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 PRIMERO SAN LORENZO, AHORA SANTA ANA DEL YACUMA ESTÁ DE FIESTA PATRONAL Por: Juan Jonás Cayú Rossel A 182 kilómetros al...
26/07/2025


PRIMERO SAN LORENZO, AHORA SANTA ANA DEL YACUMA ESTÁ DE FIESTA PATRONAL

Por: Juan Jonás Cayú Rossel

A 182 kilómetros al noroeste de Trinidad, se encuentra la población de Santa Ana del Yacuma, ubicado en una extensa planicie de los llanos de Moxos, donde se levanta un pueblo de valientes y tenaces hombres en su brega diaria, siendo el centro de la milenaria cultura “Movima”, que enorgullece a todos quienes se identifican con el lugar.

Sobre su fundación, la historiografía habla de dos fechas (1707 y 1708), quedando en uso la segunda fecha, por lo que ahora se habla de la celebración de 317 años en homenaje a la Virgen Santa Ana, que reúne a miles de movimas en torno a esta figura, quienes danzan por tres días al son de la bombilla y la banda, mostrando su fe religiosa en la procesión y su valentía en el tradicional jocheo de toros.

El padre de la Compañía de Jesús, Martín Baltazar Espinoza, habría fundado la reducción a orillas del río Mamoré con el nombre de “San Lorenzo”; que luego, debido a una gran inundación y epidemias fue traslado el 1722 al sitio actual, por sacerdote alemán Francisco Xavier Dirhaimd, cambiando el nombre a la denominación de “Nuestra Señora de Santa Ana”. Tiene rango de ciudad, de acuerdo con la Ley N° 907 del 18 de diciembre de 1986.

Como consta en un documento existente en el Archivo de Moxos y Chiquitos en Sucre, cuya parte pertinente dice: “Preguntados los indios que desde el tiempo de esa reducción a esta parte, cuántos sitios ha ocupado esta población, respondiendo que dos. La Primera, situada sobre el río Mamoré, distante seis leguas, nombrada San Lorenzo, de donde, por una inundación grande y epidemias que padecieron, el Padre Francisco Xavier Dirhaimb, trasladó al lugar donde al presente se mantiene, dando por Patrona a Nuestra Señora Santa Ana, cuya fundación se hizo con más número de gente que la que se mantiene...”
El sitio original de la ubicación de Santa Ana, fue en la zona de la Isla Prehispánica “Cachichi”, y desplazada en la época de los Gobernadores al actual lugar, más próximo a la confluencia de los ríos Yacuma y Rapulo.

Francisco Salas Chayaba, en su libro “Huellas profundas de mi pueblo”, prefiere no hablar de fundación, asegurando que se dio una colonización a los pueblos originarios que ya existían milenariamente en la zona, por lo que identifica al movimiento festivo de estas fechas, como parte del legado jesuita que conectó una especie de simbiosis entre lo religioso español y lo pagano de la cosmovisión nativa, dedicado a lo que llaman “La Mamita Santa Ana”.

El padre Martín Baltazar Espinoza, estableció la reducción con lo Movimas, pueblo raro lingüísticamente, porque no se encontraba conexión con otros grupos nativos. Fue dando las primeras enseñanzas y domesticación, pero dos años después, a sus 32 años de edad, el 27 de julio de 1709, fue sacrificado a flechazos por los mismos nativos Movimas en una incursión sobre el río Mamoré.

En el libro “Retrospectiva al Departamento Beni”, de Dora Ortiz Aponte, llama la atención un documento del 12 de noviembre de 1773, del Tcnel. León Gonzales de Velasco, gobernador interino de la provincia Moxos-Pampas-Baures, quien llega a Santa Ana para hacer un informe de la situación en dicha misión, indicando que se encontraban 916 almas, población reducida por la inundación y repetidas epidemias.
“(sip) Estancia de ganado vacuno en el día, no tiene, solo siento veinte cabezas de ganado, que en el presente año, por el mes de septiembre trajeron de Machupo y siendo tan corto el número, no se les contabiliza como en los demás pueblos ración de carne y se mantiene con el pescado y la caza, acompañando el maíz y yucas. Del ganado caballar se halla en la estancia hasta mil doscientas cabezas, poco más a menos”.

El dato histórico no es menos importante, tomando en cuenta que no había ganado en la zona que hoy se constituye en el principal centro productor pecuario del Departamento, gracias a la gran extensión de sus campos, que son irrigados por una seria de ríos y bajuras donde crece el verde pasto natural, alimento básico del ganado bovino.

FACETAS DE LA HISTORIA MOVIMA

Cada pueblo de nuestro grandioso Beni, tiene hermosos datos históricos, que recuerdan cómo se fueron forjando estos alejados parajes, la interacción de su gente, su aporte al contexto nacional y su esperanza postergada hasta hoy, que se combina con una rica cultura con la pervivencia de 18 pueblos nativos, entre ellos, el pueblo indígena Movima.

