30/10/2025
October 30 — The Day Puerto Rico Rose
On this day in 1950, Puerto Ricans took destiny into their own hands.
From Jayuya to Utuado to San Juan, the Nationalist Party—led by Pedro Albizu Campos and warriors like Raimundo Díaz Pacheco—rose up to proclaim what the world refused to hear:
🇵🇷 Puerto Rico is not a possession; it is a nation.
The U.S. responded with bombs, bullets, and prisons. But the fire they tried to extinguish became our eternal flame. Every October 30, that flame reignites in the hearts of Boricuas who still dare to dream of true independence.
These patriots weren’t “rebels”—they were defenders of dignity.
They stood against colonial arrogance long before hashtags, long before performative allyship. They believed that freedom isn’t granted; it’s seized.
So today, remember Jayuya not as a failed uprising, but as a sacred whisper from our ancestors:
“Never confuse silence with submission.”
May every Boricua who reads this feel that same pulse of rebellion that once shook the mountains. Because that spirit lives on—in our music, our art, our courage, and our insistence on epistemological sovereignty.
They bombed Jayuya… but they could never bomb our memory.
30 de Octubre — El Día en que Puerto Rico se Levantó
En este día de 1950, los puertorriqueños tomaron su destino en sus propias manos.
Desde Jayuya, Utuado y San Juan, el Partido Nacionalista —liderado por Pedro Albizu Campos y héroes como Raimundo Díaz Pacheco— se alzó para proclamar lo que el mundo se negaba a escuchar:
🇵🇷 Puerto Rico no es una posesión; es una nación.
Estados Unidos respondió con bombas, balas y cárceles. Pero el fuego que intentaron apagar se convirtió en llama eterna. Cada 30 de octubre, esa llama renace en el corazón de todo Boricua que aún sueña con la independencia.
Aquellos patriotas no eran “rebeldes”; eran guardianes de la dignidad.
Se enfrentaron al imperio antes de los hashtags y las modas políticas. Sabían que la libertad no se concede; se conquista.
Hoy recordamos a Jayuya no como un fracaso, sino como un eco sagrado de nuestros ancestros:
“Nunca confundas el silencio con la sumisión.”
Porque ese espíritu sigue vivo—en nuestra música, nuestro arte, nuestra valentía y nuestra soberanía epistemológica.
Bombardearon a Jayuya… pero jamás pudieron bombardear nuestra memoria.