07/04/2025
DEDICATORIA · TRACK 25 AÑOS DEJANDO HUELLA
Capítulo I: años 2000 al 2005
Hay fechas que nacen con destino.
Un 7 de abril del año 2000, sin saberlo del todo, comenzamos a escribir la primera página de esta historia: yo con 23 años, y mi hermana Caro, con apenas 13 —dos almas encendidas, unidas por la danza, la pasión y el arte.
Éramos jóvenes, soñadores y valientes.
Se sumaron amigos, cómplices del impulso: Fulvio, Rosita, Claudia, Diego, Krishna, Fernando, Erwin, Sandra, Ionit, Caro M, Claudia…
Y simpatizantes de esos que llegan como señales, como guiños del universo.
Nadie sabía hacia dónde íbamos, pero todos supimos que algo especial estaba ocurriendo.
Nos presentamos por primera vez en un show de la Coral Infantil, dirigida por nuestra madre, Vicky Lanza —maestra del alma y arquitecta de la armonía.
Allí, en ese primer escenario, se encendió una chispa que jamás se apagaría.
Horas infinitas de ensayo, ideas locas como Carmina Burana versión Rock, The Wall de Pink Floyd junto a la Sociedad Coral Boliviana, y esos primeros musicales infantiles que marcaron una estética propia.
Los primeros en darnos la mano y creer fueron nuestros padres, José Lanza Salazar y María Virginia Lanza, quienes nos enseñaron que el arte, cuando se hace con amor y disciplina, puede transformar realidades.
El primer contrato vino de los valientes Toto Aparicio y Javier Encinas.
Y el primer gran salto fue ese Festival The Best Track, que organizamos con el corazón y donde el arte fue un puente de ayuda y esperanza.
Alejandro Morales, diseñador del pie de Track, y Daniela Marina, que por una confusión celestial nos bautizó con el nombre que hoy ya es leyenda: TRACK.
De ahí, el camino se abrió.
Viajamos a Lima. Nació la academia con 22 alumnos, que en meses se multiplicaron.
Hasta que al cerrar el 2007, éramos más de 265… y creciendo.
Las fotos guardan momentos, pero el alma guarda huellas.
Aquellos tres grupos rivales que se convirtieron en hermanos: KOP, KNIGHT, y nuestros eternos mosqueteros: Andresito, Andi y Oscar, que de bailarines pasaron a ser maestros, y de maestros, parte viva de la Compañía Track.
Y luego, esos talentos que florecieron con el tiempo: Nicole M. Roxana, Valeria, Maria Isabel, Lucía, Fer Cáceres…
Ejemplos de que en Track no solo nace el talento, también se cultiva con perseverancia y amor.
Carolina, mi hermana, fue una joven leona al mando del equipo mientras yo me perfeccionaba en Europa.
Nunca dudé de su fuerza. Ella y un grupo de soñadores sostuvieron este faro, formaron generaciones, guiaron a otros y se volvieron familia.
Hoy, 25 años después, muchos de ellos están casados, tienen hijos, viven en otros países…
Pero la huella sigue.
Track vive en cada escenario que pisan, en cada paso que dan, en cada decisión que los acerca a su esencia.
Gracias a cada uno de ustedes y cuando digo Ustedes me refiero a todos, los que en estos 25 años pasaron por Track, dejaron su huella y Track dejo su huella en cada uno, gracias por creer, por entregar su energía, por dejar su rastro de luz en nuestra historia.
Track no sería Track sin ustedes.
Y esta dedicatoria es, más que una mirada al pasado, una promesa de que el arte que sembramos juntos jamás dejará de florecer.
Con amor y gratitud eterna,
Tatiana Casso Lanza
Fundadora de TRACK