En “Huellas profundas de mi pueblo”, hay interesantes historietas, cuentos, crónicas, como por ejemplo, hoy que todo es fiesta y bebendurria en el pueblo, es bueno conectarse con la historia para recordar las primeras cantinas: Antes de que la cerveza sea común, en Santa Ana, habían dos cantinas populares donde la bebida favorita, era el “chapunato” (es alcohol preparado con jugo de toronja), el “culipi” es solo alcohol con agua, a veces con limón o algún colorante, como la grosella.

Una cantina era la de la mama Julia, así la llamaban con el debido respeto, esta cantina estaba al lado de la escuela fiscal Yacuma, no tenía nombre, solo decían done la mama Julia.
La otra cantina era “la rata muerta”, la dueña era doña Alicia Galves, se encontraba en la calle Camacho, en la mitad de la cuadra, hoy al frente de la librería Santa Ana.

SOBRE LOS MIGRANTES TURCOS, ÁRABES Y JAPONESES

En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial en Europa, Asia y Medio Oriente, por esta razón mucha gente huyó a América para preservar la vida, de esta manera llegan a Santa Ana las siguientes personas: Turcos: Elías Nacif Nacuse y su hermano Abdón Nacif, doña Emilia Abularach y su esposo Carlos Alí, Manuel Tobías, Farig Matri, Juan Adad.
Japoneses: Luis Indacochea, Miguel Ando, Miguel Matamuto, Jacinto Flores. Al establecerse estas personas en Santa Ana, se dedicaron al comercio, fueron los primeros comerciantes que compraban y vendían.
Lo que compraban era el cuero de la res, esto valía más que la carne, por la abundancia del ganado que había, después empezaron a comprar pieles de animales del monte. Todos los cueros que compraban, lo llevaban al interior en las lanchas a caldero que surcaban nuestro gran río Mamoré y el Ichilo o Mamorecillo, del interior traían telas para ropa, surtían las tiendas de las Moisés, también la tienda de don Elías Nacif y la del peruano Arturo Maradiegue.

El 1937, el japonés Miguel Ando, fue quien instaló su fábrica de fideo en su propia casa, con un trabajo todo manual, incluso con el secado del fideo que se lo hacía en cueros en la misma calle. Fue la primera vez que el movima comió fideo y le gustó.

LA PROYECCIÓN ACTUAL

El movima no es un hombre de quedarse quieto, pese a las serías limitaciones debido a la falta de conexión directa con vías de comunicación permanente, las frecuentes inundaciones de la llanura y la misma falta de montes altos para el cultivo básico, Santa Ana del Yacuma está de píe viendo la forma de sobresalir en las buenas formas, aunque, también carga el estigma del narcotráfico desde los años 80, como legado del famoso Roberto Suárez Gómez, que quiso ser grande como su tío Nicolás Suárez Callaú.

Hasta el año 2000 se contaba con una población cercana a los 13 mil habitantes; en vez de ir en aumento natural, en las últimas dos décadas, experimentó un decrecimiento, que muestra la emigración al interior y exterior del país, en busca de fuentes de trabajo, que no existen en el pueblo, donde los ganaderos ya tienen el cupo de sus vaqueros y estancieros.

La integración caminera permanente, es el debate fundamental que sustenta la nueva “Agenda del Desarrollo del Bicentenario del Beni”, que elabora la universidad beniana; y en Santa Ana claro que saben de esa necesidad, si la mayor parte del año están desconectados de los otros pueblos del Beni, debido al mal estado de su carretera con la capital Trinidad, que deben hacerlo en tres horas de recorrido, pero hay meses que tardan 12 horas en el intento.

La consolidación a nivel de pavimento del denominado Corredor Beni Central, que va de Trinidad a Guayaramerín, contempla un ramal desde La Palca hasta Santa Ana, con su respectivo puente en el río Rapulo. Simultáneamente se plantea una carretera transversal hacia Casa Blanca, para conectar la provincia Yacuma con la carretera troncal Rurrenabaque-Riberalta.

Con dichas vías de salida permanente, se avizora un incentivo directo para la masificación de la producción pecuaria; además de la habilitación a nivel de navegabilidad del río Maniqui y Rapulo, se logrará una conexión directa y fluida con productos que se cultivan en la zona oeste del Beni.
¡Felicidades hermanos movimas en su fiesta patronal . . . !

Trinidad, 26 de julio de 2025.

BIBLIOGRAFÍA:
- Ortiz, Dora. Retrospectiva al Departamento del Beni, Trinidad, 1998.
- Rivero, Carol. Tricentenario de Santa Ana del Yacuma (1708-2008). Santa Cruz, 2008.
- Salas, Francisco. Huellas profundas de mi pueblo. Trinidad, 2da. Versión, Trinidad, 2010.
- Bello et al. Agenda de Desarrollo del Bicentenario del Beni (borrador). 2025.

