responsabilidad histórica recae sobre Máximo Carlos Kirchner.

Hijo de dos presidentes; creador y conductor de una organización política dinámica, consistente y pujante en torno a la cual orbita el partido Justicialista bonaerense; integrante de la mesa chica que precede a la solitaria toma de decisiones de Cristina, Máximo está acorralado: ser o no ser. Esa es (la máxima) cuestión.

¿Ser o no se qué cosa? Ser un Kirchner absoluto, como Néstor y como Cristina.

Claramente Máximo demostró no ser la caricatura que intentaton construir sus enemigos, a través de la puesta en escena de una serie de atributos fácilmente verificables: dotes de liderazgo hacia el interior de su organización; capacidad de diálogo institucional en el ámbito parlamentario (según reconocieron conspicuos dirigentes políticos antikirchneristas); fuerza de movilización; poder de articulación y negociación con peronistas territoriales. Y una visión de país y del mundo dotada de un innegable racional político, en tanto verdad relativa dispuesta a tensionar con otras.

Pero eso no alcanza para desempeñar el rol que sus progenitores, por diferentes y evidentes motivos, ya no pueden ejercer. Y sin un Kirchner absoluto, no habrá Kirchnerismo tal como lo conocemos hoy.

Máximo construyó su perfil y acumuló poder para decidir estrategia y táctica desde lugares marginales en términos de lógica electoral. Básicamente, porque el equilibrio del sistema era garantizado por la dimensión dominante de Cristina.

Pero en este turno electoral, el primero sin Cristina en la boleta, Máximo debería demostrar de qué esta hecho. Ya no se trata de generar condiciones para que otros de su escudería tomen la responsabilidad de las candidaturas trascendentes.

Ahora se trata de encabezar para conducir en una dimensión total. El tiempo histórico y las condiciones que está pariendo no admiten una conducción que no sea integral. Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.

En la mesa de arena de los mentideros políticos, se afirma que Máximo es el principal impulsor de una candidatura presidencial de Axel Kicillof. Tiene lógica. Porque el salto del exministro de economía, un cristinista no camporista, reforzaría la parte superior de la boleta (ante la endeblez de la candidatura del ministro de Pedro, que no levanta) y abriría un enorme espacio en la ingeniería electoral y en la planificación política del proximo cuatrienio para el territorio más importante. Pero ese espacio no puede ser ocupado por otro que no sea Máximo Kirchner. ¿Cómo se justificaría un arrugue cuando, por otro lado, otro camporista como de Pedro se muestra dispuesto a ponerle el pecho a una derrota casi segura?

El equilibrio de poder hacia el interior de la propia organización también está en juego.

Cuando Cristina dijo que espera que "los hijos de la generación diezmada tomen la posta", el sistema apuntó a de Pedro. Por su historia y por una obviedad etaria, ese molde no le quedó extraño. De hecho, disparó su campaña subido a esa definición. Y en lo que parecía ser una autoreferencia, Cristina también exhortó que "no se le pida a otro lo que uno no está dispuesto a hacer". ¿Y si ambas reflexiones tenían a Máximo en el epicentro del razonamiento? ¿Y si Cristina le está sugiriendo que él, un Kirchner, debe ser el candidato a Gobernador porque ella ya no podrá garantizar el actual equilibrio luego de este round?

Asumir la candidatura, incluso al margen del resultado, ubicaría a Máximo en otra dimensión. Más cerca del Kirchner total que fue Néstor. Y definitivamente alejado de esa versión de "generación de cristal" con la que lo etiquetaron. La continuidad del Kirchnerismo como decisor del panperonismo depende en gran medida de esa decisión.

01/06/2023

La posta, de un bocado.

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