
13/05/2025
LISTAS NEGRAS DE CAMACHO: LA MUERTE DE UNA UNIDAD QUE NUNCA EXISTIÓ
Por: Juan Jose Bedregal
La política nacional es en estos días un hervidero de intereses de unos y otros actores, con miras a la consolidación de binomios y listas de candidatos a la Asamblea Legislativa. Los casos que suenan más fuerte en estos días son los vetos de Camacho dentro de las listas de Samuel Doria Medina.
- La Ingenuidad de la "Unidad" -
Este escándalo expresa una contradicción que tarde o temprano iba a darse dentro de lo que se llamó "Bloque de Unidad", una figura que por largo tiempo arrastró el ideario del electorado de oposición: que se uniera toda la oposición para derrotar al MAS. Esta situación nunca ocurrió en casi 20 años y en esta tampoco será realidad, por lo que se ve.
La idea de una unidad opositora resulta bastante ingenua por el origen mismo de sus candidatos en los antiguos partidos políticos del neoliberalismo noventero: Tuto Quiroga es el hijo político del dictador Banzer al interior de ADN, Samuel Doria Medina es un renegado del MIR de Jaime Paz, Carlos Mesa (en su momento vocero del bloque de unidad) fue el vicepresidente del MNR, y ni qué hablar de Manfred Reyes Villa y sus alianzas sucesivas con los gobiernos de Banzer y Goni.
Durante mucho tiempo, los votantes de derecha anhelaron ingenuamente la unidad entre los segundones de antiguos partidos políticos, sin tomar en cuenta que cada uno trae detrás a las viejas estructuras de unos partidos que en su momento se detestaban entre sí. Y con las viejas estructuras están las viejas rencillas.
- Nuevos Partidos, Viejas Estructuras -
El veto de Camacho refleja que las viejas formas y estructuras persisten dentro de una "oposición" que nunca tuvo interés de unirse entre sí. Doria Medina tiene de asesores a un viejo emenerrista como Roberto Moscoso y al ex ministro mirista José Luis Lupo. Por su parte, Tuto está congregando en torno a sí a viejos adenistas como Rubén Costas y su discípulo Tomás Monasterio, a Moisés Shiriqui en Beni y a Ronald MacLean. La vieja política únicamente se lava la cara y se plancha las arrugas en esta elección.
En el limbo entre esta batalla de viejos políticos de derecha, quedan como una suerte de generación sándwich distintos actores como Fernando Camacho, Vicente Cuellar, Luisa Nayar, Jaime Dunn, Chi Hyun Chung y Rodrigo Paz, entre otros. Mientras algunos forman sus propias agrupaciones políticas con mayor o menor éxito, otros recurren a viejas estructuras. Camacho quizás sea el más exitoso de ellos al tener una bancada a nivel nacional y en esa posición se sitúa como el aliado más fuerte de Doria Medina en Santa Cruz, una región que no terminaba de aceptar en política al propietario del Hotel Los Tajibos.
- El Monopolio de Creemos en Santa Cruz -
El veto de Camacho posiciona a Luisa Nayar como la cara de una fracción de la bancada de Carlos Mesa que se unió a Doria Medina en busca de reciclarse en la Asamblea Legislativa. Un grupo de asambleístas de derecha, con poca o ninguna gestión relevante en los últimos 5 años, buscan repostularse y ser reelectos a cambio de agachar la cabeza ante las viejas estructuras.
Los que no fueron vetados pueden situarse silenciosos en las listas, en el lugar que les asignen los benévolos dueños del partido; siempre y cuando no se atrevan a quebrar el sentido de propiedad de Camacho sobre Santa Cruz, con una lógica parecida a un monopolio o a una hacienda personal.
La "Lista Negra" de Camacho demuestra que los "nuevos políticos" replican las viejas lógicas. El caudillo actúa autocráticamente y fuerza a Doria Medina a que las listas de "Unidad" en Santa Cruz estén restringidas al núcleo camachista de Creemos. Sin embargo, es obvio que los vetados podrían reciclarse en cualquier otra tienda política hasta el próximo lunes.
- Una "Unidad" que nunca existió -
Como consecuencia, la opinión pública tiene claro que la idea del "Bloque de Unidad" nunca fue más que un colorido sueño de ayahuasca. Los distintos partidos opositores traen el tufo de la vieja y rancia política noventera, y los nuevos liderazgos sólo pueden elegir entre someterse o buscarse un empleo honrado en el sector privado.
Incluso trasciende la estrategia de tranzar "curul por ministerio": los allegados a Samuel Doria Medina estarían tratando de apagar el escándalo internamente ofreciendo a los vetados espacios en un futuro gobierno como ministros, viceministros y embajadores; todo mientras niegan todo debe a los medios. Sólo así puede explicarse la declaración de Vicente Cuellar de seguir apoyando a Doria Medina "desde afuerita"; habrá que preguntarle qué ministerio le ofrecieron a cambio de su sumisión.
Con menos ruido mediático, lo mismo está sucediendo en los demás partidos. En una elección tan fragmentada, las listas de candidatos se acortan bastante, y los pocos espacios con alguna probabilidad de lograr escaños parlamentarios son fuertemente disputados. Es la etapa de la elección en la que las matemáticas y el "cálculo político" se calientan. El próximo lunes veremos quiénes terminan ocupando cuáles espacios.