  MAGDALENA, PROMETEDORA TIERRA DEL GRANDIOSO ITÉNEZ Por: Juan Jonás Cayú Rossel Ciudad de Magdalena, la tierra de Guaya...
22/07/2025


MAGDALENA, PROMETEDORA TIERRA DEL GRANDIOSO ITÉNEZ

Por: Juan Jonás Cayú Rossel

Ciudad de Magdalena, la tierra de Guayacho, de los Arza y los Gualachavo, se levanta altiva en lo inmenso de la planicie de la tierra colorada del cerrado, con un legado histórico y cultural que hace mantener firme el orgullo y la identidad del itonama (gentilicio del nativo del lugar), que desde el siglo XIX y los tiempos actuales, supo de entrega laboriosa y de renombre en medio de sueños por mejores días que siguen pendientes hasta hoy.

Magdalena, es la 19ava. Misión fundada por los jesuitas, en este caso a cargo del padre Gabriel Ruíz, quien erigió la reducción un 22 de julio de 1720, hace exactamente 305 años, que hoy son recordados con alegría y júbilo por los hijos de la tierra, que así estén lejos, llegan al pueblo para bailar el judas itonama, el yorebabasté, el ciervo o el guaroyane, entre otra decena de danzas autóctonas.

Formó parte del partido de los Baure durante las misiones, tiempo de paz y conocimiento del evangelio teocrático y luego la simbiosis con la cosmovisión milenaria, que se refleja en sus danzas y demás aspectos de la cultura viva que florece en los días la fiesta patronal. En 1691 el gobernador cruceño Benito de Ribera y Quiroga, realizó una visita de inspección a los Moxos, informando de seis reducciones con más de 15 mil indios reductos. El 1720 se funda Magdalena y el 1737 se da cuenta de una población mayor a los 35.000 habitantes en todo Moxos, siendo de importancia la población de los itonamas, que hasta la expulsión de los jesuitas en 1776 se contaban 6.000 habitantes.

Establecido el Departamento del Beni (1842), por su importancia como núcleo humano, en 1843, fue asiento de la Prefectura del departamento del Beni, o sea que en un tiempo fue la capital departamental; coincidiendo con el progreso económico merced a la explotación gomera, lo que movilizó numerosas familias cruceñas que pasaban al norte y otras que al volver se establecían definitivamente en el lugar, dejando su legado racial que se destaca en la zona.

Para bien o para mal, recibió el golpe de la llegada de la segunda colonización, la de los cruceños, que llegaron con ansias de conocer el “Gran Paitití” y luego la riqueza que ofrecía la explotación de la goma elástica, que trajo los “reenganche”, la ley del patrón y un fugaz progreso económico, que fue la base de emprendimientos agropecuarios y comercio en la zona.
El auge de la goma (o auge gomero) se entiende el periodo, comprendido entre finales del siglo XIX y comienzo del siglo XX, en el cual la extracción del caucho del árbol de la siringa (hevea brasiliensis), en la selvas de Beni y Pando, contribuyó notablemente al crecimiento de la economía boliviana, gracias a la exportación de este producto, y marcó una etapa de desarrollo para la región del Oriente boliviano.

En esta zona, los naturalistas Thaddaus Haenke y años después Alcides D'Orbigny, hicieron notables descubrimientos; Haenke encontró a la orilla izquierda del río San Miguel la singular flor acuática, que maravillado la denominó Victoria Regia (Victoria amazonica), en homenaje a la Reina Victoria de Inglaterra, cuyo Gobierno costeó su viaje a la América meridional.

UNA CRÓNICA DE JUAN B. COIMBRA

En su descriptiva obra “Siringa, Memorias de un Colonizador del Beni”, el periodista Juan Bautista Coimbra, ofrece un interesante pasaje sobre la vida en Magdalena, allá a finales del siglo XIX; señalando que “Desde los días coloniales y con mayor intensidad en los tiempos de la República, cruceños fueron los gobernantes, los párrocos, los maestros de escuelas, los administradores de los bienes del fisco y de la iglesia; los comerciantes, industriales y artesanos que figuraron en las primeras planas de fundación de estos pueblos. Influencia cruceña, con todas las virtudes y defectos de la raza, fue la que se esparció por todo el ámbito de la llanura boliviana, desde el Matto Grosso hasta Los Andes.

