26/11/2025
Un retroceso fiscal con beneficiarios con nombres y apellidos
Estoy tan agotado como ustedes. Agotado de pagar impuestos sin recibir, a cambio, bienes y servicios públicos a la altura de nuestras necesidades. Agotado de ver cómo en Bolivia se incumplen principios básicos de justicia tributaria, quienes más tienen no necesariamente pagan más, y muchos de los sectores más beneficiados por el Estado, económica y políticamente, apenas contribuyen al erario público.
Como consultor, pago más del 14 % de mis ingresos, sin reales posibilidades de deducir gastos relevantes y a lo que le agrego el aporte trimestral, el anual, etc. . En contraste, la minería aurífera, principal sector exportador del país, tributa apenas un 2,5 % sobre la producción ''legal'' y un 5 % por exportaciones. En Perú, ese mismo sector paga un 19 % en exportaciones. Y todo esto ocurre mientras el precio del oro supera los 4.000 USD por onza y el sector continúa beneficiándose del diésel subvencionado. ¿De verdad no hay margen para que este sector contribuya más?
El agro tampoco es la excepción. En mi estudio Desmitificando la agricultura familiar, muestro que las grandes empresas soyeras y ganaderas terminan pagando menos del 1 % de sus ventas en impuestos. En el eslabón primario de la cadena, predios ganaderos valuados en más de 10 millones de dólares pagan menos de 5 bolivianos por hectárea. En el Chapare, los cocaleros tributan incluso menos, apenas 60 bolivianos por hectárea.
Quién gana con la eliminación del IGF?
Entre otros, hoy dia el gobierno ha eliminado el Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF). Entre 2021 y 2024, este impuesto recaudó 795 millones de bolivianos. La cantidad de contribuyentes aumentó de 204 a 261. ¿No sería más lógico mejorar su implementación y ampliar su alcance?
El argumento de que el IGF ahuyentó 2.000 millones de dólares en inversión carece de sustento. Este impuesto se aplica exclusivamente a residentes fiscales bolivianos, no a empresas extranjeras. Y si verdaderamente los ricos estuvieran huyendo, Cómo se explica el incremento sostenido de contribuyentes?
Incluso empresarios extranjeros del agro lo admiten: “En Bolivia, casi no hay impuestos, y si los hay, es fácil evitarlos”.
El viejo truco del “trickle-down”
Detrás de esta decisión se esconde una vieja y desacreditada idea: el “trickle-down economics” o efecto de goteo, según el cual, al aliviar la carga fiscal de los más ricos, estos reinvertirán sus excedentes en la economía, generando crecimiento economico y trabajos. La evidencia empírica, sin embargo, es clara, esa teoría no genera crecimiento, ni redistribución, ni empleos, ni mejora del bienestar. Solo amplía la concentración de riqueza y poder.
Para quienes quieran profundizar, aquí una lectura esencial de la LSE:
https://www.lse.ac.uk/research/research-for-the-world/economics/tax-cuts-for-the-wealthy-only-benefit-the-rich-debunking-trickle-down-economics
Entonces, ¿por qué se elimina el IGF? Más que una medida técnica, parece un gesto político, un reembolso a quienes financiaron campañas o garantizaron apoyo politico y mediatico.
Y el resto del país?
Mientras tanto, al resto de la población se le pide “ajustarse el cinturón”. Pero, Dónde están las medidas compensatorias ante el ajuste fiscal? Una reducción del 30 % del déficit o del gasto público no es una abstracción: significa menos hospitales, menos escuelas, menos caminos, menos Estado donde más se lo necesita.
En un país donde más del 85 % de la economía es informal, Cómo se pretende ampliar la base tributaria sin ofrecer bienes y servicios públicos de calidad a cambio? Sin un pacto claro y visible, pagar impuestos seguirá sintiéndose como una estafa, no como una contribución al bien común.
Cuándo tendremos un impuesto progresivo en serio?
Un sistema tributario justo implica que quien más gana, más paga, no solo en términos absolutos, sino proporcionales. Esto se traduce en una estructura progresiva, donde cada tramo de ingreso adicional pague un porcentaje mayor. Por ejemplo, 5 % hasta Bs 5.000, 10 % para el siguiente tramo hasta Bs 10.000, y así sucesivamente, hasta alcanzar tasas del 40 % o incluso 50 % para ingresos extraordinarios.
Demasiado? “Comunista”? Nada de eso. Durante los gobiernos de Ronald Reagan en EE. UU. o Margaret Thatcher en el Reino Unido, sí, íconos del neoliberalismo, las tasas impositivas marginales más altas estaban precisamente en esos rangos.
Y para quienes ven en el “modelo paraguayo” una inspiración fiscal, un dato, en la última década, Paraguay sufrió cinco recesiones. La austeridad y la regresividad tributaria no solo son injustas, también son ineficientes.
La política fiscal es política social
La política fiscal no es una contabilidad técnica: es el reflejo de un pacto social. Y hoy, ese pacto se está rompiendo, una vez más, en favor de los mismos de siempre. Si realmente se quiere reconstruir el Estado, no basta con recortar, hay que redistribuir. Hay que hacerse cargo de las consecuencias de las medidas que asuman. De forma justa, ética y eficaz.
Tomado del muro de Stasiek Czaplicky Cabezas.