16/09/2025
¿Y el estadio para Riberalta? Un grito de decepción que resuena entre los escombros
La promesa de una obra millonaria se desvanece en el tiempo y el dinero se esfuma en la indiferencia de nuestras autoridades locales. ¿Dónde quedó la obra? ¿Dónde están los responsables?
Hace más de una década, el ex presidente Evo Morales prometió un sueño a Riberalta: la construcción de un estadio que sería un símbolo de progreso y pasión deportiva. En una ceremonia que se llenó de esperanza, se transfirieron 2,9 millones de bolivianos al entonces alcalde Mauro Cambero, un 20% de un proyecto total valuado en casi 20 millones. Era el inicio de una obra que, según se anunció, pondría a nuestra ciudad en el mapa del deporte regional.
Hoy, la cruda realidad nos golpea en la cara. El proyecto del estadio, que debía ser un motivo de orgullo, se ha convertido en un monumento a la decepción. Donde se suponía que estarían las graderías y el césped, solo quedan escombros y abandono. La obra prometida no es más que un terreno baldío, un recordatorio de una promesa incumplida y un dinero que, inexplicablemente, se esfumó.
Lo más doloroso es el silencio. Ante esta situación, nuestras autoridades locales se han vuelto fantasmas. No hay concejales, asambleístas, diputados ni senadores que levanten la voz. El reclamo popular de los riberalteños parece no importarles. Se han lavado las manos, dejando que el polvo y el olvido cubran la vergüenza de esta obra inconclusa.
Este no es un simple retraso, es un acto de negligencia que nos duele como sociedad. La pregunta que nos debemos hacer no es solo qué pasó con el dinero, sino qué ha pasado con nuestra capacidad de exigir y de fiscalizar. ¿Hemos normalizado tanto la corrupción y el desinterés que hemos perdido la indignación? El abandono del estadio no es solo un fracaso de la gestión pública, es también un reflejo de nuestra propia pasividad como ciudadanos.
Es hora de romper el silencio. Riberalta necesita un estadio, pero sobre todo, necesita recuperar la voz para demandar transparencia y rendición de cuentas. ¿Estamos dispuestos a seguir viendo cómo nuestros sueños se convierten en escombros?
Via:notiamazonico
Desde Riberalta / Beni /Bolivia
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