Bastaría citar algunos de los nombres de los jefes de familia que encontramos a nuestra llegada para saber de lo cruceña que era la sociedad de Magdalena: don Ángel María Dorado, don Gabriel Ortíz, don Hipólito Fernando Durán, don José y Andrés Arza, don Alexis Suárez, don José R. Muñoz, el notable don Pedro Manuel Hurtado, don Simón Dorado, don Nicomedes Ortiz, los jueces Dr. Manuel María Durán y Soleto, Ángel Salvatierra y Elizardo Pedraza Bravo, el cura José Lorenzo de Velasco, etc. Todos ellos apellidos solariegos, que dan la idea de un patrón de los tercios de castellanos destacados a las campañas de Flandes.

Los cambas, como se llama generalmente a los indios del Beni, los cambas itonamas, formaban -como es natural- la gran mayoría del pueblo, siendo notable la circunstancia de que muchos de ellos hubieran sabido ya expresarse en castellano para sus relaciones con los carayanas, nombre que se daba -también de un modo general- a los blancos. Solo dentro de la familia y en sus manifestaciones de regocijo usaban el dialecto que tiene voces flexibles, de amplio significado.

La epidemia de viruela que en 1896, asoló a toda la comarca, viniendo de Santa Cruz, destruyó los troncos raciales, las clásicas cepas aborígenes, dejando solo los retoños. De aquí que se compactara mejor toda la generación de mestizos y criollos, en cuyas venas circulaba esa sangre de vaqueros y cazadores -con veleidades de artistas- de los nuevos indios.

El itonama es sobrio y de costumbres regularmente honestas. Fuerte para el trabajo. Limpio, obediente y laborioso. El alma recelosa que trae de la selva se aquieta en la comprensión de la lealtad y el honor en el sentido castizo. Incorporado a la familia cruceña, se tornó expansivo y obsequioso.

Los hombres visten camisa, pantalón y una chaqueta corta (cuanto más corta, más elegante), aún existe la minoría conservadora que se aferra a la camiseta (camijeta) túnica de algodón, blanca y larga, con pequeñas guardas de vivo color por los costados, camiseta (sip) que para el trabajo amarran a la cintura con una faja recamada de dibujos.

Las mujeres, tradicionalistas por esencia, solo han aceptado embellecer el tipoy con flecos y adornos. Se adornan el pelo con cintas de colores simples y el cuello con varios hilos de cuentas vistosas y en las que no faltan las garras de tigre y los dientes de caimán, encasquillados, así como pequeños caracoles y toda la variedad de semillas (sirari) pintadas que hay en los bosques.

Aficionados a la música, tocan sus flautas acompañados de tambores y a su compás, surgen en las fiestas los cánticos y las danzas seculares por veces diabólicas, por veces amorosas y abstraídas.

El gran día para los itonamas es el 22 de julio, en que se celebra a la “patrona”, la Santa a cuya advocación se ha entregado el pueblo. Bajo la devota efigie de ojos penitentes alzados al cielo, los cabellos esparcidos y esa ostentosa capa tachonada de chaquiras con que los “donantes” se empeñan en ataviarla, florecen alrededor del yorebabasté, armoniosas y rítmicas, las mejores piezas del folclore musical, que mueven interminables cadenas de danzantes.

En las profundas capas de la indiada -impermeables a las ideas predicadas por los curas- aún se practica aquella especia de espiritismo por el cual, reconociendo a un ser superior y sobrenatural, en él los aborígenes ven al árbitro inexorable de los destinos del hombre. A este genio tenebroso lo denominan Choquigua.
En medio de una suerte de misa negra que se oficia a oscuras, en el mayor misterio, con temblor de exorcismo y ruido de manipuleos, Choquiga es invocado por lo brujos que lo “sienten” e interpretan. Ni más ni menos que el oficio conocido de los yatiris entre los aymaras del altiplano. Y tal es el poder de sugestión en todo caso que, cuando la voz del augur anuncia la muerte de cualquiera de los circunstantes, el sujeto se resigna, languidece y muere, fatalmente. Hubo choquigueros, como Andrés Guayacho, cuya fama traspasó la frontera provincial”.

LOS TIEMPOS ACTUALES

Los años vividos por el pueblo itonama, con sus vicisitudes y esperanzas, lo mantiene vivo y firme en la brega constante por mejores días para sus hijos; por lo que ahora se tiene un municipio con más de 13 mil habitantes, que demandan la atención que tricentenariamente les negó el gobierno central, como a todos los pueblos del Beni.

Varios simposios, talleres, planes, ideas, fueron transmitidas por sus pobladores, quedando al final en proyectos, que no se cumplieron por falta de recursos económicos y la falta de voluntad política de los administradores del poder fiscal. Los itonamas identificaron su máxima prioridad en el mejoramiento de su vía caminera, para una conexión estable y permanente con la capital Trinidad y los demás municipios de la provincia Iténez, de la que es su capital.

