
21/07/2025
La violencia encubierta: cuando la agresión se disfraza de gestos sutiles
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Introducción
Cuando pensamos en violencia, solemos imaginar gritos, golpes o insultos directos. Sin embargo, existe un tipo de violencia silenciosa y muchas veces invisibilizada, que daña profundamente: la violencia encubierta. Esta se manifiesta a través de gestos, palabras y actitudes que buscan lastimar al otro sin mostrarse como una agresión evidente. Está presente tanto en relaciones de pareja como en ambientes laborales o familiares, y suele ser justificada o normalizada.
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¿Qué es la violencia encubierta?
La violencia encubierta es un comportamiento agresivo disfrazado de normalidad. Se presenta como una provocación velada, un destrato, un desdén, una burla, o incluso como un acto que parece “bienintencionado” pero cuyo verdadero fin es humillar, manipular o dañar.
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Ejemplos comunes
🔹 En la pareja
Ignorar intencionalmente al otro como castigo.
Usar el sarcasmo para rebajar a la pareja frente a otros.
Hacer comentarios hirientes disfrazados de broma.
Provocar celos para mantener el control.
Mostrar indiferencia afectiva como forma de manipulación.
🔹 En el trabajo
Responder con silencio o monosílabos a un compañero para desestabilizarlo.
Hacer “destrabo” o entorpecer la tarea de otro para dejarlo en evidencia.
Usar frases pasivo-agresivas como “yo pensé que eras más inteligente”.
Excluir deliberadamente a alguien de conversaciones o actividades grupales.
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¿Por qué ocurre esta violencia?
En general, la violencia encubierta surge de la necesidad de:
✅️ Sentir poder sobre el otro.
✅️ Evitar confrontaciones directas que impliquen asumir responsabilidad.
✅️ Generar culpa o inseguridad en la víctima para dominarla.
Muchas veces quienes ejercen violencia encubierta crecieron en entornos donde esta era la forma “normal” de comunicarse, y repiten los mismos patrones sin reconocerlos como dañinos.
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Consecuencias en la víctima
La persona que la recibe puede experimentar:
❌ Baja autoestima
❌ Ansiedad o depresión
❌ Sensación de estar equivocada o exagerando (“quizás soy yo que me lo tomo mal”)
❌ Dependencia emocional
❌ Aislamiento social
Esto se agrava porque es difícil de demostrar ante otros. A veces, cuando la víctima lo relata, no recibe apoyo, pues la agresión no parece evidente.
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Reflexión final
La violencia encubierta es igual de destructiva que la violencia explícita. Reconocerla es el primer paso para frenar su avance. Cada gesto hiriente, cada silencio cargado de desprecio o cada palabra disfrazada de “chiste” deja huellas en quien la recibe.
En nuestras relaciones cotidianas, revisemos si nuestras acciones están construyendo paz o sembrando dolor, aunque sea de manera sutil. La verdadera madurez emocional se demuestra cuando elegimos la comunicación asertiva antes que la agresión encubierta.