24/09/2025
TRINIDAD - BENI
Artista Cruceño pagó por un boleto de primera y terminó estrenando una flota “nueva” salida del museo de las antigüedades rodantes de Trans Punata.
Parece que en Bolivia la palabra “nuevo” viene entre comillas, el artista Cruceño Hugo Landívar lo comprobó en carne propia cuando, en Trinidad, decidió confiar en Trans Punata, le vendieron un pasaje con la promesa de viajar en una flamante flota recién salida de fábrica, pero el resultado fue más digno de un reality de terror sobre transporte público.
La “joyita” que le tocó abordar estaba equipada con asientos que se echaban solos como si fueran hamacas embrujadas, otros que no se movían ni a palos, sin pisaderas para subir con dignidad y un aroma ambiental difícil de describir.
Como si la experiencia no fuera suficiente, lo mejor llegó después, la empresa, en vez de disculparse, optó por el servicio premium de la casa, amenazas, según relató Landívar, le dijeron que si no borraba el video que subió a sus redes sociales denunciando la situación, “tendría consecuencias”. Una estrategia de marketing tan moderna como un fax.
En conclusión, Trans Punata no solo ofrece viajes en buses que parecen reliquias rodantes, también incluye intimidaciones personalizadas para los clientes que se quejen, un combo redondo, marca registrada del transporte nacional.
Marco Zabala Periodista
Vídeo: Artista- Hugo Landívar