La idea planteada a los representantes departamentales, en el reciente encuentro sobre la “Agenda del Desarrollo del Bicentenario del Beni”, es que trabajen como se debe y actualicen la Red Vial Departamental, como paso previo para seguir otros mecanismos legislativos que permitan la declaración de Red Fundamental hasta Remanso y Cafetal, que es frontera con Brasil y el otro ramal que conecte a la Red Fundamental que llega desde Santa Cruz por el lado de Santa Rosa en la Chiquitanía.

Con una vía a nivel de ripio y luego asfaltada, los productores de la región se verán incentivados a ingresar a la competitividad, hacer uso de las bondades del nuevo Plan de Uso de Suelos y mirar con mejores perspectivas al vecino Rondonia, con quien se puede negociar y dar paso a la agroindustria o el turismo.

Trinidad, 22 de julio de 2025.

BIBLIOGRAFÍA:
- Paz, Zoilo. Resumen Cronológico de la Historia de Moxos Beni, Imprenta El Dorado, Trinidad Beni, 2025.
- Coimbra, Juan B. Siringa, Memorias de un colonizador del Beni, Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, Imprenta Artes Gráfico Sagitario S.A. La Paz, 2016.
- Banzer, Emma, Monografía de Exaltación, Imprenta Color Oriente, Santa Cruz de la Sierra, 2004.
- Bello et al. Agenda de Desarrollo del Bicentenario del Beni (borrador), 2025.

22/07/2025


FELICIDADES MAGDALENA EN TUS 305 AÑOS DE FUNDACIÓN

GRAN PAITITÍ

La grandiosa tierra de los laboriosos itonamas está de aniversario, celebrando sus 305 años de fundación y su fiesta patronal en homenaje a la Santísima Virgen Santa Maria Magdalena.

¡FELICIDADES valientes ITONAMAS...!!

  ARNALDO LIJERÓN, CULTOR INCANSABLE DEL GRAN MOXOSTRINIDAD I GRAN BENI MEDIOS Por: Juan Jonás Cayú RosselEl 16 de julio...
19/07/2025


ARNALDO LIJERÓN, CULTOR INCANSABLE DEL GRAN MOXOS

TRINIDAD I GRAN BENI MEDIOS
Por: Juan Jonás Cayú Rossel

El 16 de julio de 2017, tuvimos la oportunidad de participar en el cumpleaños número 70 de nuestro apreciado amigo Carmelo Arnaldo Lijerón Casanovas. Era como si presintiéramos lo que iba pasar, porque el cáncer no es un simple resfrío y pese a que el profe Arnaldo le daba batalla con dignidad, sin dejar de lado sus ocupaciones culturales, la situación era riesgosa por su avanzada edad.

Dos meses después, vino lo inevitable, ganó la pelona y se llevó un cuerpo debilitado, pero quedó para el Gran Moxos que tanto amaba Arnaldo, todo su pensamiento, su lucha inclaudicable por su territorio, su acicate permanente por el restablecimiento y promoción de la rica cultura nuestra y su mirada, siempre puesta, en la educación humanista con una currícula regionalizada para las nuevas generaciones. “Arnaldo era un hombre necesario para el Beni, en la lucha cívica y cultural. Lo digo ahora y lo dije antes”, nos comenta siempre el ahora presidente de la Casa de la Cultura del Beni, Arnaldo Mejía Méndez.

Aquí les dejo lo escrito hace 8 años, porque la jornada del cumpleaños fue larga, no solamente con la participación de los amigos, si no que, con la presencia y participación de los niños, quienes llenaron el corazón soñador del profe Arnaldo, al verlos tomar un libro y dejar vencido por esa tarde el celular. Fue el día que ganó la lectura, que hoy vamos a recordar, gracias a la iniciativa del Círculo Cultural “Arnaldo Lijerón Casanovas”.

CULTURA. Cumplió 70 años de edad, le da lucha al cáncer y dijo que la defensa de los límites del Beni y el apoyo a la cultura son asignaturas pendientes para que asuman las autoridades.

TRINIDAD, julio 17 (GRAN BENI).- Su cabellera y bigotes blancos, bien coronan los 70 años de vida que cumplió Carmelo Arnaldo Lijerón Casanovas, la sonrisa coloquial con la que saluda a sus amigos y la firmeza de sus sabias palabras, hace que muchos en “Trinidad de Mojos”, como él dice, se sientan honrados de haber compartido un apretón de manos y más todavía, si hubo tiempo para una larga narrativa costumbrista de las que siempre tiene en mente.

Fue una fecha muy especial la que Lijerón vivió con sus viejas y nuevas amistades, quienes llegaron a la casa de Fanthy Velarde, donde se organizó una inusual jornada que la llamaron “Fiesta de Palabras”, donde el pretexto fue el cumpleaños, para dejar fluir por más de 12 horas, las palabras convertidas en exquisitas narrativas costumbristas, cuentos, mitos, leyendas, poesías, fábulas mojeñas y, desde luego, al final música alegre de la que compuso Oscar Velarde, Rógers Becerra, José Villar y tantos otros grandes de la música beniana.

