11/02/2025
¡𝑵𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒎𝒂𝒅𝒆𝒓𝒂!
FRIALEROS ANUNCIAN PARO DE 48 HORAS EXIGIENDO A LOS PRODUCTORES LA REDUCCIÓN DEL PRECIO DE LA CARNE EN GANCHO
Desde las 00:00 horas de este martes, el sector de los frialeros iniciará un paro de 48 horas, argumentando la necesidad de regular el precio de la carne en gancho. "Estamos con el pueblo, es por eso que haremos este paro para que se regule el precio de la carne", manifestó el presidente del gremio.
Sin embargo, un reciente análisis económico revela que los frialeros estarían obteniendo jugosas ganancias a costa del bolsillo de los consumidores. Según el estudio, por cada res de 260 kilos de carcasa, los frialeros generan un margen de ganancia neta de 953,48 bolivianos. Actualmente, adquieren el kilo en gancho del productor a Bs. 28, lo que equivale a un costo de Bs. 4.807 por res. No obstante, la venta detallada de la carne de primera, segunda, costillas, huesos, hígado y otros, les permite recaudar Bs. 5.760,48, consolidando así una alta rentabilidad.
Estos datos confirman lo que muchos sospechaban: los frialeros serían los principales responsables del incremento exagerado del precio de la carne de res, que en pocos meses pasó de Bs. 28 a Bs. 48 y 50 el kilo de primera, convirtiendo un alimento básico en un lujo para la mayoría de las familias trinitarias.
Productores ganaderos afiliados a FEGABENI han salido a desmentir que el alza del precio sea responsabilidad del sector ganadero y acusan a los frialeros de ser quienes han encarecido ese producto.
Ante esta situación, la población se pregunta: ¿Quién defenderá al pueblo frente a este abuso? Hasta el momento, la Intendencia Municipal de Trinidad ha hecho caso omiso a los reclamos ciudadanos, mientras que en otros municipios del departamento las alcaldías sí han realizado controles de precios para proteger la economía de las familias.
La realidad es clara: mientras los frialeros exigen una reducción del costo de la carne en gancho, ellos no quieren ganar menos de los casi un mil bolivianos por res, mientras que los consumidores siguen padeciendo los efectos de un precio elevado que golpea su economía y limita su acceso a un producto esencial en la alimentación.