
15/07/2025
*RECHAZAMOS DESCALIFICACION DEL TRABAJO PERIODISTICO*
En defensa de la democracia y la libertad de expresión, la Asociación Nacional de Periodistas de
Bolivia (ANPB) y la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional (ACPI), expresamos
nuestra profunda preocupación por las recientes declaraciones de la dirigente del Partido de Acción
Nacional Boliviano (Pan-Bol), Ruth Nina, y por sus posteriores intentos de responsabilizar a periodistas
y medios de comunicación por una supuesta tergiversación de sus declaraciones.
Las dirigencias políticas y sociales tienen el deber de contribuir a un clima de respeto a los valores
constitucionales, la convivencia democrática y el respeto mutuo. Emitir declaraciones públicas que
anuncian escenarios de violencia —como la expresión de Nina en sentido de que “el 17 de agosto, en
vez de contar votos, van a contar muertos”— no solo es irresponsable, sino que pone en riesgo la
institucionalidad democrática, tranquilidad pública y credibilidad del proceso electoral.
Frente al repudio generalizado que generaron sus declaraciones, Ruth Nina ha intentado desviar la
atención acusando a periodistas y medios de comunicación de “tergiversar” sus declaraciones y de
incurrir en “violencia mediática”. Rechazamos categóricamente tales acusaciones porque los
periodistas y medios de comunicación se han limitado a reproducir de manera textual sus afirmaciones
y a contextualizarlas dentro del debate público.
Recordamos que el rol de los medios de comunicación en democracia es garantizar el acceso a
información veraz y oportuna. El ejercicio periodístico no puede ni debe ser descalificado por reflejar
con fidelidad los dichos de quienes representan o lideran organizaciones políticas.
Llamamos a las y los dirigentes políticos, a ejercer su derecho a la libertad de expresión con apego a
los principios democráticos y en resguardo de la paz social. La violencia, en cualquiera de sus formas
—incluida la verbal—, no puede tener cabida en la política.
La libertad de expresión es incompatible con los discursos de odio, amenazas veladas o incitaciones
para que se creen escenarios de muerte, tampoco puede convertirse en excusa para eludir la
responsabilidad por lo dicho. El riesgo que advertimos es que declaraciones de este tipo lleguen a
motivar violencia contra los periodistas, cuando única persona responsable es la que emitió esas
palabras y no la prensa.
Reiteramos nuestro rechazo a cualquier intento de desacreditar a la prensa mediante acusaciones
infundadas, con el fin de legitimar discursos intolerantes que azuzan al enfrentamiento entre
bolivianos. La democracia se fortalece con voces plurales, responsables y con garantías para el libre
ejercicio del periodismo.
La Paz, 15 de julio de 202