“Estoy gratamente honrado con esta iniciativa que realizan mis amigos en la fecha de mi onomástico; nos hacen vivir un momento especial que quisiéramos que siempre se repita, porque brinda un espacio para apreciar lo nuestro, para promocionar la cultura y a sus protagonistas”, sostuvo el emocionado profesor Arnaldo.

Extendió su agradecimiento especial a los organizadores de la jornada, “le dan una dimensión espléndida a la amistad, es algo que alentamos para que se haga en momentos especiales de otros amigos, esto es lo que nos gusta y siempre hemos promovido”, dijo, al referirse al ambiente que mostraba todo el patio de la casa, donde se colocó libros, bastidores y pinceles, hasta hamacas para estar cómodos en la lectura.

En su lucha contra el cáncer, declarado hace un año y después de superar más de decena de quimioterapias y radioterapias, dijo que los últimos resultados ponen en ánimo positivo a su familia, porque hay muestras que el tratamiento da un resultado favorable; sin embargo, explicó que la realidad se verá en septiembre, tiempo en el cual se verán los efectos de las últimas radioterapias.

PROBLEMA PENDIENTE DE SOLUCIÓN

Si Arnaldo Lijerón volviera 40 años atrás en su vida, sin dudarlo, dijo que daría todo su tiempo para solucionar los problemas de límites que tiene el Beni con sus vecinos de Cochabamba y Santa Cruz.
“No podemos seguir con esa espada de Damocles pendiendo sobre nuestra cabeza, estos problemas deben solucionarse, pero de pie, no de rodillas”, exclamó.

Con ello, subrayó que el Beni tiene toda la “razón del mundo”, en su demanda sobre el derecho territorial, que a su juicio es artificiosamente cuestionado por Cochabamba, para hacerse de la parte sur del Departamento beniano.

Otro tema que merece la atención de las autoridades locales y departamentales, es el apoyo directo y constante a las actividades culturales, “hasta aquí nos hemos movido en base a voluntades; si hubieron varios artistas o cultores del arte que sobresalieron con su talento, fue más por su esfuerzo y muy poco o nulo apoyo institucional; eso debe cambiar, porque ahora el arte es también un elemento que vale económicamente para nuestros pueblos”, indicó.

Insiste en que debe existir una política pública para el desarrollo de las manifestaciones culturales de los pueblos, “pero debe dejar de ser enunciados, en las leyes y declaraciones, se debe avanzar en lo pro activo, en lo real, porque es en este mundo donde trasuntan los cultores”, puntualizó.

UNA PINCELADA PERSONAL

Arnaldo Lijerón Casanovas, nació y estudió en Trinidad un 16 de julio de 1947. Se graduó como primer estudiante de filosofía y psicología en la Escuela Nacional de Maestros de Sucre, 1971. Licenciado en Pedagogía, UTB, 1997.

Desde adolescente integró asociaciones estudiantiles, artísticas, comunitarias. Como Ejecutivo de la FES Beni, participó en el Comité Pro Universidad Beniana y el Comité Cívico del Beni, 1967_1979_1980; gestó la creación de La Casa de la Cultura del Beni en 1974.

Presidente de la Sociedad Geográfica e Histórica de Beni, periodista, conferencista en temas históricos y culturales de Mojos_ Beni. Caminante en la Marcha Indígena por el Territorio y la Dignidad de 1990.

Socio integrante de número de la Academia Boliviana de la Lengua, actual docente universitario y asesor de cultura de la Universidad Autónoma del Beni.

El 2013 fue galardonado con el Premio Departamental de Cultura otorgado por la Casa de la Cultura del Beni. En noviembre de 2016 su nombre fue inscrito en La Galería de Hombres Notables del Beni y este año, recibió la distinción del Concejo Municipal de Trinidad, en la orden de Gran Cruz "Fundador Cipriano Barace", por sus méritos y valioso aporte a la investigación y la cultura del pueblo beniano.

  EL AGRADECIMIENTO DE LOS JAVIERANOS A LA VIRGEN DE EL CARMEN TRINIDAD I GRAN BENI MEDIOS “Juan Nojune, es uno de los v...
17/07/2025


EL AGRADECIMIENTO DE LOS JAVIERANOS A LA VIRGEN DE EL CARMEN

TRINIDAD I GRAN BENI MEDIOS

“Juan Nojune, es uno de los vaqueros que arrean unas 400 cabezas de ganado, montados en briosos caballos, tratan de dirigir la tropa con tranquilidad, llevando el arreo a la estancia Santa María perteneciente a la Iglesia del pueblo de San Javier. Juan tiene veinte años, es fuerte y atlético, vive junto a su familia en la estancia mencionada, cuidando la tierra y en especial cuidando la ganadería que antes pertenecía a su pueblo”.

