
30/06/2025
DENUNCIA PÚBLICA DEL GENERAL JUAN JOSÉ ZÚÑIGA MACÍAS
Preso político del régimen de Luis Arce
Hoy alzó nuevamente la voz, no por debilidad, sino por dignidad , por honor, y porque la patria no se arrodilla ante la injusticia.”
Esta mañana he sido víctima, una vez más, de un acto de ensañamiento, abuso y humillación dentro del penal donde me encuentro recluido.
Como si no bastara con la cárcel injusta a la que me han condenado por levantar la voz por Bolivia, ahora pretenden negarme incluso el derecho básico a la visita familiar y a la alimentación.
Mis familiares llegan, tras recorrer largas distancias y sacrificarse, para poder verme una o dos veces por semana. Sin embargo, los policías apostados en el ingreso del penal ocultan sus nombres, les impiden registrarse y me niegan el derecho de verlos. Esto ocurre pese a que existe una acción de libertad ganada judicialmente, que prohíbe expresamente al penal cualquier tipo de restricción a mis visitas.
La ley, una vez más, ha sido pisoteada.
Regulan hasta cuánta agua puedo beber
La crueldad ha llegado a extremos inhumanos:
La semana pasada, un familiar me trajo tres bidones de agua potable (de 4 litros cada uno). La respuesta del régimen carcelario fue que solo podía consumir uno y que el resto no ingresará.
En otra ocasión, también un familiar me trajo diez naranjas, y de la misma manera la Policía dijo que “tres naranjas por semana son suficientes para el general Zúñiga.”
Hoy, por la mañana, ocurrió lo más indignante: un familiar vino a visitarme y ocultaron su nombre en la lista, haciéndolo esperar más de dos horas con el claro afán de impedir que se concrete la visita.
Luego de esa larga espera, ese mismo familiar intentó dejarme diez limones para aliviar un resfrío que padezco, y el policía de la puerta principal dictaminó que “tres limones son suficientes para el general Zúñiga durante la semana.”
Me tienen encerrado en una caja de ladrillo sin ventanas: esto es una muerte lenta
Lo que están haciendo conmigo no es un encierro:
es una forma de tortura y de matarme lentamente.
Me tienen confinado 23 horas al día en una celda de ladrillo, sin ventanas, sin ventilación, sin contacto humano.
Solo puedo ver el sol una hora al día. No respiro aire fresco. No puedo moverme.
Mis articulaciones se han atrofiado casi por completo a estas alturas. La única hora que me permiten salir, la uso para hacer ejercicios, respirar y ver por un momento el rostro de las personas.
Eso no es privación de libertad, es una muerte lenta y premeditada.
Es una forma de exterminio silencioso, de castigo por no haberme arrodillado.
Esto no es un régimen penitenciario: es una venganza política disfrazada de legalidad.
Vulneración de mi salud y de mi dignidad
No tengo acceso a tiendas ni a puntos de venta dentro del penal.
Dependo totalmente de mis familiares para alimentarme, hidratarme y tratar mis dolencias.
Me restringen el agua, la comida, la fruta, la medicina, la luz, el aire.
Están atentando contra mi integridad física, psicológica y moral.
Lo denuncio con firmeza:
esto es trato cruel, inhumano y degradante.
Exijo trato digno como boliviano y soldado de la patria.
Exijo el cumplimiento de los derechos humanos básicos, reconocidos por la Constitución Política del Estado y por los tratados internacionales que Bolivia ha firmado.
Me están tratando como enemigo de Estado, cuando solo soy un soldado que defendió la patria frente al saqueo.
Responsabilizo públicamente a las autoridades penitenciarias y a los policías del ingreso por cualquier deterioro de mi salud, y alerto a la comunidad nacional e internacional sobre este intento sistemático de aniquilamiento moral y físico.
Palabras finales del General Zúñiga.
“Podrán encerrarme en una caja.
Podrán negarme el agua y el pan.
Podrán intentar apagar mi cuerpo.
Pero no podrán matar mi voz, mi verdad y mi amor por la patria, ni doblegar mi causa.”
Desde la cárcel de El Abra, les digo:
¡No lograrán silenciar la verdad!
¡No lograrán quebrar al General Zúñiga!
¡No lograrán hundir la dignidad de Bolivia!
"LA PATRIA NO SE TOCA"
GRAL. DIV. JUAN JOSÉ ZÚÑIGA
Preso político del régimen, al corazón de la patria.