Lo arriba descrito, es un extracto de la novela “Raza Camba”, escrita el 2023 por José Orlando Monasterio Chávez, quien hace una hermosa narrativa histórica en prosa, que al ser novelada, también tiene personajes y escenarios ficticios; pero que comprende la época post-jesuítica, en el tiempo de los gobernadores españoles y la rebelión indígena, que genera la unión de la raza blanca llegada vía Santa Cruz y los indígenas mojeños, amalgamando la “Raza Camba”.

En la narrativa se da cuenta del mágico paisaje llanero, el esforzado trabajo en el campo, el abuso carayana, pero a su vez, la nobleza de la gente blanca que llegó, se enamoró de la tierra y decidió hacer familia con los nativos del lugar, resaltando la actividad ganadera, el inicio de los pueblos, tanto en San Javier, Trinidad y Loreto.

Ahora, el 16 de julio, San Javier, que es capital de municipio, vivió la celebración religiosa en honor a la Virgen de El Carmen, la patrona del lugar, desde el 1945, cuando vuelven de la Guerra del Chaco, 30 ex –combatientes, “se había hecho una promesa, que si todos los soldaditos que fueron de acá volvían con vida, celebrarían todos los años a la Virgen, es una promesa que celebramos, porque en total eran 31 los soldaditos, uno murió y 30 volvieron sanos y salvos”, sostuvo el alcalde municipal de San Javier, Cristhian Velasco Añez.

San Francisco Javier fue el cuarto pueblo de , fundado el 3 diciembre de 1691, cuando también se hace otro gran festejo, con actos protocolares y jocheo de toros en el corral, que es parte del legado misional, celebrando la llegada de la ganadería a las praderas mojeñas.

  JOSÉ ENRIQUE VILLAR SUÁREZ, EL BENIANO QUE MARCA UNA ÉPOCA LITERARIA DESDE FINALES DEL SIGLO PASADOTRINIDAD I GRAN BEN...
15/07/2025


JOSÉ ENRIQUE VILLAR SUÁREZ, EL BENIANO QUE MARCA UNA ÉPOCA LITERARIA DESDE FINALES DEL SIGLO PASADO

TRINIDAD I GRAN BENI REVISTA

Hablar de personalidades que son parte de nuestro quehacer diario, es más que un desafío, porque esa persona tiene su propia interpretación de las cosas que hizo en la vida por su entorno y su región; pero también, porque es posible que el crítico pase por alto algunos elementos sustanciales que fueron parte principal de la motivación del personaje.

Con esas posibilidades, trataremos de mostrar la vida del proficuo hombre beniano, de fina pluma y amante de su tierra a no dudarlo; se trata de José Enrique Villar Suárez, conocido como Pepe por sus amigos, que sin duda alguna, es uno de los intelectuales más destacados en la actualidad.

Apasionado por la vida, un hombre dueño de una prosa prodigiosa, que nos enseña a cuestionar, analizar, proponer; querer a la mujer y a la tierra en cada una de sus composiciones; él es Pepe Villar, quien recientemente, deleitó al público beniano con la entrega de su CD “Potro al Galope”, que es una antología de sus temas centrales, composiciones de letra y música convertidas en himnos de la tierra verde y fecunda del gran Moxos.

“Aquel hombre que domina sus emociones, domina su destino”, pensamiento de Séneca, un filósofo estoico, igual que Marco Aurelio o del mismo Rubén Darío, éste último en la línea literaria, que a lo sumo, fue también un estoico, dueño de un refinado y prodigioso estro que dio paso al modernismo, con recursos muy recurrentes en el verso o la prosa, para dar realce a figuras corrientes, con las que Villar nos transporta al realismo mágico en cada entrega.

De hecho que, José Enrique Villar, escudriñó a Jean-Jaques Rousseau, el del “Contrato Social”, filósofo, botánico y músico, quien asegura que la naturaleza del hombre es ser bueno, pero en la vida, se genera la alienación, el ambiente social, económico o político, lo moldea y puede malearse. De ahí que es importante, cuidar la semilla (el niño), darle buen cobijo y educación, para que sea una persona de bien para la sociedad. Temas que son recurrentes en los libros escritos por Villar, con hondas reflexiones que dignifican las buenas acciones y censuran lo indeseable.

UN POSMODERNISTA NUESTRO

La literatura está clasificada en épocas y géneros, que permiten una disección especializada del crítico o bien, la ubicación del gusto del autor en su lectura y forma de transmitir su mensaje. Sin embargo, para una persona que hace arte, muchas veces esas barreras son imaginarias y cruzan espacios atemporales, dejando ver recursos transversales en todos los géneros.

Nuestro egregio escritor José Enrique Villar, es un conocedor de la literatura universal, un apasionado de los estoicos; de filósofos como José Ingenieros que ve en la naturaleza mediocre del hombre, la primera frontera a romper para avanzar al bienestar; los autores, romántico como Victor Hugo, innovador como Rubén Darío; pero también, un recurrente cultor de la literatura posmoderna en el género de la metaficción historiográfica, como lo podemos apreciar en sus obras “Memorias de un Sucha” y “La Tragicómica Historia de Antonio García y Mirtho Soria”.

Leslie Hamilton (2023), asegura que la literatura de metaficción puede explorar múltiples verdades que existen al mismo tiempo; introduce nuevos relatos, sin necesidad de disputar con las verdades ya existentes. Simplemente habla de las cosas que existen y los da a conocer a su modo. Villar, utiliza como un recurso recurrente con maestría, la ironía y la metáfora, incluso en sus poemas.

Como la metaficción historiográfica, tiene personajes basados en figuras históricas marginadas u olvidadas, o personajes de ficción con una perspectiva ajena a los acontecimientos históricos, pero que siguiendo la corriente de la literatura latinoamericana, ofrece escenarios y personajes propios que alimentan la trama o los versos que dan identidad a la tierra. Es la característica de los escritos de nuestro escritor beniano, que enriquece, también, el habla popular.

A más de demostrarnos que es un filósofo y pensador, como lo hace en sus obras de aforismos, cuentos y novelas; José Enrique Villar, es un estudioso de la realidad social, sensible en su recepción, pero claro y firme en condenar las falsedades y exigir castigo para la corrupción, como lo manifiesta en su obra de crónicas y ensayos “Pienso y Escribo”, donde a propósito del negociado de las carreteras, esto ya lo notaba hace 30 años, cuando recién se terminaba el camino a Santa Cruz.

“Las carreteras en Bolivia y Mojos son la historia de una crónica escandalosa y la antología del delito en perjuicio del Estado, en el que tantos cuentos se han inventado para justificar los negociados; al extremo que el Lobo Feroz de Caperucita Roja nos parece un pobre angelito comparado con estos mercaderes de la cosa pública, que viven felices y comiendo perdices a costa de este pobre país sin carreteras” (. . .) “Hasta cuándo soportaremos a los políticos corruptos y sus negociados?; por el futuro de Mojos y de nuestros hijos, ojalá que les caiga un rayo, porque a la justicia la tienen comprada”. (Pienso y Escribo, 2023).

EL DE LAS COMPOSICIONES EXQUISITAS

En la música, José Enrique Villar, tiene un gusto exquisito, formado por la música clásica con sus grandes exponentes: Ludwig van Beethoven, Piotr Ilich Chaikovski, Frédéric Chopin, Johann Sebastian Bach, Antonio Vivaldi, Wolfgang Amadeus Mozart, Schubert y Richard Strauss, aquellos que inspiraron el siglo XVIII, XIX y llegan hasta nuestros días de manera extraordinaria.

Ciertamente, pensó que si estos hombres se esforzaron por su arte, había que preocuparse en seguir esa línea, buscando hacer composiciones que se asemejen a poemas, que con ritmo y arpegios musicales vivifiquen el sentimiento oriental y beniano hasta el éxtasis, semejante a una ejecución de la musa del Olimpo, Euterpe.

Villar, lo logró gracias a su empeño y afinado gusto, conocedor de la literatura y de la buena música, a la que también le fue dando su propia interpretación, hasta lograr éxitos que son parte de la identidad oriental y de la tierra moja. Así fue que emergió con un sonido de la selva y la pampa “Raza Camba”.

Luego se siguieron tantos otros, hasta una centena de composiciones, inspirados en los días de sol a sol en la pampa, la hacienda y el río Mamoré. Como buen hombre enamorado de la vida, también compone para honrar la belleza femenina o la valentía del peón estanciero y loco enamorado como un potro al galope.

Precisamente, esa riqueza de canciones, fueron producidas recientemente en un disco compacto, como un corolario de temas que cantan e identifican a la tierra, con canciones como: Potro al Galope, Yo Soy el Mamoré, Balsa Perdida, Beni Toro Cerril, Centauro, Piel de Canela y Buscando Olvido.

No es ni la décima parte de las composiciones del autor beniano, pero son las sustanciales, que hacen prácticamente una antología del pentagrama beniano; hecho destacado por el selecto público que estuvo en la noche de presentación en la Casa de la Cultura del Beni.

El último CD, fue ejecutado por el afamado grupo musical “Romance Cuatro”, bajo los arreglos y edición del pastor Gedeón Chanevi, en la ciudad de Trinidad. Una excelente producción que muestra la riqueza beniana en todas las artes, hoy, en la música.









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